Desde Córdoba hasta La Puebla de Castro para venerar una reliquia

La localidad oscense de La Puebla de Castro guarda en su iglesia un fragmento óseo de san Francisco Solano, patrón del municipio cordobés de Montilla.

Desde Córdoba hasta La Puebla de Castro para venerar una reliquia
Desde Córdoba hasta La Puebla de Castro para venerar una reliquia
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La sagrada reliquia de san Francisco Solano que desde hace más de dos siglos se conserva en la iglesia parroquial de Santa Bárbara, en La Puebla de Castro, mantiene un estrecho vínculo entre la localidad oscense y el municipio cordobés de y Montilla, así como entre las Diócesis de Barbastro-Monzón y la de Córdoba.

Tanto es así que este próximo sábado, a las 18.30, un grupo de 60 peregrinos montillanos llegados desde la ciudad cordobesa se acercaran hasta La Puebla de Castro para venerar el fragmento óseo de san Francisco Solano que se conserva en su templo.

San Francisco Solano, patrón de Montilla, (Montilla, 1549 - Lima, 1610) fue un fraile y sacerdote misionero que durante 20 años predicó el cristianismo en América hasta su muerte en Perú. Conocido como el apóstol de América y el taumaturgo del Nuevo Mundo, es también patrono -entre otras- de las ciudades de Lima, La Habana, Panamá, Cartagena de Indias, La Plata, Ayacucho o Santiago de Chile… además de “santo patrón del Folclore Argentino, de los Terremotos, de la Unión de Misioneros Franciscanos, de Navegantes, del Mar del Sur…” y hasta “fue propuesto para patrón de los toreros”, explica Pedro Bardají, descendiente del municipio de La Puebla de Castro y autor de una publicación que recoge abundante información sobre el santo montillano y su relación con la población oscense.

Esta visita se enmarca dentro de los actos de hermanamiento entre ambos pueblos que comenzaron en 2015, cuando un primer grupo de peregrinos viajó hasta La Puebla de Castro al descubrir que, tras la el robo del cráneo del santo en Lima, la mayor reliquia conservada de san Francisco Solano se guardaba en el municipio ribagorzano.

“Fue apoteósico. Llegaron, vieron la reliquia y cayeron de rodillas, no habíamos visto nada parecido nunca. Para ellos no era un simple hueso, sino una parte del santo”, revela Pedro Bardají. “A partir de ahí empezamos a contactar con el Ayuntamiento de Montilla y también por la vía eclesiástica se solicitó al Obispado poder llevar a Montilla la reliquia. La llegada del fragmento óseo del san Francisco Solano tuvo mucha repercusión en la ciudad cordobesa. Cuando volvimos a recoger la reliquia, el pasado noviembre, sacaron al santo en procesión, algo que solo se hace una vez cada 14 años, y fuimos recibidos por el alcalde de Montilla y toda la corporación municipal”, apostilla.

Desde entonces, el hermanamiento entre La Puebla de Castro, de apenas 400 habitantes; y Montilla, con más de 23.000, mantiene vivos sus lazos como demuestra la visita del grupo de montillanos durante este fin de semana.

En la celebración religiosa que tendrá lugar el sábado, a las 19.00, los peregrinos, muchos de ellos miembros de la Rondalla y Coro de don Antonio Ferrete de Montilla, venerarán con guitarras, bandurrias y las populares coplas al santo, a la sagrada reliquia de san Francisco Solano que se custodia en la parroquia de Santa Bárbara desde hace 250 años.

Este encuentro ha sido posible gracias a un grupo de informadores turísticos locales que actúan de manera altruista y se dedican a investigar y divulgar el patrimonio de la zona -Pedro Bardají entre ellos-.

Según sus investigaciones, “que la parroquia adquiriera una buena reliquia de santo era el equivalente actual a fichar al mejor médico para el Hospital del pueblo. Proporcionaba protección y seguridad a los vecinos y convertía a la localidad en foco de atracción y peregrinación de otras poblaciones”.

Tal vez por ello, La Puebla de Castro “adquirió (entre 1726, canonización de Solano, y 1774, primer inventario parroquial en que se citan los dos relicarios) dos preciosas reliquias óseas, de dos santos extraordinarios, san Francisco Solano, apóstol de la Américas (‘El mejor de los montillanos’), y Santa Rosa de Lima, primera santa de de América”, señalan.

Esta adquisición habría sido hecha por “la marquesa de La Puebla de Castro doña Teresa del Milagro Moncada Benavides, de la que tenemos datos de su presencia en Montilla y de donaciones a varias parroquias de Montilla, quien contrajo matrimonio, en el año 1722, con el Señor de Montilla, marqués de Priego y XI duque de Medinaceli don Antonio Fernández de Córdoba-Figueroa. Es muy probable que el hijo de los marqueses, o ellos mismos, donaran los 2 relicarios a la iglesia parroquial de Santa Bárbara de La Puebla de Castro”, apuntan en su investigación.

Ambas reliquias se conservan en dos relicarios de plata, gemelos, de fina filigrana cordobesa, que guardan, respectivamente, el hueso cúbito del antebrazo de san Francisco Solano y el hueso radio del antebrazo de santa Rosa de Lima. Bardají señala, además, que estos fragmentos “sufrieron el exilio durante la Guerra Civil, al formar parte, con las obras del Museo del Prado, del Tesoro Artístico Nacional que viajó, en cajas, junto al Gobierno de La República, desde Madrid a Valencia, desde aquí a Figueras y finalmente, en febrero de 1939, a Ginebra (Suiza), donde fueron depositadas en el Palacio de las Naciones. A finales de 1939 las reliquias estaban ya de vuelta en La Puebla de Castro”.

Pretendemos que este hermanamiento vaya a más, reforzar esos lazos, establecer nuevos vínculos y poder mostrar todo el atractivo que tiene la comarca de la Ribagorza, concluye Bardají.

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