La mejora económica se empieza a percibir en España, pero no tanto en Aragón. Así lo muestra la última encuesta de Condiciones de Vida, publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) este martes. En ella se puede comprobar cómo la media española progresa en casi todos los indicadores de este estudio, reduciéndose el porcentaje de personas con carencia de material severa o en riesgo de pobreza y aumentando la renta media de los hogares. Pero los resultados de Aragón durante el último año han empeorado. Según estos datos, la comunidad aragonesa es la única en la que desciende la renta media y lo hace con más de 2.000 euros por hogar.

Es necesario destacar que esta encuesta incluye la información relativa a 2016 en casi todos los aspectos, excepto en los relacionados con los ingresos, que toma los datos de 2015 (ya que son los últimos en los que se ha hecho la declaración de la renta).

Mientras que en 2014 cada vivienda tenía unos ingresos de más de 30.000 euros, en 2015 esta cifra descendía hasta los 28.000, es decir, 2.039 menos que un año atrás. Por el contrario, los ingresos en el resto de comunidades ascienden en mayor o menor medida. Los madrileños son los que menos ven incrementar su renta, con solo 127 euros de diferencia entre un año y otro (hasta alcanzar los 31.370 euros anuales). En el lado opuesto se encuentran Melilla, con casi 4.300 euros de diferencia, y las Islas Baleares, con más de 3.500.

Durante los último años, los sindicatos han alertado de las deficiencias del actual mercado laboral con muchos contratos temporales y cada vez peor pagados. Ejemplo de ello es que en 2016 la firma de contratos temporales volvió a marcar un nuevo hito en Aragón. En total se superaron los 565.000 contratos, de los cuales, el 36% tenían una duración de menos de un mes.

"La mayoría de los empleos que se crearon en Aragón durante el 2015 fueron en sectores donde los salarios son muy bajos y hay una gran precariedad. Muchos de ellos se encuentran en el ámbito de la hostelería y el comercio, aunque también hubo algunos dentro de los servicios privados, como pueden ser la seguridad o la limpieza", destaca Manuel Pina, secretario de Acción Social de CC.OO. Aragón.

Al mismo tiempo recuerda que la pérdida de protección social que sufren los desempleados ha podido influir en el descenso de la renta media: "Al inicio de la crisis, más del 75% tenían algún tipo de protección debido a la prestación por desempleo que habían cotizado o a los diferentes subsidios; hoy en día este volumen de población se encuentra por debajo del 50% de los parados". De este modo, la explicación se podría encontrar en la conjunción de ambas cuestiones: la incorporación de nuevos trabajadores, pero con sueldos bajos y contratos temporales; y la pérdida del derecho a los subsidios de los parados.

De hecho, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ya reconoció este problema. En su último informe avisaban de que la elevada proporción de desempleados de larga duración y la falta de empleo de calidad dificultaba un crecimiento más inclusivo que permitiera un aumento del nivel de vida de toda la ciudadanía. Por ello, reclamó que se mejore la protección social con un mayor apoyo en materia de ingresos mínimos, en especial para las familias pobres con niños.

No obstante, esto no quiere decir que las comunidades en las que más ha aumentado la renta sean las que más ingresos medios tienen. A pesar de que los aragoneses han visto reducir su renta en el último año, todavía siguen teniendo unos ingresos superiores a la media, que se encuentra en 26.730. En concreto, Aragón es la octava comunidad con mayores rentas (hace un año era la sexta). "Tradicionalmente, las comunidades del sur son las que registran una peores condiciones labores, una cuestión que se ha mantenido de manera casi invariable con los efectos de la crisis económica", puntualiza Pina.

