Villamayor: pasito a pasito, rasmia y alegría

A la chita callando (y cuando se tercia, con los decibelios adecuados para calentar el alma), China Chana lleva más de una década haciendo música con el corazón desde Villamayor.

Nuria Martínez es la percusionista de China Chana, banda de Villamayor con algo más de una década de trayectoria; Ana, su hermana, es la vocalista. Ambas son del pueblo, han armado su vida allí y el proyecto, que actualmente solo las tiene a ellas como locales estrictas en la alineación, sigue siendo de Villamayor. A nadie se le ocurre discutirlo. Lo suyo es la rumba de raza, pero a su manera: 'chinachánica', con guiños al folclor aragonés. El pasado sábado acudieron a su tradicional cita con las fiestas del Pilar; compartieron tablas con Samba Da Praça en la Carpa Aragón de Macanaz. "Empezamos –explican ambas– hace diez años, si contamos desde el primer concierto, un par de años antes ya andábamos probando cosas". "Fue algo fortuito -especifica Ana- y poco a poco, que es lo que significa el nombre del grupo. Las primeras fueron mi hermana Nuria y una amiga, Lara, con percusiones. Luego entré en la voz, nos planteamos guitarras, vientos y apareció el grupo. Lo de irnos por la rumba fue natural".

Al principio, la escuadra estaba formada por Lara, Pilar, Elena, Nuria, Noelia y Ana; seis chicas. "Cuando empezamos a llamar músicos se quedaban un poco asustados ?ríe Nuria? pero enseguida fue armándose todo, de un modo muy natural. Recuerdo cuando vino Paul den Holder, era muy jovencico luego llegaron otros, buenos fichajes todos. Con Fletes ahora estamos muy entretenidos, nunca te aburres con él, y es una garantía".

Villamayor: pasito a pasito, rasmia y alegría

En los inicios había más tiempo para inventar.  Ganaron el PopyRock en 2008 y de ese éxito surgió la grabación del primer disco del grupo, ‘Al lío’ (2009). La vida actual del grupo, que sigue gozando de una buena salud, está más condicionada por el día a día de sus miembros. Ambas hermanas corroboran esa realidad. "Nos cuesta un poco, pero si se quiere, se puede. Antes ensayábamos aquí, en un local enorme; los de Villamayor éramos mayoría, y no teníamos nada más que hacer, metíamos muchísimas horas. Ahora cada uno es de un sitio, tenemos más años, han llegado niños… pero nos apañamos".

La percusión y el cajón fueron los elementos que marcaron la opción sonora de China Chana. "Lara y yo ?recuerda Nuria? dábamos clases en la escuela de música de Villamayor y una vez tocamos en una Casa de Juventud. Después de vernos tocar, el profesor nos dijo que necesitábamos un nombre artístico, y ahí mismo nació China Chana. Con Ojos de Brujo nos comparaban mucho, y no creo que nos parezcamos tanto, más allá de ciertos guiños por el formato y la cantidad de vientos, pero musicalmente… pues no, y ojo, que soy muy fan".

De toda la trayectoria de directos, cada una se queda con un recuerdo: Ana opta por el bolo junto a Macaco en el Luna Lunera de Sos, y Nuria por el concierto junto a Amparo Sánchez en el Caracol de Zaragoza hace tres años. "Compartir escenario con ellos fue increíble. El de Macaco fue sobre todo por el entorno, muy bonito ?cuenta Ana? aunque yo no lo pude disfrutar del todo porque trabajaba al día siguiente y tuve que volver corriendo, pero éstos lo gozaron. En ese bolo sentimos un poco lo que es trabajar a lo grande; nos descargaron el material de la furgoneta, nos hicieron un vídeo a no se cuántas cámaras... de lujo".

La banda tiene ahora mismo nueve miembros: Javier Sánchez y David Celorrio (guitarras), Ana Martínez (voz), Nuria Martínez (percusión), Víctor Murillo (bajo), José Luis Seguer ‘Fletes’ (batería), Laura Contreras (baile y coros), Eva Lago (coros) y, aunque técnicamente aún están en fase de conquista, Miguel Ángel Laita (trompeta), apoyo habitual del grupo y parte capital de Artistas del Gremio. No queremos dejar de tocar nunca, ni planear muchas cosas más allá del próximo concierto, sin prisas ni estrés. Nos marcamos plazos para cosas puntuales, pero el próximo disco llegará cuando llegue. El grupo es una terapia para todos nosotros".

