La DGA comienza ya la expropiación de 135 hectáreas en Épila para Bon Àrea

El resto del suelo necesario, 600.000 m2, es de propiedad municipal y se permutará con otros que pertenecen a la empresa. Soro quiera evitar que se especule, por lo que adelantará el coste de los terrenos, cuyo justiprecio rondará los 1,35 millones.

Ubicación del complejo logístico de Bon Área
La DGA comienza ya la expropiación de 135 hectáreas en Épila para Bon Àrea

El consejero de Vertebración del Territorio, José Luis Soro, ya tiene la lista de 246 fincas rústicas de Épila que se van a expropiar o permutar para garantizar la implantación del macrocomplejo logístico e industrial de Bon Àrea. Esto le permitirá lanzar en los próximos días los trámites para blindar la titularidad de las 220 hectáreas afectadas, de las cuales 135 están ahora en manos privadas y que serán expropiadas si no hay acuerdo con sus propietarios. Esto será posible porque el Consejo de Gobierno aprobó el martes la declaración de utilidad pública de la expropiación y la necesidad de los suelos para el desarrollo de este Proyecto de Interés General de Aragón (PIGA).

La DGA ha adelantado los trámites de expropiación para evitar "movimientos especulativos", aunque desde que se hicieron públicos los planes de la Corporación Alimentario Guissona a principios de febrero no se han registrado cambios en la propiedad, en manos de vecinos de Épila.

Expropiación en cinco meses

El convenio de colaboración firmado entre la DGA, el Ayuntamiento de Épila y la compañía compromete a la Administración a disponer de los terrenos en un plazo de cinco meses. El dinero saldrá en un primer momento de las arcas autonómicas, pero luego lo recuperará: la Corporación Alimentaria Guissona se los comprará a su vez por el justiprecio que se haya pagado, además de los tributos y gastos que se generen.

La transmisión del suelo se deberá entre la aprobación definitiva del PIGA, a finales de agosto de 2018, y el inicio de las obras de urbanización, previsto en enero de 2019. No obstante, se podría adelantar.

Las 246 parcelas, situadas a ambos lados de la carretera de acceso a Épila (A-1305), son en su mayor parte de secano y carecen de valor urbanístico. En un principio se pretendía ocupar una banda rectangular frente al polígono El Sabinar, pero ahora se ha ampliado para albergar enfrente un área de servicios.

La pretensión de la empresa es ejecutar las instalaciones por etapas en ocho años, invirtiendo 400 millones de euros y generando 4.000 empleos directos.

El desembolso por los terrenos supondrá una mínima parte, en torno a los 1,35 millones, a razón de 10.000 euros por hectárea. "Se hará una tasación conjunta y una negociación individualizada" manifestó Soro antes de calificar este precio estimativo como "razonable" para un suelo calificado como no urbanizable genérico.

Por lo que no tendrá que pagar es por las aproximadamente 85 hectáreas de propiedad municipal situadas en el ámbito de la actuación. El acuerdo recoge su permuta por parte de la finca de 260 hectáreas de cereal que tiene la empresa en el término municipal.

Por su parte, el grupo de Bon Àrea se compromete con el Ayuntamiento a comprar el resto del suelo para la planta y levantar en los plazos estipulados. Igualmente, revertirá a la Administración los suelos que se expropien o adquiera directamente en el caso de que no llegue a utilizar toda la superficie prevista.

En un comparecencia para dar cuenta de los avances del proyecto, Soro explicó que la planta ocupará la mayor parte del suelo frente al polígono El Sabinar y la empresa deberá hacer frente a la cesión del 10% del aprovechamiento, además de las fijadas en la normativa urbanística para habilitar zonas verdes, equipamientos y aparcamientos. La pretensión es acumular la zona ajardinada en torno a la macroplanta, que ocupará una banda rectangular de 3,2 kilómetros de longitud y 450 metros de anchura.

Al otro lado de la carretera autonómica se habilitarán los servicios, que aún se deben concretar. Allí ya se encuentra la subestación eléctrica, que se deberá ampliar para alimentar la planta.

Antes de que comiencen las obras, Vertebración deberá completar la tramitación urbanística, a la que se sumará la ambiental. Un paso básico se dará el próximo mes con la declaración de interés general. No será necesario un plan parcial y el PIGA de Bon Àrea incluirá el proyecto de urbanización y el de la primera fase de la edificación de la planta, que incluye el almacén logístico, instalaciones frigoríficas propias o el centro de pasaje.

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