Parques culturales

Nuestros pueblos tienen que hacer un ejercicio de imaginación para conseguir un futuro viable, en un momento en que la despoblación y el envejecimiento son una amenaza. Gran parte del territorio solo saldrá adelante mediante la búsqueda ambiciosa de proyectos para asentar población. A eso responden los parques culturales, los que ya existen y los que están proyectados. En funcionamiento están los de San Juan de la Peña y Río Vero, en Huesca, y los de Río Martín, Albarracín y Maestrazgo, en Teruel. Aragón fue pionera entre las autonomías, con la Ley de Parques Culturales de 1997.

En Benasque y en Alfambra se han puesto los fundamentos para conseguirlo. Los nueve municipios del valle de Benasque han cursado la petición al Gobierno aragonés. Quieren proteger y promocionar su patrimonio cultural y natural. Se trata de un paisaje espectacular de montaña. En lo cultural quieren poner en valor sus conjuntos urbanos y su folclore tradicional, así como su habla propia, el patués, variedad nororiental del aragonés. La declaración como parque cultural proporcionaría también un instrumento adecuado para canalizar y coordinar ayudas y subvenciones.

Diez municipios turolenses promueven el parque cultural  del chopo cabecero del Alfambra. Se trata de la mayor concentración europea de este tipo de chopos centenarios. Los ayuntamientos y los colectivos implicados buscan revalorizar un paisaje secular para su conservación y aprovechamiento  turístico. Mientras, el Geoparque del Maestrazgo esperaba recuperar el certificado de la Unesco, del que fue excluido.  Este parque cultural agrupa un importante conjunto geológico, muy visitado por estudiosos universitarios.

En la Comunidad de Albarracín se busca promover un parque faunístico en Tramacastilla, que complementaría la oferta turística de la zona. La Diputación Provincial se responsabiliza de la última fase de este proyecto. Se piensa en el modelo del Parque de Lacuniacha, instalado en Piedrafita de Jaca. Podría estar gestionado por la empresa del parque oscense, aprovechando las sinergias de un funcionamiento conjunto. La Comunidad de Albarracín quiere abrirlo en la primavera de 2018 y se baraja la posibilidad de que incluya un centro de reproducción de lince ibérico.

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