La niña fallecida tenía signos de tortura y marcas de ataduras en muñecas y tobillos

Una prima de la víctima, que estaba en la casa, declara que el tío de Naiara la tuvo encerrada durante tres horas en una habitación. La juez de guardia decretó anoche el ingreso en prisión del presunto homicida.

Momento en el que la Guardia Civil conduce al sospechoso al vehículo que lo trasladó a prisión.
Momento en el que la Guardia Civil conduce al sospechoso al vehículo que lo trasladó a prisión.
Verónica Lacasa

La muerte de Naiara, la niña de 8 años de Sabiñánigo fallecida el pasado viernes en el hospital Miguel Servet, parece ser consecuencia de algo más que una brutal paliza. La Guardia Civil ha hallado signos de tortura y algunos relatos recabados hasta ahora por los investigadores apuntan en la misma dirección. Según ha podido saber HERALDO, la menor presentaba hematomas circulares en muñecas y tobillos que los médicos interpretan como posibles marcas de ataduras. Y una prima de la ahora fallecida, que también se encontraba en la casa cuando sucedieron los hechos, asegura que Iván Pardo Pena –tío de Naiara y principal sospechoso– la tuvo encerrada durante más de tres horas en una habitación.

Habrá que esperar a que la juez de Jaca que investiga esta trágica muerte levante el secreto de las actuaciones para conocer los detalles. Sin embargo, a medida que avanzan las pesquisas, se desvanece la versión de la muerte accidental –que dio el primer día el presunto homicida– y cobra más fuerza el asesinato. La reconstrucción de los hechos, que se llevó a cabo el viernes por la tarde durante más de tres horas, habría resultado fundamental para aclarar lo sucedido. No ha trascendido si el presunto autor del crimen llegó a confesar la autoría, pero el hecho de que la Guardia Civil decidiera adelantar al sábado su puesta a disposición judicial parece apuntar en esta línea.

El detenido, de 33 años y que lleva los últimos siete trabajando como vigilante de seguridad, llegó a los juzgados de Jaca sobre las 19.00. Una vez escuchada su versión de los hechos, sobre las 23.00, la juez de guardia decretó su ingreso en prisión comunicada sin fianza por un presunto delito de asesinato.

Las pruebas radiológicas practicas a la niña en el Hospital Miguel Servet –al que fue trasladada de urgencia el 6 de julio por la tarde desde Sabiñánigo– revelaron lesiones antiguas que también parecen apuntar a un caso de malos tratos continuados. De hecho, la menor tenía una fractura de tibia de la que no constan reseñas médicas o de asistencia. A ello hay que sumar las costras que la chica tenía en las rodillas y que hacen sospechar tanto a los galenos como a los investigadores que esta podía haber sido obligada a pasar mucho tiempo en el suelo con las piernas dobladas.

Dada la naturaleza de los hechos, el Juzgado de Instrucción número 1 de Jaca continúa actuando con la máxima prudencia. Ello hace que ninguna información oficial se haya facilitado hasta la fecha sobre los tristes acontecimientos. Lo que sí parece descartado es que la víctima residiera de forma permanente con su abuela en la vivienda de la avenida Yebra de Basa de Sabiñánigo, escenario de la supuesta agresión. De hecho, la niña solo estaba pasando allí unos días y la custodia sigue siendo de sus padres. El servicio de Menores fue informado de la presunta paliza, pero no había atendido tampoco antes a esta familia por presuntos malos tratos.

Otras dos chicas en la vivienda

Según fuentes próximas al caso, además de la ahora fallecida y su tío –hermano de su padrastro–, cuando se produjeron los hechos en la casa se encontraban otras dos menores. Al parecer, se trataría de otras dos chicas, de 12 y 15 años, primas de la víctima, que ayer declararon ante la juez de guardia de Jaca. Por lo que ha podido saber HERALDO, la más pequeña habría revelado a los investigadores que el presunto homicida encerró a la pequeña Naiara en una habitación entre las 8.00 y las 11.00 del pasado jueves. Siempre según esta testigo, el detenido les habría amenazado tanto a ella como a su hermana para que no contaran nada. Sin embargo, en principio, no parece que la chica de 15 años haya corroborado esta versión. La Guardia Civil tendrá que intentar averiguar ahora si lo ha hecho por miedo.

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