Los ayuntamientos de Aragón hacen caja con el IBI: recaudan 132 millones más que hace 10 años

El año pasado, este impuesto dejó en las arcas municipales aragonesas más de 303 millones de euros, según los datos del Catastro.

ZEC plantea una bajada del tipo residencial del IBI y, a su vez, una subida del tipo diferenciado para edificios comerciales.
Imagen de archivo de archivo de la ciudad de Zaragoza
José Miguel Marco

El Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) es el rey de cuantos tributos ingresan los ayuntamientos españoles. Cada año, hasta en las poblaciones más pequeñas, deja miles de euros en las arcas municipales que suponen un precioso dinero para los gobiernos locales. Para hacerse una idea de lo que supone este tributo en la cuenta de ingresos de un ayuntamiento basta con señalar que el año pasado, el Ayuntamiento de Zaragoza ingresó en concepto de impuestos y tasas alrededor de 451 millones de euros, de los que unos 160 (más del 35%) correspondieron únicamente al IBI.

Además de ser el más importante a nivel municipal, el impuesto sobre bienes inmuebles de naturaleza urbana no ha dejado de crecer en los últimos años. En Aragón, los datos revelan que los ayuntamientos de la Comunidad ingresaron en 2016 algo más de 303 millones de euros en concepto de IBI, lo que supone un crecimiento superior a los 132 millones de euros en solo una década, porque en 2006 la recaudación se situó en torno a los 171 millones.

La razón de tal avance no es otra que el crecimiento de la presión fiscal de este impuesto, aún en los peores años de crisis. 'Catastrazo' es, de hecho, una de las palabras que más se ha oído en los últimos tiempos en lo que a impuestos municipales se refiere, independientemente de la situación de las poblaciones y del color de los equipos de gobierno.

Según revelan las estadísticas elaboradas por la Dirección General del Catastro, el mayor avance del IBI en Aragón se registró en el ejercicio 2012. La recaudación de este impuesto en la Comunidad se situó en 2011 en unos 240,47 millones de euros y tan solo un año después cerró con unos ingresos superiores a 281,82 millones, lo que supone un avance superior a los 41,3 millones en tan solo un ejercicio.

Estos datos que presenta el Catastro hacen referencia a la cuota líquida (la que resulta de aplicar a la cuota íntegra las deducciones, bonificaciones, adiciones o coeficientes multiplicadores que correspondan) del IBI urbano, es decir, tan solo tiene en cuenta los inmuebles situados en las ciudades, por lo que en realidad la recaudación de este impuesto aún sería mayor si se tiene en cuenta el IBI rústico. Este capítulo no presenta datos excesivamente significativos con respecto a los ingresos por los inmuebles urbanos, de hecho, las estadísticas de ingresos por IBI rústico de 2016 aún no se han hecho públicas. En 2015 alcanzaron los 22,6 millones, mientras que el urbano se situó en torno a 300,56 millones.

De los más de 303 millones recaudados el año pasado, 216,4 correspondieron a la provincia de Zaragoza, 61,3 a la Huesca y 26,2 al total de municipios de Teruel.

Cerco al fraude en el impuesto más rentable

Además de este 'catastrazo', hay que señalar que desde 2013 el Ministerio de Hacienda se puso serio con el fraude en materia de IBI y lanzó una 'macrorregularización' en toda España para detectar a contribuyentes que estaban tributando menos por sus viviendas y terrenos. Hasta el 20 de julio de 2016, el departamento dirigido por Cristóbal Montoro había detectado, gracias a satélites y drones, cerca de 64.500 inmuebles en algo más de 400 municipios aragoneses que no pagaban el IBI que les correspondía, según publicó la edición impresa de HERALDO DE ARAGÓN por esas fechas.

El proceso de regularización catastral aún dura hoy. De hecho, está previsto que se extienda hasta el próximo 31 de julio, por lo que es posible que aumente el número de inmuebles y terrenos irregulares que no aportan a las arcas públicas el IBI que les corresponde, haciendo crecer (aún más) los ingresos por IBI de los ayuntamientos de Aragón.

Este férreo control, además de saldarse con recibos de mayor cuantía, también ha generado que haya más ciudadanos obligados a pagar el IBI (aquellos que tenían construcciones no declaradas al Catastro y hasta que no han sido detectadas se han ahorrado los pagos anuales). Así, desde 2012, el año inmediatamente anterior al inicio de la regularización, el número de recibos abonados en Aragón ha experimentado un crecimiento cercano a 37.000 unidades hasta las más de un millón doscientos mil 'facturas' giradas a los titulares de una vivienda en Aragón.

La subida y bajada de los recibos de IBI es un viejo debate tanto en grandes ciudades como en pueblos minúsculos. De hecho, este melón se ha vuelto a abrir en Zaragoza recientemente, cuando a finales del pasado mes de abril, el Ayuntamiento de Zaragoza anunció que se había dirigido a la Dirección General del Catastro para pedir una reducción de los valores con los que se calculan tributos como el IBI o la plusvalía de cara a 2018. La previsión, según establece la ley, es que el Ministerio de Hacienda resuelva antes del 30 de septiembre de este año.

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