La fuente de Cella se encuentra en su nivel más bajo desde la fuerte sequía del periodo 1993-1995. El agua de este pozo artesiano que mana 3.000 litros por segundo en sus buenas épocas ha quedado confinada en un charco al fondo del afloramiento. El alcalde, Joaquín Clemente, reconoció que este nacimiento de agua está "peor que en estas mismas fechas de 2016", y explicó que su situación no ha dejado de empeorar al acumular "tres años seguidos de sequía".

La escasez de precipitaciones en la sierra de Albarracín, que alimenta el afloramiento de la fuente de Cella, ha provocado su desecación. Este pozo artesiano, que a pleno rendimiento riega 1.200 hectáreas, acumula un año seguido sin manar –salvo un corto periodo el pasado mes de marzo a raíz de unas nevadas–.

Joaquín Clemente recordó que no es la primera vez que la fuente se seca y se mostró convencido de que "volverá a ser lo que fue" y el agua brotará. El pasado jueves, dentro de las fiestas patronales, se llevó a cabo una procesión hasta la fuente para bendecirla y pedir que recuperara su caudal.

La sequía afecta particularmente a las zonas más occidentales de la provincia, lo que incluye a la sierra de Albarracín. Un síntoma de la falta de reservas de los acuíferos de la zona fueron los dos cortes de agua –uno de ellos, de cuatro horas– que tuvo que hacer el Ayuntamiento de Griegos la semana pasada debido al descenso de los caudales de las captaciones y a la afluencia de veraneantes, que disparó el consumo. El alcalde, Manuel Lapuente, explicó que los bandos emitidos para que se restringiese el consumo y la amenaza de sanciones permitieron normalizar la situación.