Amor incondicional

Ana y Nuria quieren un montón a Villamayor. La pasión se les adivina en los ojos; se contienen al hablar, quizá para no parecer exageradas, pero tampoco se cohiben del todo. "La gente, la buena gente; siempre se dice, pero es fácil comprobarlo, solo tenéis que venir: altruista, solidaria, siempre dispuesta a echar una mano para hacer lo que sea".

El discurso pasional tiene también una deriva pragmática. "Estamos a tiro de piedra de Zaragoza y sus servicios; al mismo tiempo, suficientemente lejos para evitar los problemas de la ciudad. Aquí se vive muy bien; hay calidad de vida y cosas muy bonitas, como la Sabina, un árbol inmenso y milenario; las ermitas e iglesias, las propias calles… pero detrás de las cosas están las personas. Aquí nos han querido mucho desde el principio, se volcaron; por eso no se nos quita el nombre de Villamayor de la boca allá donde vamos".

El municipio 731 de Aragón, casi doce años después de que se desgajase de Zaragoza capital

El 26 de enero de 2006, Villamayor pasó a ser un municipio (el más joven de Aragón) y abandonó su condición de barrio rural de la ciudad de Zaragoza. Un hecho que si bien no recibió un aplauso unánime, sí supuso honrar la voluntad de la mayoría de parroquianos. Desde hace una década, cada 12 de marzo y coincidiendo con la recuperada festividad de San Gregorio, Villamayor celebra su condición de municipio independiente, que cuenta además con nuevo escudo y bandera. Reticencias aparte, es hecho probado que la administración en el propio término municipal ha permitido mejorar los servicios que se prestan al ciudadano. También se ha avanzado en la comunicación con las viviendas diseminadas en el centro del municipio, se han habilitado espacios para las asociaciones, adecuado la biblioteca municipal, los espacios del consistorio y los servicios sociales. El municipio cuenta además con representación propia en instituciones como la Mancomunidad Ribera Izquierda del Ebro, Mancomunidad Central de Zaragoza y el Consorcio de Transportes del Área de Zaragoza.

‘Trasnochadas’, fiesta veraniega para iluminar las almas cuando el sol se marcha a dormir

Las ‘Trasnochadas’ son unas jornadas culturales diseñadas para todo tipo de público, que dieron comienzo en Villamayor durante el verano de 2012. Las manifestaciones artísticas ‘a la fresca’ incluyen música y teatro, amén de arte plástico. Por las tablas de Villamayor han pasado artistas como Pepín Banzo, Diego Peña o Titánicas Company; se ha podido disfrutar del talento improvisado de Teatro Indigesto, del flamenco de La Querencia y Puro Flmnko, de los Títeres sin Cabeza, del circo de Callejeatro, de cine al aire libre, de la música de Pato y Hernán, de Qué Demasiao (tributo a Joaquín Sabina) y de muchos otros.

El escenario es el patio del antiguo colegio Mariano Castillo (actual Centro Cívico, escuela de música y biblioteca), mientras que en horario extendido hay actividades complementarias (‘aquagym’, zumba, cine al aire libre) y se abre la veda del baño hasta la 1 de la mañana. Además, en abril se hace una Semana del Libro, que este año dedicaron a la figura de Gloria Fuertes por el centenario de su nacimiento. En esa semana destaca la actividad ‘Villarte’, una exposición de diversas disciplinas, desde pintura con diferentes técnicas, escultura, fotografía o incluso restauración.

LOS IMPRESCINDIBLES

Pepe Cerdá

El pintor oscense vive desde hace tiempo en Villamayor; regresó al pueblo tras residir casi una década en París durante los noventa. Actualmente exhibe la muestra pictórica ‘Aún es siempre’ en el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza. Estará abierta al público hasta el próximo 13 de enero.

‘De la plaza al carasol’

Este libro de investigación, que toma prestado su nombre de una copla de ronda, está escrito por Manuel Tomeo, editado por el Ayuntamiento y versa sobre la historia de las calles del pueblo. Se presentó el pasado 29 de septiembre.

Sor Martina

Una placa recuerda en la plaza del Ayuntamiento a esta villamayorense nacida en 1573. Fray Andrés de Maya escribió que cuando ella rezaba el Rosario y la Pasión, cada palabra que decía se convertía en una flor hermosísima.

- Ir al especial 'Aragón, pueblo a pueblo'.

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