Atravesar con una autovía el congosto del Isuela y el puerto de Monrepós no ha sido una tarea fácil para los ingenieros. El trazado se ha tenido que adaptar a una orografía de montaña tendiendo viaductos y excavando túneles. Cuando concluyan las obras de la A-23, el principal acceso al Pirineo tendrá ocho túneles que sumarán más de 8 kilómetros. Ya existen cinco pasos en servicio (incluyendo las galerías de protección de Nueno) y se están construyendo otros tres.

Uno de estos es el del Alto de Monrepós (2.885 m), que se convertirá en el tercero de mayor longitud de la provincia, después de los internacionales de Somport (8.608) y Bielsa (3.070). La intensa actividad que se observa en la actualidad en los tramos Congosto del Isuela-Arguis, Alto de Monrepós-Caldearenas y Caldearenas-Lanave contrasta con los años de parón por la crisis.

En el primer recorrido, donde las obras se retomaron en febrero de 2016, se perfora un túnel de 900 metros, ya casi excavado. Entre el alto de Monrepós y Caldearenas, se construye el de casi 3 kilómetros y los trabajos se centran en la conclusión del revestimiento, la galería de evacuación, las de conexión entre esta y el túnel y en los cuartos técnicos para las instalaciones y los equipamientos. Cuando finalicen comenzará el montaje de los sistemas de ventilación, iluminación, red de agua contra incendios, radiocomunicaciones, circuito de televisión y su integración en el Centro de Control de Arguis, desde donde se vigilarán todos los túneles del puerto y otros de la provincia, convirtiéndose en un punto neurálgico de la red viaria.

El último de los pasos subterráneos en construcción se localiza entre Caldearenas y Lanave. Se están excavando sus 395 metros de longitud y acaban de empezar las labores de remodelación del ya existente, de 620 metros.

Además de los ocho túneles que atravesarán los conductores en este puerto de montaña, habrá 12 viaductos. Seis de ellos facilitan el paso entre el congosto del Isuela y Arguis. La mitad ya están construidos y la otra mitad serán nuevos. A estos se suman otros seis, pendientes de ejecutar, en los otros dos tramos.

Las estructuras más espectaculares corresponden al recorrido Caldearenas-Lanave, con calzadas separadas en dirección a Huesca y a Jaca. El proyecto contempla tres viaductos: el del río Guarga (350 metros), el que salva el barranco de Atos (220 m) y el del Fontanal, que con sus 465 metros será el de mayor longitud del puerto.

El paso sobre el Guarga

Las obras en este último acaban de empezar. Desde la carretera es visible el montaje de los pilares de hormigón. Si este se distingue por el color amarillo, el verde identifica al del río Guarga, de menor longitud pero más singular, a juicio de los responsables de las obras. En este paso también se está trabajando, ya que quedó inacabado cuando llegaron los recortes presupuestarios. Se ha retomado su construcción con el montaje del tablero.

Tanto su proceso constructivo como su diseño, según el Ministerio de Fomento, responden a la necesidad de generar la mínima afección posible al cauce del río al ser un espacio que cuenta de protección como Lugar de Interés Comunitario (LIC). Tiene cuatro vanos, dos de 75 m y dos de 100 m de ancho, sobre una traza recta seguida de una curva de 600 m de radio y en pendiente. El tablero, de 24 m de ancho, es mixto y único para ambas calzadas, formado por un cajón metálico circular y una losa de hormigón. El pilar más alto alcanza casi 45 metros.

Oficialmente, el Ministerio de Fomento no precisa una fecha para la conclusión de todas estas obras en el puerto de Monrepós, la carretera donde más atascos de tráfico se generan de toda la Comunidad debido a los intensos flujos de turistas hacia el Pirineo, tanto en temporada estival como invernal.