Las adjudicaciones de Fomento caen a 107 millones en Aragón desde que gobierna el PP

El tramo de la A-68 de Figueruelas a Gallur y tres obras complementarias suman el 80% de lo contratado en 5 años. El importe supone un 1,32% de toda la inversión impulsada por el Ministerio y sitúa a la Comunidad a la cola de España.

Maquinaria entre Figueruelas y Gallur, el único tramo de autovía adjudicado en cinco años.
Maquinaria entre Figueruelas y Gallur, el único tramo de autovía adjudicado en cinco años.
José Miguel Marco

Los boletines estadísticos no engañan y el del Ministerio de Fomento detalla el severo recorte inversor en Aragón. Las adjudicaciones se han reducido a 107 millones de euros en los últimos cinco años, hasta el punto de que la única contratación de calado desde que gobierna el PP es el tramo de la A-68 entre Figueruelas y Gallur. Y esto es indicativo de la parálisis de la obra pública en las tres provincias, ya que este desdoblamiento de catorce kilómetros representa casi la mitad de todo el dinero contratado en Aragón entre 2012 y 2016. Si se suman el resto de actuaciones reseñables, tres obras complementarias en autovías, se llega al 80%.

Los partidos políticos, los agentes sociales y los propios empresarios del sector no se han cansado de denunciar el tijeretazo inversor que sufre la Comunidad, reflejado año tras año en los Presupuestos Generales. Pero el problema es mucho mayor cuando se consulta el anuario oficial, que evidencia que el desbloqueo de infraestructuras largamente demandadas por Aragón se retrasa sine díe porque ni siquiera se contratan los trabajos, aunque sea a un ritmo inversor lento.

La adjudicación del citado tramo de la A-68 maquilla de alguna forma la estadística del Gobierno de Rajoy, ya que los 47,2 millones de la adjudicación definitiva publicada en enero de 2016 repara un bienio especialmente negro para Aragón: las obras adjudicadas por Fomento en 2014 se limitaron a 8,1 millones de euros y en 2015 cayeron aún más, hasta los 1,4 millones. Esta última cifra puso a la Comunidad en mínimos históricos, a la cola autonómica, superada por el resto de autonomías y hasta por las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.

Solo obras complementarias

Se miren por donde se miren, los números son muy negativos. En los últimos cinco años no se ha adjudicado un solo tramo más de las autovía pendientes en Aragón, tampoco han avanzado los desdoblamientos de las carreteras de Castellón y de Barcelona ni tampoco se ha desbloqueado la renovación de la depauperada red ferroviaria convencional.

De hecho, las únicas actuaciones reseñables en Aragón, aparte del citado tramo de la A-68, se limitan a la adjudicación por casi 20 millones de unas actuaciones complementarias en la autovía entre Huesca y Jaca, la A-23. Ambas se remontan a noviembre de 2013 y se circunscriben a los tramos entre Nueno y el congosto del Isuela y de Arguis al alto de Monrepós para estabilizar la ladera, acondicionar las instalaciones de un túnel y su conexión con el centro de control de túneles.

Y la última actuación reseñable en Aragón bajo el mandato de la exministra Ana Pastor son otras actuaciones complementarias relacionadas con la ampliación de la Ronda Norte de Zaragoza. Se encargaron por 12,1 millones en noviembre de 2012 a Sacyr.

Todo lo demás, hasta llegar a los citados 107 millones que Fomento ha contratado en Aragón en cinco años, son intervenciones puntuales por importes irrisorios para el calado de la obra pública.

La lectura de los números aún es más negativa si se opta por la comparación. Si se hace con el último gobierno de Rodríguez Zapatero, los cuatro años de crisis comprendidos entre 2008 y 2011, se constata el alcance del tijeretazo: se adjudicaron obras por 737 millones frente a los 107 en los cinco años del Ejecutivo del PP. Y hay que tener en cuenta que Fomento impulsó obras por 8.111 millones de 2012 a 2016 entre los contratos que firmó el propio Ministerio, sus organismos autónomos y sus empresas públicas, entre ellas Renfe, ADIF y AENA.

El retroceso es igualmente esclarecedor si la lupa se pone en el esfuerzo inversor respecto al conjunto del país. Si en el último periodo socialista Aragón suponía un 2,72% de la contratación del grupo ministerial, ahora ha caído al 1,32%. Solo hay que recordar que su superficie representa casi el 10% del país.

El retroceso es tal que la Comunidad se ha situación a la cola, solo superada por autonomías con un territorio muy inferior y con mucha menos población: Asturias, Cantabria, La Rioja y Navarra. Y esta última sí logró impulsar en los últimos años por su condición de territorio foral parte de las inversiones estatales, como la autovía Jaca-Pamplona, mientras en Aragón se paraban las máquinas con los ejecutivos de Rodríguez Zapatero y de Rajoy.

La caída ha sido importante, ya que en el periodo comprendido entre 2008 y 2011 estábamos en la mitad de la tabla española.

Los recortes son una constatación desde el estallido de la crisis y el grueso de la inversión se ha destinado a la única prioridad que parece haber en materia de infraestructuras: la alta velocidad ferroviaria, concentrada en los dos corredores del norte de España y del Mediterráneo. Esto hizo que en Galicia, Cataluña, País Vasco y Castilla y León se adjudicaran obras por un importe de 3.947 millones de euros, la mitad del importe global de toda España. La única excepción es Andalucía, en la que se impulsaron obras por un montante de casi mil millones.

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