La CHE autoriza a 5.500 personas y clubes a navegar en Aragón

Para navegar solo hay que tramitar una "declaración responsable" para embalses o ríos. Ha crecido desde 2010.

Descenso fluvial de Ebronautas con escolares en piragua en junio en Zaragoza.
La CHE autoriza a 5.500 personas y clubes a navegar en Aragón
Ebronautas

Navegar en el Ebro, sus afluentes o los embalses de su cuenca es sencillo. Solo hace falta una embarcación y tramitar una "declaración responsable" con la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE). Unas 5.500 personas y clubes tienen esta declaración en vigor y permiso para navegar: 4.437 en los embalses de Aragón y 1.060 en el tramo del Ebro desde la cabecera hasta Escatrón (incluyendo sus afluentes).

En los últimos años ha crecido el número de navegantes, sobre todo desde que en 2010 se simplificaron los trámites. Antes se aprobaban menos de 3.000 autorizaciones al año. La declaración responsable es un documento que deben rellenar los titulares de una o varias embarcaciones para navegar en los ríos o embalses de la cuenca del Ebro. Es un trámite sencillo y gratuito. El documento se puede descargar en la web de la CHE y después hay que entregarlo en la Confederación o en las oficinas de Correos. Desde 2014, las autorizaciones tienen una vigencia de 5 años.

La CHE realiza este control para velar por la calidad de las aguas y limita la navegación en algunas zonas. Existen embalses con navegación temporalmente suspendida por clasificarse como afectados por la plaga del mejillón cebra o en riesgo por encontrarse aguas abajo de embalses afectados, como en Caspe II o el Ibón de Baños de Panticosa. En otros, como Búbal, Lanuza, Barasona y Mequinenza, se deben desinfectar todas las embarcaciones que entren y salgan del agua.

Los Ebronautas navegan por Zaragoza

"Cada vez vemos más navegantes en el Ebro, piragüistas recreativos y, últimamente, pescadores. Se ha perdido el miedo a los ríos", afirma Néstor Jiménez, geólogo y miembro fundador de Ebronautas, una asociación que promueve la navegación en piragua en el Ebro desde 2005. En este tiempo han llevado al río a más de 50.000 personas.

Entre mayo y junio han navegado por el Ebro en Zaragoza con un millar de escolares. Su recorrido habitual era desde aguas arriba de la Expo hasta el Náutico. Desde que se rompió una compuerta del azud, a principios de junio, desembarcan en Helios. "Los piragüistas deportivos son los más afectados por la rotura del azud. Ellos necesitan una lámina estable y un remanso profundo para entrenar. Nosotros nos adaptamos a la situación del río y al estiaje. No hace falta mucho caudal para navegar. Nos vale con un calado de 30 centímetros", asegura. También organizan descensos fluviales en otros tramos del Ebro fuera de Zaragoza.

Este mes de junio ha sido extremadamente seco y el Ebro en Zaragoza presentaba caudales por debajo de los 30 metros cúbicos por segundo, más propios de verano. Los Ebronautas explican que el estiaje del Ebro es "típico de los ríos de régimen mediterráneo" y que los valores de junio son similares a los que se vivieron en el verano de 2012, uno de los más secos de los últimos años.

Muchos remeros y piragüistas han denunciado en las últimas semanas que tanto el estiaje como la proliferación de algas en el tramo urbano del Ebro les impiden navegar. "Tendremos que convivir con las berrazas (algas). Están tanto en Zaragoza como en otros puntos del Ebro. Su presencia se debe al aumento de la transparencia del agua como consecuencia de una mayor calidad. Son una consecuencia natural de la puesta en marcha de un gran número de depuradoras en los últimos años. Las aguas están más limpias y eso favorece un crecimiento rápido de estas plantas en primavera", explica Néstor Jiménez.

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