Mayor riesgo de pobreza

El 2014 fue el peor año para Aragón, según el indicador Arope. En aquel momento, a consecuencia de los efectos sufridos durante toda la crisis económica, la tasa de pobreza, la carencia de material severa y la baja intensidad de trabajo en los hogares aragoneses marcaba uno de sus máximos históricos. Al año siguiente, la situación mejoró y todos los indicadores fueron disminuyendo y afectando a un menor porcentaje de población. Sin embargo, en los datos ofrecidos por el INE este martes, la situación ha cambiado, volviendo a aumentar todos estos factores.

En estos momentos, un 18,7% de los aragoneses están en riesgo de pobreza o exclusión social, lo que supone un punto porcentual por encima de lo registrado un año antes. Lo mismo ocurre con la carencia de material severa, que ha crecido hasta alcanzar a casi el 3% de la población de Aragón. Por su parte, alrededor del 8% de los aragoneses viven en un hogar con baja intensidad en el trabajo, es decir, que los miembros en edad de trabajar lo hicieron menos del 20% del total de su potencial de trabajo. Un ejemplo sería una vivienda de tres personas: padre, madre e hijo menor de edad, en la que uno de los progenitores tiene un tercio de jornada y el otro está en el paro.

"Todas estas tasas siguen siendo elevadas, por lo que se comprueba que la salida de la crisis no ha hecho desaparecer las situaciones de vulnerabilidad al ritmo que todos desearíamos", reconoce Jaime Sanaú, director de Cáritas Zaragoza. Por ello, destaca que si el crecimiento económico no posibilita unas condiciones de vida digna para los ciudadanos más desfavorecidos, "hemos de concluir que algo no estamos haciendo bien en nuestro modelo social y hemos de cambiarlo".

Asimismo, Sanaú detalla que, pese a la mejora del empleo en la economía regional, los ingresos del 15,7% de los hogares aragoneses no son suficientes para permitir a sus miembros superar el umbral de pobreza: "Esto se debe a que este umbral ha pasado de situarse en 8.011 euros anuales a 8.209, por lo que algunos de los hogares que el año pasado lo superaban, ahora se considera que están en riesgo de pobreza".

En el ámbito nacional, el 2014 también fue uno de los peores años; sin embargo, una vez iniciada la mejoría, ésta sigue por la misma senda. Todos los indicadores que se analizan en este estudio han ido mejorando de manera constante en los dos últimos años. En concreto, en este último, la tasa de riesgo de pobreza y exclusión social ha pasado del 28,6% al 27,9%; la de carencia de material severa ha bajado del 6,4% al 5,8% y el porcentaje de españoles que residen un hogar con baja intensidad de trabajo se ha reducido de un 15,4% a un 14,9%.

Al igual que ocurría con la renta, Aragón ha empeorado sus datos en el último año, pero todavía se encuentran por encima de la media española, registrando menos pobreza y carencia de productos que en la mayoría de las comunidades autónomas.

El 30% todavía no se puede permitir una semana de vacaciones

La carencia severa de material se calcula respecto a unas determinadas variables: posibilidad de tener automóvil u ordenador, poder tener la vivienda a una temperatura adecuada, los retrasos en el pago de los gastos de la vivienda o poder irse de vacaciones una semana al año, entre otros. De este modo, el 29,2% de los aragoneses todavía no pueden permitirse unas vacaciones de, al menos, una semana. Por su parte, casi el 35 no pueden tener su vivienda a una temperatura adecuada y el 1,7% no se alimentan de carne, pollo o pescado al menos cada dos días.

Además, el 26,8% no puede hacer frente a gastos imprevistos y un 8% se ha retrasado en los últimos meses en el pago de facturas relativas a la vivienda (como es el alquiler, la comunidad, la luz o el gas). Respecto a los productos que no pueden adquirir, un 1,7% de los aragoneses aseguran que no pueden tener ni mantener un automóvil, mientras que un 2% no pueden disponer de un ordenador personal. Algunos de estos factores han mejorado ligeramente en el último año, pero otros, como es el retraso en el alquiler u otros gastos de la vivienda, se han visto incrementados.