Los 82 colegios públicos de Zaragoza se quedan sin conserjes por las tardes, algunos desde las 15.00

Fapar critica que los turnos fijados para los oficiales por el Ayuntamiento limiten el uso de las instalaciones. Los centros con menos de 14 aulas y jornada continua no tienen cubiertas las extraescolares.

Padres y niños salen del colegio Gascón y Marín de Zaragoza, ayer, al terminar las actividades extraescolares.
Padres y niños salen del colegio Gascón y Marín de Zaragoza, ayer, al terminar las actividades extraescolares.
Oliver Duch

El conflicto de competencias que desde hace años enfrenta al Ayuntamiento de Zaragoza y la DGA por los oficiales de mantenimiento de la plantilla municipal que trabajan en los colegios del Gobierno aragonés vive este comienzo de curso un nuevo capítulo. La polémica ha surgido con la aprobación del horario de prestación de servicio de estos profesionales, que se encargan de abrir y cerrar los centros, encender la calefacción, supervisar el correcto funcionamiento de muchos aparatos y realizar labores de conservación. La Federación de Padres de Alumnos de la escuela pública de Aragón (Fapar) denuncia que estas jornadas laborales (la más prolongada acaba a las 17.45) limitan el uso y optimización de estas instalaciones escolares y obligan a las familias y al equipo directivo o empresas que organizan las actividades extraescolares a abrir y cerrar los colegios.

El problema de fondo es la falta de suficientes oficiales, ya que la plantilla actual sobre el papel de 151 (de los que están operativos entre 125 y 130 a causa de las bajas), tendría que incrementarse como mínimo hasta los 163, una cifra que aumenta hasta los 175 si se tiene en cuenta el programa de conciliación familiar Zaragalla.

El horario fija que en los establecimientos educativos con dos operarios (aquellos con más de 14 aulas), el turno partido será de 8.45 a 12.45 y de 14.45 a 17.45. Si solo hay un conserje (hasta 13 aulas), este turno partido comenzará 15 minutos antes del horario lectivo obligatorio tanto por la mañana como por la tarde, y acabará un cuarto de hora después de terminadas las clases matinales y una hora y 15 minutos de las vespertinas.

Además, en los centros donde está implantada la jornada continua, cuando se disponga de un solo profesional, este realizará turno de mañana, y si cuenta con dos, el segundo cumplirá el partido. Lo contrario ocurre en aquellos en los que no está establecida la nueva organización de tiempos escolares: cuando haya un oficial este realizará el turno partido y en caso de disponer de un segundo, este cumplirá el de mañana.

Así las cosas, las escuelas con jornada continua y un solo oficial de mantenimiento (está entre las 8.00 y las 15.00) atiende el periodo lectivo de los alumnos, pero no la salida del comedor ni las actividades extraescolares, que suelen prolongarse hasta las 16.30. Es el propio equipo directivo, la empresa de las extraescolares y las familias las que asumen la responsabilidad de hacerse cargo de las llaves. Además, esta tesitura impide, por ejemplo, que los niños puedan jugar en las instalaciones deportivas hasta que se cierran o que utilicen la biblioteca. Este tipo de funcionamiento es habitual para poder dar el servicio de ‘madrugadores’ –alumnos que deben estar en el colegio antes del inicio matutino de las clases–.

Un turno excepcional

El hecho de que la jornada laboral termine, como muy tarde, a las 17.45 también genera problemas. Las reuniones del Consejo Escolar o de inicio de curso con todos los padres, que se están llevando a cabo estos días, suelen alargarse más y los propios equipos directivos cierran las instalaciones en caso necesario. También hay escuelas con citas deportivas hasta las 20.00 y 21.00.

El horario, aprobado el pasado junio con el respaldo de todos los sindicatos y que se trasladó a Educación de la DGA y a los equipos directivos de los centros (además de volver a recordarlo este septiembre), contempla un turno de trabajo excepcional por razones del servicio de 15.00 a 22.00. Este existía ya antaño cuando algunos coles contaban con hasta tres trabajadores municipales (algo inaudito hoy).

Desde el área de educación del Ayuntamiento de Zaragoza explicaron ayer que está pensado para "momentos puntuales" como pueden ser las semanas culturales o programaciones de fin de curso. Estas mismas fuentes reconocieron que la plantilla es "claramente escasa e insuficiente" para cubrir las necesidades, pero que el Consistorio no tiene "margen de maniobra" tanto por el techo de gasto como por la tasa de reposición, que sigue al 50%.

Asimismo, desde el Consistorio dejaron claro que los equipos directivos, las ampas o las empresas de extraescolares siempre tienen la opción, como ya se hace, de contar con un juego de llaves. "Solo hay tres o cuatro colegios en los que nadie quiere asumir estar responsabilidad y puede haber problemas", apuntaron. El pasado julio el servicio de Educación municipal mantuvo una reunión con la DGA y se ha constituido una comisión mixta, que aún tiene que celebrar su primer encuentro, para valorar las consecuencias de la aplicación de los turnos de trabajo.

Los sindicatos, según fuentes de la sección de CC. OO., defienden que se ha intentado buscar la "mejor solución para el día a día", atender el horario lectivo obligatorio (que es cuando hay más movimiento de niños) y facilitar que se puedan cubrir las vacantes que se produzcan. El tema que queda pendiente es el nuevo manual de funciones de los oficiales de mantenimiento (el actual data de 1994), al que se quiere dar plena validez y que sea aprobado en pleno.

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