Del puma de las Cinco Villas a la fiera de la Jacetania: el confuso rastro del lobo en Aragón

Se considera que no hay lobos en Aragón desde mediados del siglo XIX pero algunos ejemplares errantes han alimentado todo tipo de teorías en los últimos treinta años.

Foto nocturna del lobo detectado la semana pasada en el término de Leciñena.
Foto nocturna del lobo detectado la semana pasada en el término de Leciñena.
DGA

En el verano de 1986 una misteriosa fiera protagonizaba todas las conversaciones callejeras en el entorno de las Cinco Villas. Tal y como ocurre ahora en Leciñena y alrededores, una oleada de extraños ataques al ganado mantenía en vilo a todos los vecinos de la zona. Los pastores montaban guardias a las puertas de sus corrales y los especialistas trataban de definir el perfil del atacante mientras surgían por doquier las especulaciones y los dispares testimonios de supuestos testigos presenciales. Entonces, como ahora, también apareció un lobo. Sin embargo, el principio y el final de aquella historia difieren bastante de la que estamos viviendo hoy.

El viernes 8 de agosto de 1986, el HERALDO DE ARAGÓN abría su página cinco con un impactante titular: 'Uno o varios pumas asolan las Cinco Villas'. En un extenso reportaje en torno a los ataques de aquel entonces, el gerente del ya extinguido Grupo Lanar sostenía que las temidas fieras eran, ni más ni menos, que "una pareja de pumas con dos o tres crías". La confusión manifiesta de los veterinarios ayudó a respaldar la estrafalaria teoría y no faltaron quienes aseguraban haber visto "un gato grande, de cabeza redonda y orejas pequeñas y afiladas". Aunque claro, también hubo quien describió al atacante como "un hombre disfrazado y provisto de un gancho con el que atacaba a las reses por la espalda".

Uno o varios pumas asolan las Cinco Villas

Pese a ello, la teoría de la familia de pumas cobró fuerza y la Guardia Civil llegó, incluso, a interrogar a un alemán propietario de una finca cerca de Ejea y al que los vecinos apuntaban con el dedo: "Es un tipo muy extraño", afirmaban los medios populares antes de narrar que, dos años antes, había habido un incendio en su propiedad y que "alguien" había visto dos crías de puma. El hombre tuvo que salir a dar la cara y negar ante los medios semejantes afirmaciones. En los días posteriores se extendió la "psicosis de la fiera", se organizaron batidas multitudinarias y en menos de una semana los vecinos tenían un cadáver sobre el que resarcirse: "Un enorme lobo de 50 kilos de peso" que fue "abatido a tiros" cerca de Biota.

"La captura del ya famoso animal constituyó un motivo de alegría para los vecinos de la zona", narraba el Heraldo de Aragón del 14 de agosto de ese mismo año. Tal era el estado de euforia aquel día, que se organizó una fiesta en torno al animal caído: "Nos pusimos contentísimos. Montamos el animal en uno de los Land Rover y lo llevamos a la plaza del pueblo. Lo tendimos allí y llamamos a las gentes para que pudieran observar la fiera que tanto pánico había sembrado", narraba un orgulloso vecino. Rafael Bardají, el periodista que presenció la macabra celebración en la plaza, contaba así lo ocurrido a continuación: "Allí empezó a ser objeto del escarnio, de burlas e insultos. Poco después fue colgado de las patas traseras (...) la chiquillería estiraba de la cola del animal mientras no dejaba de gotear sangre. El sentimiento de rabia y hasta de odio se ceñía sobre el cadáver".

Los vecinos de Las Cinco Villas posan con el lobo abatido cerca de Biota

Sin más pruebas hasta hoy

Precisamente aquel cadáver era, hasta ahora, la última prueba 100% fiable de la presencia del lobo en Aragón. Tras registrarse varios ataques a ganado cerca de Leciñena, el jueves de la semana pasada las cámaras instaladas por la DGA captaron la presencia de un macho joven en la comarca de Los Monegros. En estos treinta años ha habido, por supuesto, otros episodios similares en los que decenas de animales acababan muertos con heridas en el cuello y el abdomen. Generalmente, los ataques de este tipo son obra de perros asilvestrados pero algunos casos sucedidos en Aragón han obligado a plantearse la presencia de lobos errantes en la Comunidad debido, principalmente, a lo huidizo que resultaba el atacante.

En el verano de 1993 otro animal errante causó estragos en la Comarca del Jiloca. Dejó a su paso por Aragón otras 80 reses degolladas y los testigos entrevistados aquel año hablaban de una mezcla de "perro, zorro y lobo". Algún aventurado -o daltónico- dijo, incluso, que el pelaje de la bestia era "de color azul". Los ataques cesaron de repente tal y como habían comenzado.

El caso más reciente de supuestos lobos en Aragón es el que asoló el entorno del Canal de Berdún durante casi dos años, entre septiembre de 1995 y abril del 96. El animal -se terminó dando por hecho que era un lobo errante- hizo estragos a sus anchas hasta que se pusieron trampas, se autorizaron batidas y dejó de dar señales. En esos meses se le achacaron a un único animal las muertes de más de 600 reses, una cifra que sorprende si tenemos en cuenta que los más de 1.600 lobos que campan por Castilla y León mataron a lo largo de todo el año pasado un total de 3.355 cabezas de ganado (2 víctimas por animal y año).

Hay que recordar que en 1850 el lobo se extendía por todas las sierras de Aragón. Un siglo después apenas quedaban algunos ejemplares en la Comunidad debido al uso indiscriminado de estricnina en cebos envenenados. Respecto al lobo avistado hace unos días, la DGA se manifiesta en el mismo sentido que en ocasiones anteriores: el animal procede de las comunidades vecinas y ha perdido a su manada. Se decanta por la teoría de que el lobo solo está de paso y no ha venido para quedarse.

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