"Una de las víctimas permaneció varios segundos sobre el capó y él hizo maniobras para tirarla"

Los jóvenes que viajaban en el coche junto al conductor drogado no le conocían de nada y se quedaron en 'shock' tras el atropello.

A. L. P. C., el vecino de Milagro ha declarado este martes
A. L. P. C., el vecino de Milagro ha declarado este martes
Banca Aldanondo (Diario de Navarra)

La titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 de Tudela decretó ayer prisión comunicada sin fianza para Abel L. P. C., el conductor de 28 años que el pasado domingo segó la vida del zaragozano Carlos Pellejero, de 20, al arrollarlo con su coche en un camino cuando regresaba de pasar el día en el campo junto a su novia Claudia y un grupo de amigos. A la hora de tomar su decisión, la juez no pasó por alto que el encausado circulaba de forma temeraria e influenciado por el consumo de cocaína: lo reveló el test de drogas que se le practicó tras su detención y lo confesó ayer él mismo durante su declaración.

"Llevaba ocho años sin tomar cocaína y me metí tres o cuatro rayas la noche anterior. El domingo, me fumé también varios porros", reconoció el vecino de Milagro (Navarra), al que la Policía Foral encontró una cajetilla de tabaco mezclada con cannabis durante el registro del Citroën C4 con el que embistió al grupo de amigos. El conductor, al que defiende el letrado zaragozano Javier Osés, se mostró muy arrepentido de lo sucedido e intentó justificar su inexplicable huida. "Me puse muy nervioso y no supe reaccionar. Pero si me marché de allí fue porque no fui consciente de haber golpeado a ninguna persona", dijo.

Pero la versión del encausado difiere bastante de la que dieron los numerosos testigos del mortal atropello. De entre todos ellos, la juez destaca en su auto el de los dos jóvenes colombianos que viajaban en el coche junto al investigado. No conocían de nada a Abel L. P. C., pero lo vieron por las carpas y le preguntaron si podía llevarles a Tudela. Según estos, desde el momento que se subieron al coche sintieron "miedo", ya que conducía de forma violenta y excesivamente rápido. De hecho, parece que uno de ellos llegó a pedirle que aminorara la velocidad, haciendo caso omiso el conductor.

"Tras embestir a las víctimas, una de las chicas salió despedida hacia la vegetación. La otra permaneció en el capó durante aproximadamente 3 o 4 segundos y el conductor hizo maniobras para tirarla. Finalmente, en un giro brusco del volante hacia la izquierda, la chica cayó al camino", explicó uno de los colombianos a la Policía Foral, desmontando la versión del encausado de que continuó la marcha porque no vio a ningún herido.

El atropello dejó en estado de ‘shock’ a los jóvenes que iban en el coche del investigado, al que pidieron insistentemente que parara. Lejos de hacerlo, el vecino de Milagro siguió conduciendo durante unos seis kilómetros y no fue hasta el final del camino cuando les permitió apearse. En ese momento, estos dieron el alto a una mujer y le pidieron el móvil para llamar al 112.

Quitó la luna y limpió el coche

Según el atestado de la Policía Foral de Navarra, tras el atropello el conductor decidió refugiarse en casa de sus padres. Pero antes de dirigirse a la localidad de Milagro, el joven se detuvo en un campo para quitar los cristales del parabrisas y limpiar la sangre del vehículo, que pertenece a su padre. Poco antes de la medianoche, fue localizado y detenido por la Guardia Civil.

Para la juez que instruye el caso, de las diligencias practicadas hasta ahora se desprenden indicios de la comisión de al menos cuatro delitos: un homicidio imprudente, otro de lesiones por imprudencia grave, una conducción temeraria y una omisión del deber de socorro. Por ello, tal y como plantearon la Fiscalía y la letrada Carmen Cifuentes –que en nombre del despacho de abogados de Enrique Trebolle representa a los padres del fallecido–, la instructora acabó ordenando el ingreso en prisión del encausado. Recuerda además esta en su auto que "hay que evitar el riesgo de que el investigado cometa o reitere dicha conducta delictiva".

Durante su comparecencia en el juzgado, el conductor reconoció que hace unos 15 días fue multado por consumir cannabis al volante y que su coche estuvo entonces inmovilizado durante 12 horas. Antes de poner fin a su declaración, el joven insistió en que está arrepentido de los hechos y lamenta la trágica muerte de Carlos Pellejero.

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