La UZ premia a sus estudiantes modelo, también comprometidos y sacrificados

Cada uno de estos alumnos han recibido una ayuda de 700 euros.

Parte de los alumnos galardonados: Irma Inaz Monterde, Héctor García Cebollada, Pablo Lanaspa Ferrer y Pablo Riega Begué.
Parte de los alumnos galardonados: Irma Inaz Monterde, Héctor García Cebollada, Pablo Lanaspa Ferrer y Pablo Riega Begué.
Universidad de Zaragoza

Tienen un expediente académico brillante pero además, fuera de las aulas, han demostrado su compromiso con la sociedad, se han sacrificado y han sido capaces de superar sus problemas con perseverancia y optimismo, y por ello este lunes han sido premiados por el Consejo Social de la Universidad de Zaragoza.

Han sido cinco estudiantes de cinco ramas del conocimiento elegidos de entre un total de 80 alumnos, todos ellos con una trayectoria similar que se presentan al premio "a pecho descubierto", sin avales de ningún profesor, como ha destacado el presidente del Consejo Social de la UZ, Manuel Serrano, quien ha mostrado su satisfacción por que cada año aumente el número de estudiantes que optan a este galardón.

Según Serrano, son expedientes que "ponen en apuros al jurado", que finalmente tiene que dirimir la decisión "por milésimas" pero "de esto se trata, de crear gente bien formada para que beneficie a la sociedad".

Y es que con este galardón, además de los conocimientos teóricos y habilidades profesionales se reconoce su implicación y compromiso social, la dimensión internacional de su currículum, las prácticas extracurriculares desarrolladas, cursos, idiomas, estancias en el extranjero o pertenencia a colectivos sociales o deportivos.

Dotado cada uno con 700 euros, el objetivo del Consejo Social de la UZ es impulsar las relaciones de la institución con la sociedad y promocionar las relaciones con su entorno cultural, profesional, económico y social.

Para la consejera de Universidad, Pilar Alegría, es "casi premiar un alumno perfecto" y es un "orgullo" que salgan estudiantes tan formados en todas las ramas del conocimiento.

Así, en esta quinta edición en Arte y Humanidades ha sido reconocido Pablo Riera Begué, del Grado en Historia, y en Ciencias de la Salud Ignasi Bofill Verdaguer, de Veterinaria.

Héctor García Cebollada, del Grado en Biotecnología, ha sido el mejor en la rama de Ciencias, aunque para él, el verdadero premio ha sido conocer tanta gente involucrada en mejorar su entorno.

A sus 38 años, con dos hijos de año y medio y dos meses de edad, Irma Inaz Monterde, además Guardia Civil de profesión, ha sido reconocida en la rama de Ciencias Sociales y Jurídicas, del grado de Magisterio en Educación Infantil. Educar en valores es su objetivo, ha dicho Inaz, quien ha reconocido que "trabajar y estudiar no es fácil, exige sacrificios y a veces el abandono llega sin llamar".

Para Pablo Lanaspa Ferrer, graduado en Ingeniería Informática, el premio es un "honor" que valora "sobre todo" el esfuerzo fuera de las aulas y ha confesado que ha aprendido de los problemas con perseverancia y optimismo.

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