El calor dispara el riesgo de incendios y pone en alerta a más de 1.200 profesionales

Casi la mitad de los siniestros que se han producido a lo largo de estos seis meses son por negligencias.

El despliegue antiincendios en Aragón.
El despliegue antiincendios en Aragón.
Fuente: Departamento de Desarrollo Cultural y Sostenibilidad de la DGA.

Cuando el termómetro supera los 35 grados, como es fin de semana, en las brigadas antiincendios se vive una tensa calma. Sus componentes son conscientes de que en cualquier momento puede estallar el primer gran incendio. Y más este junio, uno de los peores de los últimos años por la fuerte sequía que arrastran muchas de las áreas de la región, lo que obligó al Gobierno aragonés a adelantar el operativo completo, integrado por 1.236 personas, a principios de mes.

Están preparadas para esa batalla contra las llamas, difícil de ganar, porque cada incendio es diferente. Cada cuadrilla forestal, compuesta por un grupo de entre cinco a nueve trabajadores y dirigida por un Agente de Protección de la Naturaleza (APN), llega a su base pasado el mediodía. Aunque están siempre localizables por teléfono, entre las 14.00 y 20.50 permanecen concentrados en el punto de encuentro. No les falta tajo en el monte, pero siempre lo suficientemente cerca para llegar en minutos si se produce la llamada. Los profesionales de las cuadrillas helitransportadas están al pie del cañón de 10.00 a 20.00, preparados para despegar en cinco minutos.

El calor no parece que les vaya a dar una tregua en los próximos días. Aunque hoy y mañana se producirá un "alivio" térmico, según la Agencia Estatal de Meteorología, las temperaturas volverán a subir, de nuevo, por encima de lo normal en esta época desde el miércoles hasta el viernes. Así, Zaragoza alcanzará hoy los 37º, y el martes y el miércoles los 36º para poder llegar a los 40º el viernes.

Las precipitaciones no llegan

La lluvia no se ha aliado de momento con la campaña. A principios de mes, el consejero de Desarrollo Rural y Sostenibilidad, Joaquín Olona, ya advirtió que este verano se enfrentan a las condiciones más desfavorables de los últimos años. La falta de precipitaciones destacables hasta ahora aumenta el riesgo, sobre todo si se producen entradas de olas de calor sahariano o situaciones con viento fuerte y seco.

De hecho, a los 218 incendios forestales que se han producido desde enero hasta finales de mayo, ya hay que sumar los primeros de la temporada. El pasado miércoles, las llamas calcinaron cerca de siete hectáreas de campo y matorral en Almudévar. Ese mismo día, en Fraga se quemó una pequeña zona de campo junto a la N-211, al parecer provocado por una máquina de limpieza de cunetas. Hay que tener presente que el factor humano es clave en este tipo de sucesos, hasta el punto de que el 46,8% de los producidos desde enero y hasta finales de mayo se debieron a imprudencias.

Una de las principales novedades en el mapa del despliegue antiincendios es la incorporación de una aeronave para la coordinación de medios aéreos y observación de grandes incendios para todas las regiones del nordeste peninsular, que tendría su base de operaciones, transitoriamente, en el aeropuerto de la capital aragonesa.

La otra cara de la moneda de este dispositivo humano son las protestas de distintos colectivos por la precariedad de sus condiciones laborales que se repiten por estas fechas. Los agentes de Protección de la Naturaleza (APN), los que dirigen cada cuadrilla, ya han anunciado movilizaciones para otoño.

Quejas por la precariedad

Los sindicatos UGT y CC. OO. han convocado para los últimos días de junio asambleas para tratar los cambios que, aseguran, se plantea el Ejecutivo aragonés en el modelo de extinción. Fuentes de UGT concretan que está sobre la mesa la "amenaza" de prescindir de su figura al frente de las cuadrillas en las tareas de prevención que se realizan tras el periodo estival. Van a exigir la constitución de una mesa técnica de negociación en la que se aborde este tema, además de otras carencias como la falta de medidas en materia de seguridad tras el asesinato en Aspa (Lérida) de dos agentes forestales el pasado febrero y la falta de efectivos (hay unos 327 y 20 vacantes).

El incremento del presupuesto del operativo en 3,7 millones de euros para la contratación a través de Sarga va a permitir contar con las cuadrillas helitransportadas hasta fin de año y ampliar como mínimo un mes el periodo de trabajo de las cuadrillas terrestres (suele ser entre 6 y 10 meses). Fuentes sindicales de Sarga reconocen este esfuerzo pero lamentan que de él no se puedan beneficiar los encargados de los puestos de observación y de las motobombas. Asimismo critican que se encuentran aún en una situación de "incertidumbre" y a día de hoy no conocen el aumento real.

Otro frente de reivindicaciones, que tampoco es nuevo, es el de la Brigada de Incendios Forestales (BRIF) de Daroca, dependiente del Ministerio de Agricultura. En este sentido, Podemos presentó hace dos semanas en el Congreso de los Diputados una Proposición No de Ley para que se les reconozca la categoría de bomberos profesionales.

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