La Universidad confía en mantener el actual sistema de selectividad al menos dos años

Los más de 5.400 alumnos que comenzaron ayer las pruebas lo hicieron entre lógicos nervios con la prueba de Historia.

Lucía e Irene, del Buen Pastor, repasan en el bus que las lleva a Medicina para hacer selectividad.
La Universidad confía en mantener el actual sistema de selectividad al menos dos años
Guillermo Mestre

Quedaban apenas 30 minutos para que diera comienzo la selectividad (ahora llamada Evau) y los alumnos iban dirigiéndose al centro donde se iban a examinar. Algunos, acompañados de sus profesores, como Rafa que, sentado en la plaza de San Francisco, esperaba a sus estudiantes para desearles suerte. "Leed bien las preguntas. Y contestad lo que piden, que os creéis que es más difícil de lo que es", les aconsejó. En uno de estos grupos, Ángela reconocía no ir muy tranquila, porque está deseando entrar en Enfermería, una de las carreras con más alta nota de corte.

A las puertas de Filosofía y Letras, tres chicos sentados en un banco daban vueltas a lo que iban a vivir durante la jornada. "Ya tengo ganas de acabar", decía Juan, que esperaba hacer un buen papel y entrar a Ingeniería de Tecnologías. "Todo el mundo llega atacado y luego coge carrerilla", le tranquilizaba Pablo, todos alumnos del Rosa Molas.

En Derecho, ya estaban pidiendo los carnés para entrar a las aulas. A escasos segundos de entrar a hacer la primera prueba, la de Historia de España, Alejandro soñaba despierto con cursar Arquitectura a partir de septiembre. "Voy a ir un poco apurado, porque tengo que hacer Dibujo y Física de voluntarias y son todas mañana", informaba este alumno del Cardenal Xavierre. "Están un poco nerviosos, pero se lo saben", apuntaba a su lado su profesor.

Los comentarios, la algarabía y el último vistazo a las apuntes dejaron espacio, en apenas unos segundos, al silencio. Una vez todos los bachilleres entraron a las clases, por los pasillos solo esperaban docentes con callo ya en estas lides y representantes de la Universidad. Una de ellas, la vicerrectora de Estudiantes, Ángela Alcalá, que aprovechó el momento para admitir que había sido un año "duro", ya que hasta diciembre no se aclaró cómo serían las pruebas. Pero una vez establecido el mecanismo, la Universidad organizó este sistema casi calcado al del pasado año, con cuatro asignaturas obligatorias y la posibilidad de hacer hasta cuatro optativas para subir nota. "Ha sido difícil, íbamos tarde, pero el trabajo ha merecido la pena", se felicitaba.

Junto a ella, Fernando Zulaica, delegado del rector para la Evau y encargado de estos controles en los últimos diez años. Tras la incertidumbre vivida en los últimos meses, Zulaica fue transmisor de buenas noticias: el sistema actual durará al menos dos años más. "Hay una cláusula en el decreto ley del 5 de diciembre que especifica que esta prueba estará en vigor hasta que se logre un pacto social y político por la educación. Aunque se consiguiera en un año, luego habría que hacer una ley nueva y por eso creemos que los dos próximos años la Evau estará vigente", aventuró Zulaica.

Mientras hacía estas declaraciones, los estudiantes llevaban ya una hora enfrentándose a preguntas sobre la dictadura de Primo de Rivera, la Constitución de 1812 o la Transición. Minutos más tarde, los jóvenes aspirantes a entrar en la Universidad salían en tropel... y mucho más tranquilos. "Ha ido bastante bien, han preguntado lo que me sabía. Y ahora, a centrarse en Lengua, que lo tenemos por la tarde", apuntaba un alumno, que se iba corriendo para repasar el siguiente control...

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