Se duplican los aragoneses que optan por las viviendas de alquiler en sus viajes

El auge de plataformas como Airbnb y la regulación aplicada en Aragón han incentivado este crecimiento.

Turistas en la calle de Alfonso I de Zaragoza.
Turistas por la calle de Alfonso I de Zaragoza.
Aránzazu Navarro

Las viviendas de uso turístico van ganando terreno entre los tipos de alojamientos elegidos por los aragoneses. Así se desprende de la última encuesta de turismo de residentes, que ofrece datos relativos a 2016. Según este estudio, llevado a cabo por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el número de aragoneses que eligen hospedarse en una vivienda de alquiler (incluyen apartamentos turísticos, viviendas de uso turístico y habitaciones en viviendas, pero estas últimas no están permitidas en la Comunidad) durante sus viajes se ha duplicado, pasando de los 182.318 turistas en 2015 a los 382.335 de 2016. El 10% de estas estancias se producen en el extranjero, mientras que el 90% en España, dentro de ellas, el 30% son en la propia comunidad.

Este incremento tiene su razón en dos cuestiones. Por un lado, el aumento paulatino que ha vivido este tipo de alojamiento en los últimos años en todo el territorio español. La aparición de plataformas como Airbnb o Wimdu, que ofrecen a cualquier persona poner en alquiler sus viviendas o una parte de ellas por días o semanas, ha impulsado de manera generalizada estos usos. "Existe una comunidad cada vez más numerosa de personas que desean viajar de una manera diferente, que quiere conocer de primera mano las ciudades y sus barrios. Para muchas personas esto no es una idea nueva, pero la tecnología y la innovación hacen posible que se creen conexiones entre los viajeros", señalan fuentes de Airbnb. De hecho, unos 62.000 aragoneses utilizaron Airbnb para encontrar alojamiento fuera de la región en 2016. "El perfil de estos viajeros son personas de unos 36 años, que viajan en grupos de tres", detallan desde la compañía.

Además, 42.000 personas fueron a la Comunidad a través de esta página web. En estos casos, los dueños de las viviendas, también conocidos como anfitriones, suelen ser mujeres de unos 44 años. Por ejemplo, Airbnb tiene registradas en Zaragoza más de 230 viviendas, con un precio que oscila entre los 25 euros por noche (en el barrio Delicias) a los casi 90 euros que hay que pagar por hospedarse en la zona de paseo Sagasta. En la localidad de Huesca también hay opciones de buscar alojamiento a través de Airbnb. En este caso, hay una veintena de posibilidades, con un precio medio de 51 euros por cada noche. Por su parte, en Teruel, la oferta es ligeramente más elevada, alrededor de 30 apartamentos, y tiene un precio medio de 84 euros.

Aragón fue una de las comunidades en la que más aumentó el uso de viviendas de alquiler, tanto por ser elegidos por los aragoneses para visitar el resto del país como por otros turistas españoles que vienen a tierras mañas. A nivel nacional, según los datos del INE, el número de viajeros que se se decantan por esta opción ha aumentado más de 10% en el último año. Sin embargo, el auge de las plataformas como Airbnb y su falta de control respecto a la legalidad de los alojamientos ha provocado que algunas instituciones (como el Ayuntamiento de Barcelona o el Gobierno valenciano) les hayan impuesto multas por valor de 30.000 euros.

El Gobierno de Aragón empezó a regular estas viviendas de uso turístico en 2015. “Uno de los objetivos era poder registrar cuántos alojamientos de estas características existen y establecer unos requisitos mínimos para ofrecer un servicio de calidad. Además, es una forma de hacer aflorar una realidad económica y turística que se estaba desarrollando”, recuerdan fuentes del departamento de Vertebración del Territorio, Movilidad y Vivienda del Gobierno de Aragón. Por ello, no es de extrañar que tras la puesta en marcha, el número de visitantes que han pernoctado en viviendas en alquiler en Aragón haya crecido un 90% en el último año, pasando de 172.663 en 2015 a los 329.937 de la actualidad, esto incluye tanto a aragoneses que se han desplazado por su propio territorio (un tercio) como a turistas que llegan de otras comunidades autónomas (dos tercios).

No obstante, puntualizan que, en términos generales, no se considera que el decreto pueda suponer que más personas opten por este tipo de alojamiento ya que “la oferta en los portales de internet era y es una realidad pero, en estos momentos, ya se puede contar con un registro y unos datos estadísticos que reflejen el peso de los mismos”. Además, para evitar problemas como los vividos en otras comunidades, se envió una comunicación a los principales canales de comercialización para “advertir de que las viviendas de uso turístico que se publiciten deben mostrar el número de signatura correspondiente a la inscripción de la vivienda”.

Según los datos del departamento de Economía, Industria y Empleo del Gobierno de Aragón, a diciembre de 2016 había registradas 638 viviendas de uso turísticos, que ofrecían casi 4.000 plazas en la comunidad. Alrededor del 68% de ellas se encuentran en la provincia de Huesca, un 18% en Teruel y el resto en Zaragoza. La comunidad también cuenta con 418 apartamentos turísticos, que ofrecen 6.701 plazas.

¿Cuáles son los requisitos para regularlo?

Para registrar una vivienda de este tipo en Aragón basta con una Declaración Responsable, un trámite que se puede realizar por internet o en los servicios provinciales de Turismo. Una vez iniciada la petición, se realiza una inspección para comprobar el estado de la vivienda y, si cumple con los requisitos, se inscribe en el Registro.

Estas viviendas deben estar completamente equipadas y el alquiler no puede ser superior a un mes. Además, cada propietario solo puede registrar una vivienda por edificio. No hay que olvidar que los ingresos que se perciban deben incluirse en la declaración de la renta, diferenciando el tiempo en el que está alquilada y el que queda libre.

Menos hoteles y más amigos

En este último año, el incremento de usuarios que se decantan por viviendas de alquiler no ha sido el único fenómeno que se ha registrado dentro de las preferencias turísticas de los aragoneses. Según los datos del INE, los hoteles españoles han perdido alrededor de 150.000 visitantes de Aragón, lo que supone un 10% menos que en 2015. Por su parte, los campines y las casas rurales también han vivido esta tendencia a la baja con casi un 8% menos en el primer caso y solo un 1% en el segundo.

Dentro de los alojamientos enmarcados en el "no mercado", es decir, que no hay transacción económica por la estancia, la vivienda en propiedad se ha mantenido sin variaciones, por lo que los aragoneses se han seguido desplazando a sus segundas residencias sin cambios durante el último año. Por el contrario, los residentes en Aragón que deciden alojarse en casa de familiares o amigos cuando viajan han aumentado un 13,5%.

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