El Gobierno de Lambán tiene que salir de nuevo al rescate de Plaza, el buque insignia de la logística en Aragón. Su consejo de administración acaba de aprobar un nuevo plan de saneamiento para salvarla por enésima vez de la quiebra, fruto de la millonaria deuda contraída para financiar su gigantesca urbanización, de casi 1.300 hectáreas de superficie, y de la imposibilidad de devolverla por el parón de las ventas durante los últimos años. Para ello, el socio único de la sociedad, la propia DGA, capitalizará los 16,5 millones de euros que le prestó a través del Fondo de Facilidad Financiera. Y Plaza aún tendrá que devolver otros 55,4 millones.

Esta operación, por la que se transformará la deuda en capital social, es imprescindible para evitar la quiebra de Plaza S. A., ya que padece un grave desequilibrio patrimonial por sus abultadas pérdidas: más de 66 millones como consecuencia del parón de las ventas de los últimos años, que solo se empezaron a recuperar con el cambio de ciclo económico y de gestión en 2015.

El actual equipo al frente de Plaza asegura que con esta última operación financiera se restablecerá "por completo" el equilibrio entre el patrimonio neto y el capital social. "De este modo, en 2017 se habrá restituido el equilibrio patrimonial de la sociedad y además se habrá reducido significativamente su endeudamiento", recoge el plan de saneamiento, que especifica que aún se deberán 55,45 millones.

Esta decisión es "imprescindible" para lograr que la empresa pública deje al fin los números rojos, una situación que se dará dentro de tres años si se cumplen las previsiones oficiales.

El consejero de Hacienda, Fernando Gimeno, ya vendió en el otoño de 2015 que la plataforma logística saldría de su delicada situación con la refinanciación de la deuda, que llevó para su aprobación a las Cortes.

La deuda de la sociedad pública Plataforma Logística de Zaragoza (Plaza) ascendía entonces a 137 millones de euros. Desde su refinanciación, todo el dinero se debe a la Corporación Empresarial Pública de Aragón; 66,2 corresponden a los desembolsados a los bancos para saldar los créditos, otros 17,5 millones aportados ese mismo año gracias al Fondo de Facilidad Financiera del Estado (los que ahora se capitalizarán restado el millón ya entregado a Plaza como subvención para obras) y los 54,27 millones restantes corresponden a los préstamos participativos que se firmaron en la pasada legislatura.

Imposible devolver la deuda

Pese a sus positivos mensajes, el Gobierno PSOE-CHA ya tuvo que salir al rescate de Plaza el pasado verano, quedándose como socio único y asumiendo en solitario toda la deuda. Para ello, aprobó una "operación acordeón" para reducir y ampliar de forma simultánea su capital social y solventar así el "grave desequilibrio patrimonial".

La solución pasó entonces por reducir el capital social (que ascendía a tan solo 233.449 euros tras haberlo recortado con antelación para equilibrar las cuentas) y ampliarlo de forma simultánea en 54,2 millones. Y se hizo compensando los créditos contraídos por Plaza con la Corporación Empresarial Pública de Aragón. Ahora se hará "una segunda fase de capitalización" con otros 16,5 millones. De este modo, se confirma lo que la propia sociedad pública viene admitiendo desde la pasada legislatura en sus consejos de administración: la imposibilidad de devolver el dinero aun vendiendo todo el suelo que queda en cartera.

Con la condonación de esos casi 71 millones, la sociedad pública ya estará en disposición de hacer frente al pago de la deuda restante e incluso adelantar el vencimiento, fundamentalmente con las ventas de suelo previstas y el aporte de los alquileres de naves. De hecho, el plan de saneamiento prevé que en 2020 dé incluso para cerrar el ejercicio, al fin, con un beneficio de explotación estimado en 5,5 millones.