Mano de obra para recoger cerezas

La campaña de fruta atrae cada año a miles de personas a las comarcas de Bajo Cinca y La Litera. La mayoría son temporeros y su contratación ha subido un 25% este año.

Un grupo de trabajadoras envasa fruta durante esta campaña en una explotación de Fraga.
Mano de obra para recoger cerezas
Digital fraga tv

La campaña de fruta atrae cada año a miles de personas hasta las comarcas del Bajo Cinca y La Litera, disparando la presencia de extranjeros que llegan en busca de trabajo como peones agrícolas. Este año, la contratación de temporeros ha crecido de forma significativa, casi un 25% respecto al 2016, al pasar de 7.495 a 9.345 personas empleadas durante los meses de abril, mayo y junio, según datos del Gobierno de Aragón. Del conjunto, 8.665 fueron contratadas en explotaciones del Bajo Cinca y 680, en La Litera.

Para justificar este incremento, sindicatos y productores señalan la coincidencia de varias circunstancias, entre ellas, el 13% de aumento de producción, así como la mayor floración y la necesidad de invertir más mano de obra en el aclareo de los árboles, según explica el responsable comarcal de UAGA, Manuel Rausa. En ambas zonas, el 80% de los temporeros contratados son hombres y casi un 50% tiene entre 35 y 49 años. En La Litera, un 76,91% son extranjeros y en el Bajo Cinca, un 91,6%. En esta última comarca, proceden de Rumanía (28,43%), Senegal (12,46%) y Marruecos (10,10%).

En ambas comarcas, alrededor del 90% de los nuevos trabajadores firmaron un contrato de carácter temporal, en su mayoría por obra o servicio. La campaña finalizará a lo largo del mes de septiembre y en esas fechas, muchos de los temporeros abandonarán la zona. De hecho, son muy pocos los que residen de forma habitual en localidades del Bajo Cinca y La Litera. En su mayoría, llegan desde su país de origen o desde otras regiones de España, según detalla uno de los productores del Bajo Cinca, Sergio de Dios.

Muchas cuadrillas acuden cada año y, si las condiciones son las adecuadas, trabajan en las mismas explotaciones, donde suelen alojarse en viviendas rehabilitadas o módulos prefabricados. No obstante, algunos tienen menos suerte y es fácil encontrar grupos de temporeros durmiendo en espacios públicos, a la intemperie, o en infraviviendas y casas abandonadas o casetas de huerta, donde carecen de servicios básicos.

En su último informe, Cáritas Diocesana de Barbastro-Monzón detectó 16 infraviviendas con 250 temporeros situadas en cuatro municipios frutícolas: Fraga, Zaidín, Belver y Albalate. Tras su publicación, la organización caritativa y los municipios implicados actuaron de forma coordinada ofreciendo alojamientos alternativos e instando a los propietarios al cierre de las construcciones ocupadas. La campaña actual también está marcada por los paros convocados en el Bajo Cinca, donde hay casos de temporeros con salarios por debajo del mínimo establecido y con cotizaciones inferiores a las reales, según ha denunciado el sindicato Comisiones Obreras.

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