Tarazona Monumental visita la iglesia de San Vicente Mártir

El templo permanece cerrado prácticamente durante todo el año por lo que muchos la descubrirán por vez primera.

Los participantes en la visita recorrerán el interior del templo este sábado.
Tarazona Monumental visita la iglesia de San Vicente Mártir
N.B.

Aunque la iglesia de San Vicente Mártir de Tarazona permanece cerrada durante todo el año, abriendo solo sus puertas durante Semana Santa, este sábado las puertas se abrirán por un motivo de carácter turístico. La Fundación Tarazona Monumental (FTM) organiza una visita guiada y gratuita para descubrir la que es una de las iglesias más desconocidas de la ciudad, perteneciente a un antiguo convento de jesuitas.

“Esta visita surge un poco a través del Colegio de Arquitectos de Zaragoza porque ellos han organizado la exposición ‘Edificios Jesuíticos del Viejo y Nuevo Mundo’ y en torno a esa muestra se han preparado también una serie de actividades”, explica la técnico de Tarazona Monumental, Isabel Ibáñez. “Nos plantearon hacer una visita a este edificio de Tarazona perteneciente a la Compañía de Jesús y decidimos incluirla también en nuestra agenda cultural”, añade Ibáñez.

El inmueble se comenzó a plantear en 1580, pero no fue hasta 1591 cuando los jesuitas aceptaron la construcción de este edificio. “Fueron una Compañía muy potente, sobre todo educadores, y hasta aquí vinieron a formarse las personas con mayor poder adquisitivo”, recuerda la técnico. En este edificio, siendo colegio de la Compañía de Jesús, fallecía el escritor y jesuita Baltasar Gracián en 1658, por ejemplo.

La iglesia barroca es de planta de cruz latina con capillas profundas entre los contrafuertes y tribuna, y consta de una sola nave. Su estado de conservación interior es bueno, y destaca sobre todo por su retablo principal de estilo manierista. “La cofradía de la Virgen de los Dolores se encarga del cuidado del edificio y gracias a eso, se abre una vez al año durante la Semana Santa”, relata Isabel Ibáñez.

La FTM intervino en el lienzo de San Atilano que preside el retablo con motivo del milenario del patrón de la ciudad y “es una de las piezas de más valor que podemos encontrar en este templo”.

Cuando la iglesia dejó de pertenecer a los jesuitas pasó a manos de la Diputación de Zaragoza, que también fue propietaria del vecino Hogar Doz hasta el año 2000, cuando el Gobierno de Aragón se hizo cargo de todo el complejo.

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