Chiprana: tesoro biológico en 'salmuera' del Bajo Aragón

La Saladas de Chiprana, reserva ecológica dirigida, son un refugio de gran relevancia para flora y fauna, desde ciertas bacterias prehistóricas a los majestuosos tarros blancos.

Alfredo Legaz, en la orilla de una de las balsas de la Saladas de Chiprana.
Alfredo Legaz, en la orilla de una de las balsas de la Saladas de Chiprana.
Laura Uranga

El Conjunto Lagunar de las Saladas de Chiprana, reserva natural dirigida desde 2006, está compuesto de una serie de cubetas endorreicas; hay tres principales (Salada Grande, Salada de Roces y Prado del Farol) y otras tres subcuencas. Esa es la teoría que encabeza el análisis de este impresionante paraje del Bajo Aragón zaragozano. La reacción visceral ante su estampa es, lógicamente, más prosaica; es una pasada. Impresiona de lejos, con las tres masas grandes de agua dispuestas como un trébol, y los cristales salinos de blancura impoluta refulgiendo al sol. Impresiona de cerca, con la quietud de sus aguas y las gemas de sal depositadas en las orillas. Impresiona al saber lo que esconde en el fondo: especies bacterianas tan antiguas como el propio planeta.

Alfredo Legaz es agente de la Protección de la Naturaleza del Bajo Aragón-Caspe. Su labor como funcionario es amplia, desde la protección de especies a los operativos que combaten los temidos incendios veraniegos. Vive en Caspe, pero las Saladas de Chiprana son una debilidad personal. Las ha estudiado por activa y por pasiva, y viene a efectuar mediciones de salinidad en sus orillas varias veces al mes. "La Salada Grande de Chiprana se caracteriza por ser la única laguna salina permanente de interior con aguas profundas de la Península Ibérica. En algunas zonas la profundidad llega a alcanzar los cinco metros y medio, y es en esas aguas donde aparecen los tapetes microbianos remotos que se han conservado como si fuese en salmuera, debido a la diferente densidad; son verdaderas reliquias del pasado".

Aragón pueblo a pueblo: Chiprana

En el centro de Chiprana hay un centro de interpretación sobre este tesoro natural del municipio. También se le conoce como El Herbario, porque el edificio que lo alberga estaba destinado a esa función originalmente, con la colección del eminente botánico Francisco Loscos como base expositiva.

Interacción con los peques

El centro tiene una disposición sencilla y funcional, muy orientada a la divulgación escolar desde el nivel inferior con paneles participativos, y cuenta con explicaciones audiovisuales. En sus paneles se detalla la especialísima flora y fauna de las Saladas.

Así, en las playas próximas al agua se instalan las salicornias, aunque también hay tomillo, romero y tamarices. La ruppia marítima es uno de los grandes tesoros botánicos del lugar, ya que se trata de la única estación continental de esta planta marina.

En cuanto a la fauna alar, se pueden encontrar chorlitejos patinegros, zampullines, cigüeñuelas, patos colorados y fochas comunes, todos ellos alerta ante la presencia de su predador, el aguilucho lagunero. El tarro blanco es la estrella entre las aves divisables en las Saladas. Es una especie protegida y en el Bajo Aragón ha encontrado un refugio esperanzador. "Este año han criado cuatro parejas ?apunta Alfredo? y esperamos que sigan viniendo. Son lo más valioso que hay sobre la superficie de las Saladas: en su interior hay que volver a destacar los tapetes microbianos, que se extienden desde las orillas hasta profundidades de entre metro y metro y medio. Si observamos al microscopio una muestra de este tapiz se comprueba que es una red de microorganismos vivos, llamados cianobacterias, que se entrelazan y envuelven los pequeños fragmentos minerales de los fondos, creando una red verde sumamente resistente. Ese manto ha conservado bacterias descendientes de organismos que poblaron la Tierra hace más de 3.500 millones de años; siguen aún aquí, mostrándonos como era su ambiente, su vida, sus relaciones: vienen de cuando no había oxígeno, y respiraban azufre".

