El secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique, escuchó ayer impasible la reprimenda pública que todos los partidos, salvo el suyo y el socialista, le hicieron en las Cortes de Aragón por la contratación irregular de su asistente personal. Y le volvieron a reprochar que se lave las manos y pretenda responsabilizar al trabajador, cuando la ley deja muy claro que estaba obligado a solicitar su afiliación al sistema de la Seguridad Social, además de su posterior baja.

El debate de una iniciativa de Ciudadanos en defensa de los derechos de los cuidadores de dependientes sirvió para que los representantes políticos, sin distinguir de ideologías, censuraran a Echenique por incumplir la ley y no dar de alta en la Seguridad Social a la persona que, entre septiembre de 2011 y junio de 2012 y desde marzo de 2015 hasta abril de 2016, le ayudaba a diario en sus tareas personales. Dicha irregularidad le ha costado al político una sanción de entre 10.000 y 25.000 euros de la Inspección de Trabajo, que considera que los hechos son constitutivos de una infracción muy grave, tal y como adelantó este diario.

La reprobación no impidió a Echenique apoyar junto al resto de diputados, a excepción de los del PP, la proposición no de ley de Ciudadanos en amparo de los derechos de los cuidadores de dependientes, cuya conculcación le echaron en cara solo unos minutos antes cuatro de los seis grupos parlamentarios.

La primera en hacerlo fue la diputada de Ciudadanos Desirée Pescador al defender su iniciativa parlamentaria, quien hizo una "enérgica condena" de la actitud de Echenique. "Cuando se comenten errores, incluso en el caso que sea con buena intención, hay que reconocerlos, pedir perdón y asumir las consecuencias. En ningún caso nos parece una actitud adecuada echar la culpa a la parte más débil en la relación laboral, en este caso, al cuidador", dijo antes de cuestionar que algunos partidos, en referencia a Podemos, les den lecciones morales "como si ellos hubieran descubierto la decencia en la política" .

Las críticas siguieron en tromba. Carmen Martínez (CHA) señaló que el hecho de que un dependiente, en referencia a Echenique, cuente con un cuidador que no sea de su familia no le exime de "cumplir con sus obligaciones", que pasan por darle de alta en la Seguridad Social. Y remarcó que la obligación de todos es "velar por los derechos de todos los trabajadores".

Mucho más dura fue la aragonesista Elena Allué, quien llegó a plantear que Echenique debería dimitir tras haberse aprobado unas horas antes en la misma Cámara una ley específica de ética pública. "Es una vergüenza tener a gente sin pagar la Seguridad Social, vulnerando las normas básicas", lamentó antes de exigir ejemplaridad en el cumplimiento de las leyes. Mientras, la popular Ana Marín subrayó que Podemos no tenía "ningún tipo de credibilidad" en la defensa de los derechos de los dependientes cuando califican de "error" una infracción muy grave cometida por su líder en Aragón. "Dicen una cosa y hacen otra", lamentó.

Mientras tanto, la podemista Marta Prades y la socialista obviaron de su discurso el fraude a la Seguridad Social cometido por Echenique y optaron por cargar, junto al resto de partidos, salvo el PP, contra los recortes en la dependencia. Con sus votos emplazaron al Gobierno a aumentar la financiación y a restablecer la suscripción a la Seguridad Social de los cuidadores no profesionales a cargo del Estado en un plazo de seis meses.