"Veo difícil que el final del terrorismo islámico sea como el de ETA"

Han vendido 14.000 ejemplares de ‘Sangre, Sudor y Paz’ en apenas una semana. ¿A qué achaca este éxito?

La acogida ha sido muy buena y vamos por la segunda edición. Contamos algo que todo el mundo sabe pero que había que escribir: que ETA ha sido derrotada por el Estado de Derecho y principalmente por la Guardia Civil. Ningún grupo terrorista del mundo de ese nivel ha sido derrotado policialmente. En España tenemos un cierto complejo de inferioridad y en este tema hemos dado lecciones al mundo. No porque seamos más listos, sino porque nos han matado muchísimo.

Aragón y Zaragoza, en particular, han pagado también un alto precio.

Este año se cumple el 30 aniversario del atentado de la casa cuartel. Por eso hemos querido que, después de Madrid, Zaragoza fuera la primera ciudad que visitásemos. Creo que tenemos que rendir un homenaje a la ciudad, a la gente que se quedó por el camino.

La historia la escriben los vencedores. Podrían reprocharles tener una versión demasiado parcial.

El libro es absolutamente objetivo. Y si no lo fuera, no valdría nada, porque ya se encargaría la otra parte de poner de manifiesto el sesgo, la parcialidad o los errores. Yo creo que al libro no se le puede poner ningún pero y le aseguro que cumple con todos los estándares que debe cumplir un libro de historia.

Llevamos un par de semana asistiendo a muestras multitudinarias de apoyo al trabajo de la Guardia Civil. ¿Se ha elegido este momento para presentar la obra?

No, la editorial lo preparó con mucha antelación y Cataluña nos ha contraprogramado.

El terrorismo islámico ha hecho que ETA pase a un segundo plano. Sin embargo, la novela ‘Patria’ de Fernando Aramburu ha sido un fenómeno literario. ¿La gente sigue buscando respuestas?

Hay una pequeña parte de la población que quisiera pasar página, pero no se puede pasar página. La sociedad vasca ha sido la más castigada, pero también ha estado un poco de perfil y en este tema tiene que saber. Al final, es el triunfo de la democracia, del Estado de Derecho. Saber no es malo y puede evitar que se cometan nuevos errores.

¿Con qué se han encontrado más a la hora de recopilar testimonios: con víctimas que querían olvidar o con personas que necesitaban desahogarse?

El gran plus de este libro es la gran cantidad de testimonios personales, muchos de ellos inéditos, tanto de víctimas como de investigadores. Pero hay algo que nos ha sorprendido a nosotros mismos: las víctimas al principio no querían o estaban reacias a hablar. Y hacerlo ha sido al final un bálsamo para muchos de ellos. Sobre todo, a la hora de intentar dar algún sentido a la pérdida de sus seres queridos.

¿Hay lugar para la autocrítica en este libro?

Hay crítica, sí. El Estado no lo ha hecho todo bien y la Guardia Civil, tampoco. Ni mucho menos, en 50 años es imposible. Y los errores se ponen de manifiesto. En los testimonios de las víctimas no ha habido ninguna censura, ha habido gente que ha criticado abiertamente y así ha quedado reflejado. Sobre todo, porque este no es un libro oficial de la Guardia Civil. Es un libro abierto.

Más de 800 muertes y tanto dolor han tenido que servir para algo. ¿Estamos ahora más preparados para combatir la amenaza yihadista?

No le que quepa ninguna duda. Ahora mismo, lo más parecido a lo que fue la lucha contra ETA es el batalla contra el terrorismo islamista. España está más preparada porque tenemos un rodaje, toda la gente que trabajó conmigo en terrorismo contra ETA está ahora combatiendo a los yihadistas. Y en la Policía pasa algo parecido. Esos 50 años de aprendizaje, de aplicar lo que se ha hecho bien y no repetir lo que se hizo mal, hoy en día nos da una ventaja que pocas policías tienen. En identificación de víctimas por ejemplo, lo vimos con los atentados de Madrid. Fue modélico. Y en algún otro país esto no ha sido así, pero es que aquí hemos enterrado a mucha gente.

¿Confía en que el final del terrorismo islámico sea como el de ETA?

No, yo no se cuál será el final del terrorismo islámico, pero veo difícil que sea como el de ETA. El terrorismo vasco era un terrorismo localizado, que sabía lo que quería, sabías quiénes eran, sabías dónde estaban y hasta casi sabías cómo derrotarlos. El terrorismo islamistas tiene unos componentes que no son ni parecidos.

¿Y lo ve próximo?

No es mi materia, pero la verdad es que próximo no lo veo. Porque cuando tienes fanáticos dispuestos a matar e inmolarse por un motivo religioso... Eso difícilmente acabará alguna vez. Habrá más o menos, serán más o menos letales, pero finalizarlo será complicado.