El juguete que gira en el dedo arrasa también en Zaragoza

Pese a la falta de base científica que lo respalde, el 'Fidget Spinner' se comercializa como una ayuda útil para los niños con trastornos por déficit de atención.

Un 'fidget spinner' en una papelería de Zaragoza
Un 'fidget spinner' en una papelería de Zaragoza
HTV

De quiosco en quiosco y de tienda en tienda van como locos estos días los alumnos de Zaragoza de todas las edades. Buscan el juguete de moda, el último grito en entretenimiento que ha recalado en apenas unos días en los patios de todos los colegios.

Algunos quioscos no han llegado a tenerlos, otros recibieron la semana pasada una primera partida de la que el lunes por la tarde ya no quedaba ni rastro. Solo Olga García, de la papelería El Carmen, puede mostrar a la cámara de HERALDO un ejemplar del 'Fidget Spinner' y es porque le llegó defectuoso y no puede venderlo. Se trata de un artilugio de apenas 7 centímetros de diámetro, con tres brazos que actúan como contrapeso y le permiten girar a gran velocidad cuando se le da impulso. El divertimento es simple: verlo girar sobre la yema del dedo o la palma de la mano.

No tiene más misterio y no está pensado para jugar contra otro compañero. Solo sirve para observar cómo gira y así lo reconocía este viernes una de las niñas que entraba a preguntar por él en la papelería de Olga. Tanto ella como sus dos hermanos pequeños querían que su abuela les comprase el juguete de moda que "todos" sus compañeros lucen en el cole.

El juguete original se vendía la semana pasada por entre 3,5 y 4 euros en los quioscos y papelerías de Zaragoza. Este viernes solo era posible encontrar imitaciones en los bazares: dispositivos algo más pequeños que se vendían por más de 5 euros a los niños que no querían esperar ni un solo día más para tener en su poder el aparato giratorio. En Amazon el juguete se comercializa en distintos colores por entre 6 y 10 euros.

¿Propiedades terapéuticas?

Podría parecer cualquier otra moda pasajera como en su día lo fueron los gormiti o las peonzas y como todavía lo son las pulseritas de goma. Pero esta vez el fenómeno tiene un trasfondo más complejo. Resulta que estos aparatos se están comercializando en muchas ocasiones como herramienta para chavales con trastorno por déficit de atención (Tda) pues ayudan, supuestamente, a aumentar la capacidad de enfoque.

El doctor Pedro Manuel Ruiz Lázaro, jefe de la sección de psiquiatría infanto-juvenil del Hospital Clínico de Zaragoza, reconoce haber oído hablar de estos artilugios. Participó hace unas semanas como ponente en un simposio sobre el TDAH que organizaba la Fundación Adana en Barcelona y ya entonces se debatió sobre las supuestas propiedades de los juguetes giratorios. "Son hipótesis cogidas con pinzas. Se basan en que mientras el niño manipula el objeto focaliza toda su atención y sirve como una especie de entrenamiento, pero no tiene ninguna base científica así que no se puede recomendar como algo terapéutico", expone tajante el psiquiatra, profesor e investigador aragonés. No obstante, "tampoco es perjudicial", por lo que desde su punto de vista se trata solo "de un juguete más" como cualquier otro.

Por su parte, el presidente de la Asociación Aragonesa de Psicopedagogía, Juan A. Planas matiza que, como daño tampoco hace, cuantas más iniciativas haya para los chicos con problemas de atención, mejor: "Las últimas investigaciones de neuroeducación coinciden en que hay niños que tienen problemas de concentración porque no les llega bien la información por determinadas vías sensoriales por lo que nunca está de más estimular otras vías, en este caso la táctil". Por otro lado, insiste en que a los niños con déficit de atención les cuesta centrar la atención en un solo estímulo y por tanto, todo lo que vaya encaminado a ayudar en este sentido, será bien recibido: "Es una especie de adiestramiento para que aprendan a focalizar la atención", explica.

Al margen de sus propiedades terapéuticas, el juguete está causando sensación entre todo tipo de chavales y está agotado en todas partes. Los regentes de quioscos y papelerías coinciden en que cada día pasan "cerca de 80 niños" para preguntarles si lo tienen a la venta. La primera remesa que recibieron, modesta porque ya quedan pocas semanas de clase, ha demostrado ser insuficiente. La mayoría espera que sus distribuidoras les hagan llegar más ejemplares la semana que viene. 

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión