Una canción contra el hambre para alimentar conciencias

“Somos la primera generación capaz de acabar con el hambre”. Este es el mensaje que busca difundir la ONG Acción contra el Hambre a través de la realización de los talleres ‘Rap contra el hambre’ que se llevan desarrollando desde 2015 en Aragón. Se trata de una actividad pionera a nivel nacional que está dando, aseguran, excelentes resultados. Enmarcada en el programa ‘Generación No Hunger’, la iniciativa utiliza el arte como herramienta de comunicación, denuncia y movilización social.

A través del desarrollo de talleres participativos con jóvenes de 8 a 18 años, el proyecto busca informar, sensibilizar y sumar miembros activos del movimiento contra el hambre. De esta forma, los participantes se convierten en agentes de cambio en su entorno a través de su creatividad con diferentes lenguajes como el rap, cómic, creación de vídeo, muralismo o la fotografía.

Desde Acción contra el Hambre aseguran que conocer la situación de aquellos que viven amenazados por el hambre es el primer paso del cambio. “Entre 2011 y 2013 recogimos experiencias en países como Perú, Mauritania, Filipinas o Cisjordania. Eso se tradujo en la iniciativa que ahora se desarrolla en Aragón en donde estamos trabajando en cuatro proyectos diferentes”, explica Raquel Magaña García, responsable de la delegación aragonesa de Acción contra el Hambre.

“Hasta la fecha se han desarrollado 40 talleres entre Zaragoza, Huesca y Teruel, y estamos trabajando en los de este año y en una futura colaboración de arte urbano con el festival Asalto así como en el Espacio Solidario del festival Pirineos Sur”, asegura. Se desarrollan talleres basados en tres disciplinas, el rap, la escultura y el arte contemporáneo, y este año se sumarán talleres de grafiti, fotografía, ilustración y narración oral.

Y una de las herramientas más eficaces para logar su propósito está siendo la música, más en concreto el rap. “Se trata de un lenguaje directo con el que los jóvenes conectan y que escuchan con facilidad”, asegura Manuel González (Doctor Loncho), encargado de coordinar los talleres y dar voz a los jóvenes participantes.

En clases de una hora y media o dos, el músico zaragozano debe lograr no solo que los jóvenes conozcan la historia y las raíces del hip hop, sino que sean capaces, además, de enfrentarse al reto que supone la creación de las rimas o estrofas que pasarán a formar parte de la ‘Canción contra el hambre’ que han de lograr al finalizar el taller. En ese momento, de manera voluntaria, los participantes pueden cantar sus propias creaciones, acompañadas por la música y los audiovisuales de Sergio Aragón (Grime).

Sin embargo, para González el mayor reto es tratar de hacer llegar a la joven audiencia los valores originales del género musical que surgió en los años 70 en el barrio neoyorkino del Bronx, “en un momento en el que la violencia, el vandalismo y las drogas campaban a sus anchas y las guerras de bandas eran un gran problema incluso para las autoridades”; explica. “Surgen una serie de cronistas que elevan sus denuncias en forma de rap, un género que se convierte en la voz la gente oprimida”, relata el profesor.

En ese momento surgen cuatro manifestaciones artísticas como la música DJ, el break dance en cuando a danza y el graffiti en el campo de la creación pictórica, que tratan de canalizar esta situación negativa y transformarla en arte. “Las bandas se seguían retando, pero de manera positiva”, resume. En su opinión, “es muy importante demostrar que existe otro tipo de rap fuera de los cauces comerciales, uno cargado de valores positivos y que busca cambiar las cosas, tal y como ocurría en sus inicios”, asevera.

Rumbo a Huesca

A lo largo de 2017 se desarrollarán en torno a una docena de talleres en la Comunidad Autónoma. El primero de ellos tuvo lugar en el IES José Manuel Blecua del barrio Torrero - La Paz de Zaragoza, al que asistieron 40 alumnos de 4º de la ESO. Durante el mes de marzo el taller de ‘Rap contra el hambre’ partirá rumbo a Jaca, Huesca, donde se desarrollarán dos nuevas sesiones.

“Al final se seleccionan las mejores rimas de estos talleres y pasan a formar parte de una ‘Canción contra el hambre’ que será grabada, editada y publicada. Esto es un aliciente para los chavales y una gran motivación”, asevera González. Este año, la actividad cuenta con el apoyo del Gobierno de Aragón, la Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ), el Ayuntamiento de Zaragoza y el de Jaca.