Boleros solidarios con la Fundación Tutelar

"Los aragoneses están volcados con la protección al dependiente", afirma José María Badía (Zaragoza), notario jubilado y uno de los patronos de la Fundación Aragonesa Tutelar, que el viernes organiza un concierto benéfico en el Auditorio.

José María Badía, patrono de Fundat, posa en Zaragoza.
José María Badía, patrono de Fundat, posa en Zaragoza.
Oliver Duch

"Los aragoneses están volcados con la protección al dependiente", afirma José María Badía (Zaragoza), notario jubilado y uno de los patronos de la Fundación Aragonesa Tutelar, que el viernes organiza un concierto benéfico en el Auditorio.

¿Cuál es la labor de la Fundación Aragonesa Tutelar (Fundat)?

Nacimos para responder a una de las preguntas que se plantean los padres con hijos discapacitados: ¿Qué será de ellos cuando no estemos? Cuando fallecen los padres o hermanos –habitualmente tutores de estas personas–, se debe acudir a la tutela, que o se designa en el testamento o la asigna un juez. Fundat nace para cubrir esa necesidad de atención y tutela a quienes no se les ha previsto un tutor o a aquellas personas cuyos padres nos designan en su testamento. Además, ofrecemos información jurídica a familiares en testamentos, donaciones...

¿Cómo se preparan para tutelar a estas personas?

Contamos con profesionales y una coordinadora (abogada y trabajadora social) que gestiona los aspectos jurídicos y de trabajo social. Junto a los profesionales, unos 20 voluntarios atienden a otra veintena de tutelados. Y Fundat tiene una tercera pata, los patronos, que asesoramos, damos visibilidad y debatimos temas complejos, como el derecho a voto de los discapacitados, entre otros.

¿Qué necesitan los tutelados?

Desde el cuidado físico, a la atención educativa, laboral o la administración de su patrimonio, que se realiza bajo el control judicial. Y otra cuestión importante es la distinta concepción de la atención.

¿En qué sentido?

Hay dos modelos: más Estado y menos sociedad civil (sistema continental), o al revés (sajón). En los últimos años hemos asistido a la desintegración de la cohesión familiar. Antes se sustentaba en la familia en sentido amplio (padres, hijos, abuelos, tíos...) y ahí se producía la protección al discapaz. Ahora, con la familia reducida a su núcleo (padres e hijos), la intervención pública –que siempre ha existido– se ha acentuado. Fundat actúa atendiendo directamente a sus necesidades emocionales y de todo tipo, apoyándose para ello no solo en sus profesionales, sino sobre todo en su voluntariado, que en este y otros campos suple la cohesión social perdida. Para ellos toda nuestra gratitud.

¿Cómo mantienen su labor?

Organizamos actos sociales. Por ejemplo, editamos libros elaborados por niños con discapacidad con la coordinación de escritores e ilustradores de prestigio. Lo podemos hacer por el patrocinio de la Obra Social de Ibercaja y la distribución de Distribuidora Aragonesa (DASA). Ahora trabajamos en el cuarto libro, que verá la luz en abril. También intentamos acceder a subvenciones públicas.

Y la semana que viene ofrecen un novedoso concierto.

Así es. Para seguir mejorando la calidad de vida de las personas protegidas por Fundat, necesitamos a la sociedad civil. El viernes 31 de marzo se celebra un concierto de boleros en la sala Luis Galve del Auditorio de Zaragoza, a las 20.15. La gran solista Beatriz Gimeno, acompañada por un trío de lujo, con el pianista y director del Auditorio, Miguel Ángel Tapia, Josué Barrés a la percusión y Antonio Bernal al contrabajo, interpretará durante más de una hora un repertorio de 17 piezas del disco ‘Boleros con usted’. Pasaremos un buen rato y es una oportunidad para colaborar. Las entradas cuestan 12€, que se destinarán a Fundat, y se pueden conseguir en el Auditorio o en cajeros de Ibercaja.

¿Está concienciada la sociedad aragonesa con este colectivo?

Los aragoneses están absolutamente volcados con la protección de la discapacidad. Cada vez hay más concienciación. Fundat, desde su reciente creación en 2012, ha recibido una gran respuesta, que se refleja en el magnífico cuerpo de voluntarios que tenemos y el entusiasmo con el que atienden a los tutelados en las excursiones o los campamentos. Son gente desde los 30 años a más de 60, que dedica su tiempo a los demás. Los tienen constantemente presentes.

¿Qué es lo más gratificante de formar parte de Fundat?

Los voluntarios siempre dicen que reciben más de lo que dan. La gratificación es la sensación de hacer algo que puede servirle a la gente.

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