Batea, el pueblo catalán que quiere ser aragonés, convocará su propio referéndum

El municipio tarraconense de unos 2.000 habitantes ha registrado una petición para que valore si el pueblo puede pasar a ser aragonés.

Así es Batea, el pueblo catalán que quiere ser aragonés
Así es Batea, el pueblo catalán que quiere ser aragonés
Wikimedia/Wikipedia/Panoramio

Batea, pueblo catalán que limita con las comarcas del Matarraña y de Caspe y que quiere dejar de pertenecer a Cataluña y pasar a ser aragonés, convocará un referéndum "para escuchar a la gente del pueblo", según anunció su alcalde, Joaquim Paladella.

El primer edil, que gobierna con mayoría absoluta por una formación municipal independiente (UPTA-PM, Unión por la Tierra Alta) y ex diputado autonómico socialista por el PSC, ya ha dado los primeros pasos y ha realizado una petición oficial ante la Subdelegación del Gobierno en Tarragona para explorar las posibilidades jurídicas de que el municipio se separe de Cataluña y pase a pertenecer a Aragón.

La habitual tranquilidad de este pueblo tarraconense de unos 2.000 habitantes se vio ayer alterada después de se publicaran las intenciones del alcalde bateano de estudiar las probabilidades reales de que el municipio pueda cambiar de circunscripción

¿Cuál es la razón que ha llevado a Paladella a tomar esta decisión? El alcalde arguyó que el pueblo viene sufriendo "discriminaciones, agravios y encontronazos con el Gobierno catalán"desde hace tiempo.

La gota que ha colmado su paciencia, relató, es la situación en que se encuentra una residencia de ancianos, cuya construcción solicitaron en 2010, y en la que hoy solo se han habilitado 30 plazas concertadas, a pesar de las distintas resoluciones del parlamento catalán con el compromiso de que fueron 60. "Esto contrasta con cuando dicen que las resoluciones del Parlament son soberanas y se tienen que cumplir, y en nuestro caso no se respetan y además se dice que no se van a cumplir", denunció.

En este sentido, el primer edil recordó que el año pasado se convocaron 700 plazas y en este curso 1.500, y está convencido de que las 30 que faltan en las instalaciones de Batea no las consideran prioritarias por una cuestión partidista o por "intereses económico-políticos con las residencias privadas". La Consellería le trasladó el pasado lunes que su centro no entraría dentro de la convocatoria de plazas, lo que le llevó a "buscar una solución", por lo que se puso en contacto con la Delegación del Gobierno en Tarragona y con la Generalitat para abordar directamente el asunto.

Entre otros "agravios"al municipio, el primer edil también incluyó "la imposición" de tres nuevos parques eólicos en el mismo, asunto que ha generado mucha polémica en esta comarca de la Terra Alta. Pese a todo, dejó claro que los vecinos "se sienten catalanes".

Llamada de Carme Forcadell

A nadie se le escapa que Joaquim Paladella ha lanzado un órdago a las instituciones catalanas que, al menos ayer, no dio demasiados resultados.

El alcalde explicó a última hora de la tarde que solo había recibido una llamada de la presidenta del Parlamento de Cataluña, Carme Forcadell. "Es una llamada que teníamos pendiente desde hace tiempo, tanto por el tema de la residencia como otros –comentó–. Simplemente me ha dicho que las resoluciones se tienen que cumplir, que ha trasladado el tema a la consejera con competencias en la materia y que espera que se abra una vía de diálogo". Sin embargo, no tenía noticias ni del subdelegado del Gobierno en Tarragona, Jordi Sierra, ni del presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont.

"No se nos puede estar discriminando continuamente al pueblo. Lo que es evidente es que si unos pueden tener el derecho de decidir por un lado, nosotros lo podemos tener por el otro", aseguró Paladella. Desconoce si una localidad puede cambiar de autonomía y por eso hasta que la Delegación del Gobierno no le detalle qué posibilidades legales hay de anexionarse a Aragón, no convocará la consulta entre la ciudadanía.

El primer edil tampoco descartó que si Puigdemont "se disculpa"y les da "una solución" puedan reconducir las relaciones con el Ejecutivo catalán. Lo que sí es seguro es que los ciudadanos de Batea serán "los que tomen la decisión" a través de una consulta, que es como, afirmó, se adoptan las determinaciones en ese ayuntamiento: consensuadas con el pueblo.

Algunas reacciones políticas no se hicieron esperar ayer. En un comunicado, la Assemblea Nacional Catalana (ANC) mostró su "indignación, vergüenza e impotencia "por la propuesta del alcalde y expresó que "no vale todo"para "conseguir unas plazas de la residencia".

Lazos laborales y familiares

Batea, que es el segundo municipio con más habitantes de la comarca tarraconense de Tierra Alta, se caracteriza por su producción vinícola de garnacha blanca y cuenta con su propia denominación de origen. Con localidades aragonesas cercanas, como Maella, Caspe y Calaceite, por citar algunas, mantiene estrechos lazos laborales y familiares.

El propio alcalde comentó ayer que la relación de los bateanos es más fluida e intensa con los pueblos del entorno de la zona aragonesa que con los de su área política. Buen ejemplo de ello son los matrimonios entre miembros de las dos comunidades vecinas, que se pueden acercar a los cien. En el propio Ayuntamiento de Batea hay maellanos que forman parte de la plantilla municipal y varias empresas de construcción aragonesas llevan a cabo obras en el municipio. Y si hablamos de folclore, Joaquim Paladella contó que hay una gran afición hacia la jota aragonesa, una música muy arraigada en la localidad y de la que se celebran varios festivales a lo largo del año.

Un detalle anecdótico que ayer cobró especial relevancia. A principios de mayo Caja Rural de Teruel abrió una oficina en Batea, fruto de la firma de un convenio de colaboración de la entidad con la Bodega Cooperativa y Sección de Crédito Sant Miquel.

A pie de calle, la gente mayor, que ayer disfrutaba de la soleada mañana en la plaza, mostraba cierto recelo al considerar que el plan del alcalde es "bastante improbable", aunque reconocían los esfuerzos del munícipe.

Quien ratificó las palabras de Paladella fue el concejal de Hacienda, Francisco Brió. "El Govern, solo se ocupa de los de su cuerda y pasa del resto", concluyó. Y puede presumir de que el Ayuntamiento no tiene deuda y sí un remanente de más de un millón de euros.

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