Aragón es la tercera comunidad menos atractiva en términos fiscales

La posición en el ranquin de la Comunidad aragonesa se ve lastrada especialmente por la tributación del Impuesto de Patrimonio y de Sucesiones y Donaciones, y tampoco sale muy bien en la comparativa del IRPF.

Manifestación contra el impuesto de sucesiones
Manifestación contra el impuesto de sucesiones
Oliver Duch / María Bressel

Extremadura, Cataluña y Aragón, que cuentan con algunos tributos más elevados que en el resto de regiones, son las comunidades autónomas menos competitivas en términos fiscales, es decir, tienen menos capacidad de competir fiscalmente para retener y atraer empresas, según el Índice Autonómico de Competitividad Fiscal elaborado por la Unión de Contribuyentes.

Por el contrario, País Vasco, Madrid y Canarias, con tributos más bajos, son las comunidades más competitivas fiscalmente, según el índice elaborado por la economista Cristina Berechet y publicado por la Unión de Contribuyentes, con el apoyo de la Fundación para el Avance de la Libertad, que mide la política fiscal de las comunidades teniendo en cuenta los tramos autonómicos de los grandes impuestos, los tributos cedidos, los regímenes forales, la especificidad de Canarias y el resto de impuestos autonómicos.

En un ranquin, en el que obtener un 10 indica la máxima competitividad fiscal, Extremadura, con un 4,72, obtiene la peor nota debido, sobre todo, al "elevadísimo" Impuesto sobre el Patrimonio y los impuestos también más elevados en materia de Sucesiones e IRPF.

En el caso de Cataluña, la segunda comunidad con menor competitividad fiscal, con un nota de 4,75, también por debajo del aprobado, son los impuestos sobre la Renta, Transmisiones Patrimoniales y Patrimonio los que están más elevados que la media. Además, en esta comunidad, según el estudio, "proliferan" impuestos autonómicos adicionales, que triplican la media de las demás regiones y sitúan a Cataluña en la última posición de este subíndice.

Junto con Extremadura y Cataluña, aparece Aragón, que con un nota de 4,99%, también se sitúa por debajo del aprobado y es la tercera comunidad menos competitiva fiscalmente. En este caso, su posición en el ranquin se ve lastrada especialmente por la tributación del Impuesto de Patrimonio y de Sucesiones y Donaciones, y tampoco sale muy bien en la comparativa del IRPF.

Las más competitivas

Por el contrario, País Vasco, con su régimen foral, lidera el ranquin de competitividad fiscal y sus tres provincias (medidas por separado al disponer de normativas fiscales diferenciadas) obtienen una buena nota. Vizcaya ocupa la primera posición, con una nota de 7,10, seguida de Álava (7,04) y Guipúzcoa (6,75). Los tres territorios se encuentran entre los más competitivos de todo el Estado para todos los impuestos considerados y la peor nota de Guipúzcoa se debe al Impuesto de Patrimonio, más alto en esta provincia que en las otras dos.

Después de País Vasco, aparece Madrid, con una nota de 6,83, especialmente gracias a la fiscalidad más baja en Patrimonio, Sucesiones, Renta y Transmisiones Patrimoniales, aunque no es tan competitiva en el caso del Impuesto sobre Hidrocarburos. El estudio también destaca que es "preocupante" para la futura evolución de la competitividad fiscal de esta comunidad la proliferación de impuestos autonómicos adicionales a los comunes.

Por último, Canarias lidera junto a País Vasco y Madrid su capacidad para atraer inversiones gracias a los impuestos más competitivos, con una nota de 6,49. El archipiélago lidera el ranquin en dos subíndices: Impuesto de Hidrocarburos y Sucesiones, y tiene también un buen desempeño en Patrimonio y Transmisiones Patrimoniales.

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