Aventura a bordo de 'cuatro latas' y otros clásicos cacharros

Cuatro aragoneses tratan de cruzar España por caminos embarrados en la tercera edición de la Spain Classic Raid.

Aragoneses en la Spain Classic Raid
Aragoneses en la Spain Classic Raid
Escapatt-junior / Rebeca Sainz / Spain Classic Raid

Atravesar España por caminos embarrados, a bordo de un cacharro y a no más de 50 kilómetros por hora. Esa es la peripecia en la que se encuentran inmersos estos días cuatro aragoneses: Valentín Duarte, Gustavo Pérez, Daniel Bescós y Jésica Rubio. Pilotos los dos primeros, guías y acompañantes-brújulas los otros dos.

Los cuatro participan en la tercera edición de la Spain Classic Raid, la única prueba de regularidad sobre tierra con coches clásicos que se disputa en España y que arrancó el sábado desde Barcelona. El único requisito para participar: ir a bordo de un vehículo con más de 25 años de ruta acumulada en el espejo retrovisor.

El equipo integrado por Valentín y Daniel, un jardinero y un electricista de Villamayor de Gállego, circula en un 'cuatro latas'. Un Renault 4L como el del mismo Papa. Solo que este, en vez de blanco, tiene un acabado naranja y negro mucho más agresivo y su interior ha sufrido una importante mutación. Se lo presta, generoso y orgulloso, el padre de la mujer de Valentín. Como el gran clásico que es, la 'renoleta' se comporta por ahora como todo un 'gentleman' y está ofreciendo buenos resultados. Aunque el equipo, bautizado como Escapatt-junior, confiesa que está sufriendo todo tipo de percances: "Cuando no nos pasa una cosa nos pasa otra. De momento no vamos nada mal, estamos en la 15ª posición pero el primer día ya nos quedamos atascados en el barro en mitad de una nevada. El coche perdía tracción, no tiraba y nos pusimos hasta arriba de barro al intentar sacarlo de ahí. Una película, vaya, pero divertidísima", resumía este lunes Daniel, satisfecho, una vez ya concluida la tercera etapa.

2.300 kilómetros de caminos

En su totalidad, la prueba consiste en cruzar España, desde Barcelona hasta Sevilla, pasando por los desiertos de Monegros y Almería, la estepa castellana y la costa tropical granadina. Todo por caminos de tierra y sobre coches-joya que un día plagaron nuestras carreteras pero que hoy han quedado relegados al papel de reliquias -para unos- y de zarrios -para otros, véase las intenciones del Ayuntamiento de Barcelona-. Eso sí, clásicos evidentes para todos, protagonistas de películas varias y símbolos indiscutibles de su época.

El trazado total implica solventar ocho etapas y 2.300 kilómetros fuera del asfalto. El sábado salieron del Puerto Olímpico de Barcelona. Durante la primera jornada, los 69 vehículos inscritos (138 participantes entre pilotos y copilotos) se vieron sorprendidos ya de primeras por la dificultad añadida que implican las nevadas. "Han tenido que lidiar con la tracción de sus vehículos y superar de la mejor manera posible los tramos elegidos, algunos con hasta 30 centímetros de nieve acumulada", resumía la Agrupación Deportiva Etcétera, organizadora de la cita, a través de la página de Facebook de la prueba.

Tramo aragonés

El domingo la competición llegó a Aragón en una jornada que obligó a atravesar el desierto de Los Monegros: largas rectas a no más de 45 kilómetros por hora que a Valentín y Daniel se les hicieron cuesta arriba: "La etapa del domingo fue nefasta pese a estar en casa. Es un tramo de muchísima regularidad y te cansas más", explica el electricista de 33 años.

Tras pasar por Fraga, pilotos y copilotos se reagruparon para comer en el pueblo viejo de Belchite antes de afrontar el tercer tramo de la jornada, el que les llevó a finalizar en el Parque del Agua de Zaragoza ante la atónita mirada de los 'runners' que pasaban por allí.

El lunes la lluvia no quiso perderse la oportunidad de poner a prueba la destreza de los conductores en la última etapa que discurría por territorio aragonés. Recibió a los participantes en la mismísima línea de salida. También la nieve amenazó con hacer acto de presencia en el Moncayo y al final de la jornada el equipo aragonés reconocía estar "congelado" y necesitar tomar algo para calentarse de inmediato.

Este martes les toca poner rumbo a Madrid en la cuarta etapa de una prueba que no finalizará hasta el sábado, cuando este rally clásico concluya en la mismísima plaza de España de Sevilla.

"Queremos llegar a Sevilla pero nuestro único objetivo es pasarlo bien e intentar aprender de este mundo que nos apasiona", insiste Daniel. Valentín y él ya participaron en la edición del año pasado pero solo hasta la mitad de la prueba porque, además de ser su primera experiencia, tenían compromisos laborales.

El otro equipo aragonés, el integrado por Gustavo Pérez y Jésica Rubio (pareja de 28 años) participa en la categoría de 4x4 y está completando el recorrido a bordo de un Opel Frontera Sport.

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