Con esguince de tobillo o enriscado, el perfil mayoritario de los rescatados en agosto

El responsable del Observatorio de Accidentes de la Fedme analiza las principales causas de los 50 auxilios en la montaña este mes.

Evacuación de un escalador que se cayó en un pico de Benasque al desprenderse una piedra.
Con esguince de tobillo o enriscado, el perfil mayoritario de los rescatados en agosto
Guardia Civil

¿Por qué hay tantos rescates de montaña? ¿Cuáles son las principales causas? Durante este agosto se han disparado los salvamentos, con hasta nueve en una sola jornada, y ya se contabilizan unas 50 intervenciones con más de 70 personas evacuadas, dos fallecidos y una treintena de heridos. Entre estos destaca el elevado número de lesiones de tobillo provocados por tropiezos y caídas, aparentemente menores pero que obligan a movilizar a los helicópteros porque los excursionistas no pueden continuar la marcha. Ayer mismo hubo cuatro evacuaciones, con una fractura de tobillo, dos hombros dislocados y un grupo enriscado.

Íñigo Ayllón, responsable del Observatorio de Accidentes del Comité de Seguridad de la Fedme (Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada), ha analizado para HERALDO el perfil de los accidentados y las principales causas de los siniestros ocurridos en estas últimas semanas. "Un primer y escandaloso dato es la procedencia de las personas rescatadas: menos del 10% son aragoneses", destaca.

El hecho de que nueve de cada diez sean turistas de fuera de la Comunidad aconseja dar información adaptada y dirigida específicamente a los visitantes. "Nuestras montañas pueden suponer un enorme contraste para quienes no están acostumbrados a ellas". Ayllón cree que junto a los atractivos del Pirineo, sería necesario transmitirles "un abecé mínimo" de consejos para acercarse a la montaña.

Tropezones que acaban mal

Existe un amplio abanico de causas que han motivado la intervención de los grupos de rescate: mareos y vértigos, infartos, fatigas, extravíos, traumatismos… pero si alguna destaca sobre las demás son las lesiones en los pies, sobre todo esguinces de tobillos, por caídas y tropiezos.

Dieciséis de los más de 40 salvamentos registrados solo en la primera quincena de agosto tenían que ver con excursionistas que presentaban este tipo de lesiones. "Ninguno estamos libres de tropezar", señala Ayllón, pero recomienda para reducir el riesgo "una buena forma física (somos menos ágiles cuando estamos fatigados), un calzado adecuado (con buen agarre en la suela y que proteja el tobillo), el uso de bastones para ayudar a mantener el equilibrio y no reducir la atención en las pisadas".

Otra causa importante de los rescates han sido los extravíos, que suelen ir acompañados de enriscamientos o de fatiga extrema, y que han motivado media docena de intervenciones. Es el caso de dos hombres y dos mujeres de nacionalidad francesa, de entre 27 y 30 años, que el 7 de agosto, cuando regresaban desde el refugio de Góriz hacia el valle de Pineta se perdieron y acabaron enriscados.

Ese mismo día se repitió con una pareja alemana, de 54 y 64 años, que realizaba un recorrido por las pistas de esquí de Cerler y cuando decidieron bajar al pueblo se extraviaron y no podían continuar porque había un cortado. Estaban sin fuerzas para desandar el camino. Cuando los localizaron, en un estado físico "pésimo", se había hecho de noche. Los guardias se quedaron con ellos hasta que a la mañana siguiente los pudo sacar de allí el helicóptero.

Es preferible darse la vuelta

"Estos hechos provocan habitualmente un retraso considerable en la actividad y la solicitud de socorro se produce en horarios muy tardíos, lo que complica enormemente las tareas de localización y rescate", argumenta Ayllón. "Una correcta planificación de la actividad (atendiendo al grupo, valorando el recorrido, respetando unos horarios tope y ciñéndonos al plan propuesto, o en su defecto recurriendo a guías profesionales) minimizará las posibilidades de pérdida", señala, recomendado que ante ante la menor duda "es preferible darse la vuelta y volver al inicio que adentrarse en terreno incierto, que puede llevar a problemas mayores".

También llama especialmente la atención la cantidad de rescates relacionados con accidentes cardiovasculares. En el mes de julio, en solo dos días, fallecieron por infarto dos senderistas, una mujer de 58 años y un hombre de 64. El 8 de agosto, un varón de 66 años murió de una parada cardiorespiratoria en un camino próximo a un campin de Oto, y otros tres excursionistas han sido evacuados este mes con síntomas de infarto.

"Accidentes en montaña, que no de montaña", aclara el experto, cuya prevención no tiene que ver con el montañismo. Eso sí, añade, es fundamental tener medios, servicios medicalizados como los de los grupos de rescate de Aragón, y capacidad de aviso a las emergencia, además de "ser capaces de controlar y adaptar los esfuerzos de la actividad en que participan los grupos de mayor riesgo".

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