Chiringuitos financieros: una estafa al alza con víctimas de todo tipo

La CNMV ha alertado de la aparición de casi 400 entidades que dicen operar en los mercados, pero que no cuentan con permisos ni ofrecen seguridad alguna.

Los caminos cortos y rápidos no son, casi nunca, buenas elecciones. En ningún ámbito, pero sobre todo en uno como el económico, en el que la prudencia y la planificación son las mejores herramientas. Por eso la Comisión Nacional del Mercado de Valores lleva meses avisando en sus comunicados oficiales del peligro de uno de esos atajos que se ofrecen por distintos canales y que no llevan a buen puerto: los chiringuitos financieros. Se trata de aquellas entidades que "ofrecen y prestan servicios de inversión sin estar autorizadas para hacerlo. Son peligrosos porque en la mayoría de los casos la aparente prestación de tales servicios es solo una tapadera para apropiarse del capital de sus víctimas, haciéndoles creer que están realizando una inversión de alta rentabilidad", explican desde la CNMV.

Los elevados rendimientos que ofrecen suelen ser demasiado buenos para ser ciertos. Duros a cuatro pesetas. "Solo son el cebo con el que consiguen que los inversores menos informados o más confiados les entreguen sus ahorros. Cuando no pueden justificar las pérdidas, simplemente desaparecen o cambian de nombre. Es decir, no se trata de entidades más o menos solventes o con mayores o menores habilidades en la gestión financiera. Sencillamente, son estafadores", añaden desde el regulador.

Los reclamos de estas sociedades opacas se concentran en internet (webs, correos electrónicos, vídeos...) y en las llamadas telefónicas. La CNMV ha alertado de la aparición de casi 400 de estas plataformas desde 2010, una cifra que ha crecido de forma exponencial sobre todo en los últimos años. De estas, al menos medio centenar estarían radicadas en territorio nacional.

Para obtener los contactos, los chiringuitos recurren a bases de datos de las que extraen direcciones de personas que han suscrito un determinado producto financiero, reciben periódicamente una publicación económica o en alguna ocasión contestaron encuestas en las que reflejaron sus gustos, aficiones y situación económica familiar.

¿Y el perfil de víctima? "No existe un tipo concreto, ya que a menudo se trata de estafas muy elaboradas y con apariencia de credibilidad en las que puede caer cualquiera: pequeños empresarios, particulares con cierto nivel de ahorro, profesionales liberales... Es fácil resultar vulnerable ante las promesas de enriquecimiento rápido y sin riesgo, que por muy bien construidas que estén siempre son falsas", indican fuentes de la CNMV. El propio Josep Borrell, exministro de Obras Públicas y expresidente del Parlamento Europeo, denunció haber perdido 150.000 euros mediante una supuesta firma de trading establecida en el Reino Unido.

El fenómeno no es ajeno a Aragón. En Zaragoza se juzgó en 2014 el caso de Investahorro, que se llevó por delante alrededor de 20 millones de euros de unos 600 clientes y que acabó con una sentencia de cuatro años y tres meses de cárcel para el responsable del timo.

Sin protección legal

Cabe destacar que estas sociedades no están adheridas al Fondo de Garantía de Inversiones o de Depósitos, por lo que quienes les confíen sus ahorros no cuentan con protección legal alguna en caso de que las entidades se declaren insolventes. Si contasen con la autorización de los mercados, contribuirían con sus aportaciones a esos fondos.

Algunas de las últimas entidades de las que ha alertado la Comisión están radicadas en Reino Unido, Francia, Suecia y Luxemburgo. Los reguladores de estos países, al detectar su actividad fuera de la ley de los mercados, ponen en aviso a sus equivalentes en otros Estados.

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