Noche de ánimas: almetas y totones recorrerán las calles de Radiquero

Talleres de calabazas, teatralizaciones con historias de muertos revividos, más de un susto por las calles, dulcificados con la chocolatada popular, cuenta cuentos y una procesión de antorchas hasta el cementerio es el programa que presenta esta Noche de ánimas en Radiquero.

Las calabazas se colocaban en las ventanas para que las ánimas pasaran de largo en el víspera de Todos los Santos.
Las calabazas se colocaban en las ventanas para que las ánimas pasaran de largo en el víspera de Todos los Santos.
Eduardo Carcellén

Cuando caiga la noche del 28 de octubre, quien recorra las calles de Radiquero puede encontrarse de frente con las almetas y totones, almas en pena que intentarán arrastrarlo al otro mundo para intercambiarse con él y recuperar su vida terrenal. Es la fiesta tradicional que esta localidad cercana a Alquézar celebra desde tiempos inmemoriales al acercarse el día de Todos los Santos. La Asociación O’Coronazo recuperó la fiesta en el año 2001 y desde entonces no ha parado de crecer: “Se ha implicado todo el pueblo, que se disfraza para encarnar a estas almetas y totones que siempre hemos celebrado en el pueblo”, señala Pablo Calahorra, miembro de la asociación. El año pasado estuvieron acompañados por cerca de un millar de visitantes.

Talleres de calabazas, teatralizaciones con historias de muertos revividos, más de un susto por las calles, dulcificados con la chocolatada popular, cuenta cuentos y una procesión de antorchas hasta el cementerio para llevar a las almetas al mundo en el que deben descansar es el programa que presenta esta Noche de ánimas en Radiquero.

“La víspera de Todos los Santos se levanta el velo que separa el inframundo del mundo terrenal y en ese resquicio temporal se puede producir el tránsito de las almas en pena que regresan a la Tierra”, dice Calahorra al explicar el imaginario popular que dio origen a esta fiesta. Las almetas deambulan con dos cirios encendidos que intentan dar a algún vivo para intercambiarse con él, mientras que los totones son los guardianes del cementerio y se distinguen de ellas porque portan una única vela. La tradición marca que hay que huir de ellos, o al menos, no aceptar ninguna de las candelas bajo amenaza de acabar en el mundo de los muertos.

Otra de las prevenciones que establecían los antiguos era vaciar calabazas, cortarlas semejando caras y poner dentro una vela encendida. “Al colocar las calabazas en las ventanas, las almetas creían que las casas estaban habitadas y pasaban de largo”, señala Calahorra. La tradición de las calabazas “es totalmente europea, en el Alto Aragón tiene unas raíces ancestrales”, recalca este representante de O‘Coronazo, que quiere separar esta fiesta de la actual Halloween.

El taller de calabazas será el acto que abrirá el sábado 28 la fiesta. A las 17.00, niños y grandes están emplazados a crear sus calabazas. “Quien no haya podido conseguir una podrá comprarla en el taller”, dice Calahorra.También se crean figuras de almetas y totones con los que adornan las calabazas.  A las 18.30 se dará por concluido y comenzará el reparto de chocolate “que se preparaba para dar un alimento energético a los jóvenes del pueblo que estaban tocando las campanas toda la noche para ahuyentar a las almetas”, añade.

A las 19.00 comenzará la visita a los ‘rincones terroríficos’ instalados por el pueblo, donde los más atrevidos podrán quizás hacerse un selfi con almetas y totones. A las ocho menos cuarto llegará el discurso de Doña Severa (la cuentacuentos Sandra Araguás), una anciana del pueblo que recordará las leyendas más tétricas del lugar.

Se encenderán entonces las calabazas se habrán distribuido por toda la localidad y comenzará, la procesión de antorchas hasta el cementerio.

A las 19.45, en la iglesia, comenzará también un cuenta-cuentos con Pep Bruno, que relatará historias de miedo que también dan risa.

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