De Roma a Santiago a pie durante 100 días

El zaragozano Antonio Aladrén recorre a pie desde el pasado 20 de mayo 2.800 kilómetros desde la capital italiana hasta Santiago de Compostela.

De Roma a Santiago para fomentar la actividad física entre las personas mayores
De Roma a Santiago para fomentar la actividad física entre las personas mayores

Antonio Aladrén, zaragozano jubilado de 64 años, conoce bien el Camino de Santiago. Ha completado varios de sus tramos desde 1999 y en 2015 realizó toda una hazaña: caminó desde Berlín hasta Santiago de Compostela en un ruta de 3.200 kilómetros enmarcada dentro del proyecto Marcha Saludable del Consejo Aragonés de las Personas Mayores (Coapema).

Este año ha emprendido un nuevo desafío: recorrer a pie durante 100 días los 2.800 kilómetros que separan Roma de Santiago de Compostela. “Ya estoy cerca de Aragón”, contaba en la tarde de este martes desde la localidad francesa de Urdos, a poco más de 10 kilómetros del puerto de Somport.

Aladrén partió de Roma el día 20 de mayo y sus andanzas pueden seguirse a través del blog aladren.net, en el que además se incluyen todas los tramos que ha recorrido desde 1999 hasta la actualidad. Para terminar el camino de Roma a Santiago señala que “todavía me queda un mes, porque desde Somport faltan aún 850 kilómetros y lo haré por el tramo aragonés”.

De Roma a Santiago

La experiencia acumulada tras completar el trayecto de Berlín a Santiago “siempre sirve para algo, -reconoce-. En aquella ocasión utilicé el GPS para diseñar las rutas y porque no había marcas de ningún tipo. En este caso, aunque el camino por Italia no está bien marcado y hay zonas en las que te pierdes por completo te puedes defender con la ayuda del móvil”, explica.

Antes de llegar a España, ha pasado por el Vaticano, Italia, Mónaco y Francia. En referencia al país galo subraya que “el Camino de Arlés está muy bien señalizado”, y en general destaca la solidaridad de las gentes con las que se ha encontrado a lo largo de todo el recorrido. “Hay personas que me han invitado a comer a su casa, hijos de emigrantes que se acuerdan muy bien de sus pueblos de origen... y también coincidí con gente de Moneva hace unas semanas, el día de mi cumpleaños, Me hicieron una fiesta de maravilla”, cuenta.

Aladrén está pasando por situaciones “muy bonitas y curiosas” y afirma estar encantado con los paisajes y con la gente que está conociendo y que le acompaña durante las diferentes etapas: “Hoy camino con un chico bielorruso que conocí ayer; y con Enrique, otro chico mexicano, con quien he coincidido durante 20 días; también con un irlandés que viene con un día de retraso porque tuvo un problema con una pierna... A veces voy solo pero al final siempre encuentro buena compañía”.

Sin duda, la buena compañía ayuda a afrontar un camino no exento de obstáculos: “En Italia hubo tramos difíciles de superar pero al final, al llegar al final de cada etapa, uno se repone del cansancio y al día siguiente estás como nuevo y con ganas de seguir”.

Completar un recorrido de estás características no es estrictamente una cuestión de fe, sino de . No es necesario ser o no ser muy religioso, el Camino engancha, crea adicción y apenas tiene contraindicaciones”, dice Aladrén en su blog. “Yo me encuentro mucho mejor desde que realizo una actividad física como esta. En mi caso no había hecho deporte nunca -reconoce-. Tuve una angina de pecho cuando me iba a jubilar y seguro que la afición de caminar me sienta bien”.

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