Respeto

Alfredo valora el grado de responsabilidad de los visitantes habituales a las Saladas. "Tenemos dos observatorios de aves, uno de madera y otro de piedra, y hay cartelería que prohíbe abandonar el sendero circular salvo el acceso puntual a los observatorios. La verdad es que la gente que viene aquí acude por una curiosidad genuina, es algo que hay que venir a buscar. Con un poco de responsabilidad, y siguiendo las indicaciones de los paneles explicativos, no debe haber problemas. Esto no es el Mar Muerto, pero lo que se encuentra aquí es comparables a grandes saladas de Australia, Irán, Libia... un tesoro que debe preservarse".

En las Saladas también llaman la atención los paleocanales, formaciones que se generan de los aluviones y arrastres de los ríos y que, cuando los caudales desaparecen, se acumulan: son un vistoso depósito de sedimentos en forma de ‘U’.En el Centro de Interpretación de Chiprana se señala que estas formaciones, además de en Aragón, se encuentran en el Sahara, en Utah y en Marte. ¿Futuros territorios hermanados con Chiprana?

Mausoleo Romano de la Ermita de la Consolación: la mitad de una fachada milenaria

La ermita de Nuestra Señora de la Consolación de Chiprana es una obra de estilo barroco del siglo XVIII, en pleno centro del pueblo, que suple a una iglesia gótica anterior construida sobre los restos (incrustados en los muros del templo) de un Mausoleo romano del siglo II, monumento nacional desde 1931. Este edificio funerario romano, adscrito a la tipología de mausoleo sarcófago, presenta en su lado norte dos arcos de medio punto, y el arranque de un tercero, separados por pilastras acanaladas corintias que sostienen un sencillo entablamento sobre el que hay una inscripción que dice: ‘Fabiae et Severae Dierum XXX’. En el lado sur se aprecia el basamento de la fachada opuesta del monumento funerario, que ocuparía el espacio de la actual cabecera del templo. El resto de la construcción pertenece a la época barroca. Consta de nave única con capillas laterales y cabecera recta. La nave se cubre con bóveda de cañón con lunetos: la cabecera lo hace con cúpula. El ingreso abierto en arco de medio punto dovelado en el hastial occidental pudo pertenecer a la construcción medieval.

Los mágicos baños del Balneario de Fonté, una aventura que concluyó hace casi un siglo

Muy cerca de las Salinas de Chiprana y a corta distancia de Caspe está el edificio en desuso del antiguo Balneario de Fonté. Se trata de una aventura empresarial que creció al calor de cierto manantial; sus aguas, según dictaba la tradición oral, funcionaban como excelentes purgantes y diuréticos, facilitando, entre otras cosas, la digestión y el sueño. A mediados del Siglo XIX, el empresario caspolino Joaquín Barberán proyectó un hotel de lujo para albergar a quienes vinieran atraídos por las propiedades curativas del manantial; también se acercaban a las Salinas, movidos tanto por las propiedades curativas del agua como por la mera curiosidad. En 1862 el hotel ya funcionaba a pleno rendimiento, y más adelante, cuando se inauguró la línea de ferrocarril entre Madrid, Zaragoza y Barcelona, se multiplicaron los visitantes en este lugar, que cerró en 1920. A día de hoy, el exterior del edificio no es más que un armazón de piedra sin vida. En sus paredes interiores todavía pueden leerse sobre el yeso las curiosas firmas de quienes pasaron por allí, y algunos versos como los que siguen: ‘Ay’ una ‘alaja’ en Fonté/Que vale muchos millones/Para curar los enfermos/Y alegrar los corazones.

LOS IMPRESCINDIBLES

Romería hasta San Marcos

El sábado de la semana que comprende el 25 de abril se llega a esta ermita colindante con las Saladas de Chiprana. Hay misa, aperitivo brindado por las autoridades locales, comida popular y baile antes del regreso al pueblo.

San Juan Bautista

la Iglesia fue construida en el siglo XVIII sobre un templo gótico del siglo XIII de la que apenas quedan restos. Cuenta con una cabecera plana prolongada en una única nave, en cuyos laterales se abren una serie de capillas.

La Dehesa de Baños

El yacimiento de la Dehesa de Baños de Chiprana está compuesto de conjuntos romanos altoimperiales, asociados al tráfico fluvial del Ebro, además de una villa tardorromana y varias necrópolis medievales.

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