Ansó: Pienso bien, luego me emociono

En 2013, Pilar López se estableció en Ansó, donde tiene sus raíces; la niña de su interior siempre quiso vivir allá. Ejerce de psicopedagoga con la premisa de mimar por igual a cuerpo y mente.

Pilar López, feliz por trabajar y vivir en Ansó.
Pilar López, feliz por trabajar y vivir en Ansó.
Laura Uranga

Para un foráneo es fácil ensimismarse (y entusiasmarse) en Ansó, otro de los miembros aragoneses en la lista de los pueblos más bonitos de España. La belleza de sus casas y calles, el paraje natural que rodea al conjunto urbano, los detalles casi imperceptibles en cada esquina, los ríos y pozas de los alrededores, las bordas de cocina tradicional, los espectaculares trajes típicos... la búsqueda de paz y armonía que preside los planes de muchos visitantes se topa fácilmente con vidas extra, corazones saltarines de videojuego que elevan la ‘stamina’ hasta las nubes. Los de casa, aun conscientes de esta realidad, no son muy dados a las alharacas; el carácter montañés suele preferir el elogio discreto, y cuida con celo lo conseguido a fuerza de trabajo, rectitud y respeto a la tradición.

Pilar López es zaragozana, hija de ansotano, y se estableció en el pueblo hace cuatro años... aunque lleva toda la vida viniendo a la menor oportunidad, alargando las estancias en la medida que le permitían sus obligaciones académicas y laborales. En 2013 alineó sus coordenadas personales, sin esperar a que una conjunción astral hiciera la tarea, y puso proa al valle para quedarse. Desde allí aplica sus conocimientos psicopedagógicos en actividades diversas, que abarcan el pueblo, la comarca y todos los puntos de Aragón que reclamen sus servicios bajo un atractivo epígrafe: Bienpensar Emocional.

Ansó: pienso bien, luego me emociono

"A veces parece una yincana ?bromea Pilar? y más al concretar la actividad en la inteligencia emocional. Es un tema no muy conocido, aunque eso está cambiando, y en un sitio pequeño no es tan habitual pedir ayuda para educar a un hijo. Lo tomé como una carrera de fondo; cuando la gente te da confianza, las pruebas de la yincana van siendo más asequibles".

Desde hace menos de un año, la actividad está dejando réditos espirituales profundos en la propia educadora. "Ha habido momentos de duda, de no saber si iba a llegar a algún lado con esto. Esta primavera empezaron a llegar ofertas nuevas, muy personalizadas; eso significa posibilidad de escoger... aunque trato de decir sí a casi todo, siempre que tenga que ver con educación y aportes al lugar en el que vivo".

Colonias y periodismo

Los campamentos de verano en Ansó de los dos últimos años han contado con Pilar como educadora. Además, también se ha encargado de formar a formadores. "El trabajo con los profesores es muy interesante, igual que el que hago con los niños y padres. En verano pasamos dos meses intensos con las colonias y preparamos actividades de todo tipo para divertir y motivar a los chavales. Ahora, con el principio de las clases, coordino un periódico en el pueblo con los niños, y sigo dando talleres. No me importa desplazarme; he apostado todo por vivir en Ansó y dedicarme a lo que me gusta. Eso supone no tener apenas vacaciones; cuando uno es autónomo hay que exprimirse para que salgan las cuentas, pero he aprendido a descansar, a buscar el equilibrio y cuidar cuerpo y mente".

El concepto de inteligencia emocional puede resultar paradójico para el somarda medio. Mezclar conceptos que podrían llegar a ser antagónicos es un reto añadido. Los refranes y adagios están para darles la vuelta si la ocasión lo merece, caso del que acuñó Pascal y que titula este texto: originalmente se opone razón a corazón. "Yo creo ?aclara Pilar?que no se trata de blanco o negro; ambas realidades aportan informaciones no necesariamente contradictorias. Cuando hay conflicto, la forma de resolverlo es el balance, escuchar tanto a la mente como al corazón".

La pronunciada tendencia a la sobreprotección de los chavales es ‘ley’ en la sociedad actual. "Lo veo como un problema serio ?corrobora Pilar? porque está creando personas muy débiles, que no saben lidiar con el fracaso y el error como parte de la vida. Hablando metafóricamente, el niño debe saber que no tiene que meter la mano en el fuego, y que si la mete se quemará, pero confinarlo en una burbuja es muy malo; las burbujas explotan y la primera bofetada de la vida será realmente traumática".

