¿Es posible comunicarse con un perro?

Espacio Ítaca acaba de publicar la segunda parte de su estudio ‘¿Qué sabemos de perros?’, sobre la convivencia entre aragoneses y sus canes

Chato y Sira
Chato y Sira
C. I.

Javier Prades, profesor de guitarra zaragozano de 52 años, se encontró con un problema en casa cuando Dylan, su chihuahua de 2 años y medio, comenzó a tener problemas de conducta y comportamientos violentos. “El simple hecho de intentar ponerle un arnés o darle la medicación era imposible. No podíamos tocarlo ya que respondía de manera agresiva”, recuerda Prades.

Fue por eso que decidieron poner el tema en manos profesionales. “Primero estuvimos en Cinópolis, donde pudimos limar muchas asperezas y nos recomendaron las formaciones de Espacio Ítaca para ampliar conocimientos sobre aprendizaje, desarrollo, necesidades y comunicación con perros”, añade. En su opinión, ha notado un cambio muy importante en el comportamiento de Dylan, pero también en su propia persona. “Nunca había tenido un perro y desconocía los problemas que podían surgir y lo que suponía tener una mascota. Para mí ya no es un animal, ahora es uno más de la familia”, asegura.

Por su parte, Alejandra Garate, vecina de Zaragoza de 34 años y trabajadora en una agencia de viajes, llegó a Espacio Ítaca para tratar de corregir las desavenencias entre sus dos perros, Chato y Sira. “Los dos vienen de protectora pero se llevan 6 años de diferencia y, a veces, la convivencia se hacía complicada”, explica.

En su caso, el problema eran los paseos ya que se generaba mucha tensión entre ambos animales. La solución fue darle un poco de espacio a cada uno. “Me recomendaron que, de vez en cuando, les sacara a pasear por separado para que cada uno llevara su tiempo y funcionó”, recuerda. “Hasta que no te lo explican no eres consciente de lo poco que sabes, si les dejáramos más ser como tienen que ser nos enseñarían un montón de cosas”, admite la zaragozana.

Como ellos, muchos aragoneses se plantean preguntas sobre la relación con sus compañeros de cuatro patas. Para dar respuesta a estas inquietudes, Espacio Ítaca comenzaba el año pasado el estudio ‘¿Qué sabemos de perros?’, del que recientemente han publicado la segunda parte, y en el que se analiza el grado de convivencia entre las personas y los perros en la actualidad.

Dicho estudio se ha desarrollado durante diez meses en la capital aragonesa –entre septiembre de 2016 y junio de 2017- sobre más de 160 personas de entre 17 y 55 años. “Los resultados obtenidos justifican la necesidad de que las personas aprendamos mucho más sobre los perros para mejorar nuestra relación con ellos y garantizar su bienestar”, afirma Raúl Hueso, educador canino de Espacio Ítaca.

Si bien es cierto que cada vez existe un mayor grado de interés y compromiso con el mundo animal, en opinión del experto, el principal problema es el desconocimiento, “tanto si hablamos del comportamiento como de sus necesidades”. “En muchas ocasiones culpamos al animal de determinados comportamientos cuando realmente somos nosotros quienes estamos actuando mal”, añade Hueso.

Además, como recoge el estudio, muchos de los casos de abandono de animales guardan relación con estos problemas de convivencia y de comportamiento y “se deben a que decidimos establecer relaciones entre personas y animales incompatibles, que acaban en que los animales no tienen cubiertas sus necesidades para tener un bienestar adecuado y la familia no consigue la calidad de vida esperada”.

Es importante destacar que la comunicación del perro es mayormente gestual: “Continuamente nos mandan señales de qué quieren o cómo y, muchas veces, no ser capaces de entenderlas nos hace llevarlos a situaciones molestas”, asevera.

Uno de los datos más reveladores del estudio es que tan solo 3 de cada 10 personas comprenden a sus perros, mientras que el 100% afirmaba tener interés en mejorar este proceso.

Otro de los grandes problemas detectados se refiere a las etapas de desarrollo de los perros. “En la mayoría de los casos no se respeta y se separa a los cachorros de la madre de manera temprana, algo que afectará a la conducta del animal toda su vida”, destaca. En el 79% de los casos de los participantes se separó a los perros de su camada a una edad temprana y más del 90% aseguraba haber tenido a su perro desde cachorro.

Comportamientos incómodos

En cuanto a las temáticas de las formaciones que han logrado un mayor éxito de participantes, han sido la de ‘Procesos de duelo, ¿cómo afrontar la pérdida de un animal?’, ‘Introducción a la estimulación, juegos y actividades olfativas’, y los paseos caninos. Por ejemplo, el estudio desvela que el 66% de los encuestados reconoce haber pasado por un proceso intenso de duelo, al tiempo que se habían sentido incomprendidos por la sociedad.

Otro de los temas abordados por el estudio son los comportamientos repetitivos que intentamos enseñar a nuestras mascotas a modo de diversión: “Las personas tendemos a repetir comportamientos como que el perro se siente, se tumbe, de la pata… Para los perros, en la mayoría de las ocasiones, son incómodos y perjudiciales, pero para las personas son divertidos y por esa razón los perros nos regalan una y otra vez esos ejercicios, para satisfacer nuestra felicidad y mejorar la relación”, destaca el informe.

Por eso, es necesario ser conocedor de los procesos de aprendizaje óptimos para que los perros sepan gestionar todo tipo de comportamientos. “Desde Espacio Ítaca apostamos por la mayor involucración de las instituciones y administraciones. Es un problema social, educativo y sanitario y, por lo tanto, afecta a toda la sociedad”.

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