Un experto zaragozano insta a combatir la pseudociencia en la educación

Alberto Royo afirma que "no hay ningún partido que se atreva a apostar sin complejos por el conocimiento".

El profesor Alberto Royo
El profesor Alberto Royo
Efe

El profesor de Secundaria Alberto Royo insta a los partidos políticos a combatir "la ola de pseudociencia que amenaza la educación", en referencia al aprendizaje por proyectos o las inteligencias múltiples.

En una entrevista con Efe, Royo (Zaragoza, 1973) opina sobre la negociación del pacto de Estado educativo con motivo de la publicación de su libro 'La sociedad gaseosa', de Plataforma Editorial, donde retoma algunas de las ideas que expuso en su obra anterior, 'Contra la nueva educación'.

A su juicio, "todas las formaciones políticas están a expensas de las modas" y las teorías que se postulan en el sector educativo "con poca o ninguna base científica".

Royo, que ejerce como profesor de Música en Navarra, considera que no hay ningún partido político que apueste por un sistema educativo "exigente", capaz de garantizar la movilidad social, que reconozca el mérito de los alumnos que más se esfuercen y apoye a los que tengan más dificultades.

El autor estima que "Podemos se sube al carro de las inteligencias múltiples y, de alguna manera, avala lo que la vieja izquierda ya ha hecho", mientras que "Ciudadanos sigue insistiendo con imponer el inglés como lengua vehicular".

Desde su punto de vista, "el PSOE todavía no ha pedido disculpas por la LOGSE, que fue un despropósito, y el PP añade a lo que ya hay sus propias filias como el emprendimiento o la educación financiera, al tiempo que se apunta a las rebajas, bajando más el nivel".

Por ello, señala que "no hay ningún partido que se atreva a apostar sin complejos por el conocimiento y, sobre todo, a oponerse a la ola pseudocientífica que amenaza la educación".

En su nuevo libro, habla del paso de la "modernidad líquida" que describió el pensador polaco Zygmunt Bauman, a "La sociedad gaseosa", donde "no hay espacio para lo sólido y solo queda lo superficial y lo efímero".

Subraya que, en los tiempos actuales, se impone "la inmediatez, la búsqueda de la rentabilidad, la falta de exigencia, el desprecio de la tradición, la obsesión innovadora, el consumismo, la educación placebo y la marginación de las humanidades y la filosofía".

La portada, ilustrada con algodón de azúcar, "un producto comestible, que no es nutritivo", permite "hablar de la vacuidad argumental del charlatán, de la edulcoración de los contenidos que se pide a los profesores y del auge de las pseudociencias", explica.

En el texto, describe el "síndrome del zangolotino", evocando una escena de la película "El viaje a ninguna parte", de Fernando Fernán Gómez, en la que José Sacristán llama "zangolotino" a Gabino Diego, para aludir al "infantilismo" con el que los profesores tratan a los alumnos porque no les dejan madurar y les sobreprotegen.

"La sociedad gaseosa" es "una reivindicación de la necesidad de tener convicciones" y "una invitación a la reflexión sobre la actualidad, desde un punto de vista muy personal, con referencias a la cultura, la música y el cine", afirma.

Ante el auge de las nuevas tecnologías, destaca la importancia de transmitir a los alumnos unos conocimientos que les permitan tener la suficiente solidez conceptual como para acceder a internet en unas condiciones en las que puedan discernir qué información es relevante, rigurosa y exacta y cuál no lo es.

Censura la obsesión con aquello que puede ser rentable a corto plazo, desde un punto de vista mercantilista, "olvidando que no todo pasa por disponer de un buen sueldo y que no hay conocimientos útiles e inútiles".

Pone el ejemplo de Sócrates, que aprendió un aria para flauta, mientras le preparaban la cicuta y, cuando le preguntaron de qué le iba a servir, respondió que "para saberla antes de morir", reflejando su "amor por el conocimiento".

Hace hincapié en la importancia del valor del conocimiento para llegar a ser "una persona con opinión propia, independiente y difícilmente manejable".

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