Habla la niña interior

A Pilar se le llena la boca de Ansó. "Aquí tengo grandes recuerdos de mi infancia y adolescencia; para mí, ser feliz es cuidar al niño que llevas dentro. No hablo de un ser caprichoso, sino de la personita que no ha perdido la espontaneidad, que mantiene la ilusión por las cosas. Cuando quiero sentirme bien, pienso en lo que me hacía feliz de pequeña; ahora, por ejemplo, me ha dado por pintar, y de niña me encantaba. Otra cosa que siempre quise y que mi niña interior nunca olvidó era vivir en Ansó; familia, recuerdos, el río, el monte... hay actividad cultural, bares, servicios básicos; no te aburres. Sabía que haciendo realidad ese sueño, el resto vendría bastante rodado".

La Exaltación del Traje Ansotano se celebra el último domingo de agosto desde 1971

El traje típico ansotano tiene su día, largamente esperado por residentes y veraneantes. El último domingo de agosto, Ansó es un hervidero de gente deseosa de admirar la impactante indumentaria que presidía las escenas cotidianas de antaño. Cada familia tiene sus trajes, y hay un ropero municipal que atiende las peticiones extraordinarias, siempre canalizadas a través del Ayuntamiento. Se hace pregón a finales de julio para recordar la necesidad de apuntarse a la hora de pedir traje. Hay muchos tipos: de cristianá, de periquillo, de saigüelo, de diario, de calzón de fiesta, de novios de calle y de iglesia, de trabajo, de cofradía, de padrinos, del alcalde... se marca un plazo para pedirlos, tras el cual se contabilizan las solicitudes y se trata de contentar a todos, aunque no siempre hay cupo. En el gran día se escenifican costumbres y tareas realizadas antiguamente en la vida familiar; también se organiza una pasarela instalada en la plaza Mayor, con desfile explicativo, seguido de misa solemne. El traje tiene además su propio Museo, instalado en la antigua ermita de Santa Bárbara desde 2011.

Pascuala Mendiara Navarro, modelo de Sorolla y parte de una familia de larga tradición artística

A principios del siglo XX, Joaquín Sorolla viajó en dos ocasiones a Ansó. Buscaba ideas para un encargo de la Hispanic Society of America, en Nueva York. De Ansó se trajo inspiración para el mural ‘Aragón, la jota’, que formaría parte de su serie ‘Visiones de España’, amén de un cuadro, ‘Tipos del valle de Ansó’ (1914). La ansotana Pascuala Mendiara Navarro, que había visitado su estudio en Madrid (llevaba anualmente té y hierbas medicinales a la capital) le sirvió de modelo en esta segunda obra junto a una sobrina suya, Sebastiana. Se da la circunstancia de que Pascuala es abuela de Antonia Puyó, fundadora de la galería de arte zaragozana que lleva su nombre (Madre Sacramento, 31) y que ha regentado durante décadas junto a su marido Pepe Rodrigo. Hace poco más de un lustro, Antonia pasó el testigo a su hija Patricia, actual responsable de la galería (orientada al arte moderno) y de la tienda Moldurarte junto a su hermano José Antonio. Patricia (sentada en el banco con traje típico ansotano en la fotografía situada en lo alto de esta página) estrenó la pasada semana la exposición ‘Luv-A’, del joven fotógrafo oscense Jorge Isla; estará abierta hasta el 18 de noviembre.

LOS IMPRESCINDIBLES

Gastronomía de rechupete

En Ansó se cuida el paladar; la oferta de restauración y especialidades artesanas es amplia. Destacan las migas de la borda Chiquín, el pacharán casero de Echevarne, los hojaldres y tartas del Zuriza y las rosquillas de Mendiara.

La porcelana de Blanca

Blanca Alfonso lleva más de veinte años dedicada a la alfarería. Su pasión por el torno ha experimentado una deriva hacia la porcelana desde hace unos años, y las piezas resultantes son una maravilla. Más en www.porcelanablanca.es

La iglesia de San Pedro

Fue construida en la segunda mitad del siglo XVI. Participaron varios maestros, entre los que destacan Esteban de Olariaga, Ochea y Bartolomé de Hemosa. Merece la atención el retablo mayor barroco de finales del siglo XVII.

Ir al especial 'Aragón, pueblo a pueblo'

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión