Reyes de la carretera y de la lucha contra el abuso infantil

La asociación de moteros P. I. C. A. imparte charlas en colegios y combate el maltrato contra los pequeños.

Varios miembros de la asociación P. I. C. A.
Varios miembros de la asociación P. I. C. A.

Chupas de cuero, tatuajes, pendientes… la imagen que desprenden los aficionados al mundo de las motos es la de unos forajidos que viven al borde de la ley. Nada más lejos de la realidad. Y para demostrarlo existe una asociación, Protección a la Infancia Contra el Abuso (P. I. C. A.), que recorre la geografía aragonesa a lomos de sus ‘burras’ para “ayudar a proteger al eslabón más débil de nuestra sociedad, los niños”.

El presidente, Lorenzo Pérez ‘Latxo’, fundó la organización hace tres años, junto a los vicepresidentes Laura Sanmartín y José Antonio Martos y otros seis moteros. Entonces con otro nombre y bajo el paraguas de un club nacional y ahora de forma autónoma, P. I. C. A. tiene clara su razón de ser. “Los 22 hombres y mujeres que la integramos queremos combatir todo tipo de abuso contra la infancia por tres vías: información, prevención y actuación”, apunta Latxo.

Su labor más visible se lleva a cabo en los colegios e institutos, a los que acuden para impartir charlas y ayudar a los chavales de 4º de Primaria a 2º de Bachillerato a comprender la problemática del abuso infantil. El año pasado visitaron más de 75 centros de la Comunidad y este año llevan un ritmo de uno o dos simposios semanales. “Son los propios centros los que se ponen en contacto con nosotros”, cuenta el presidente con orgullo.

Su estética, claro, no pasa desapercibida entre los alumnos. “El hecho de llevar tatuajes y pendientes hace que la sociedad tenga una imagen de ti que casi nunca se ajusta a la realidad. Y eso es lo primero que solemos decir a los niños: si nosotros no les juzgamos a ellos, ellos no tienen motivos para juzgarnos a nosotros. Los valores de cada uno están por encima de su ropa o sus tatuajes”.

P. I. C. A. trabaja también con niños que ya han sufrido algún tipo de abuso. “Contamos con un gabinete jurídico y otro psicológico que nos ayuda en nuestra labor porque cada caso es único y exclusivo”, apunta Latxo. Además, a los chavales que pasan por la asociación se les hace socios de la misma: “Les permite sentirse parte de algo, comparten ese sentimiento de hermandad y ese detalle ya les sube el autoestima”.

Además, anualmente organizan una recogida de juguetes y ponen en marcha una bolsa de material escolar para los niños con menos recursos.

La oenegé está integrada por 22 hombres y mujeres de todo tipo -hay ingenieros, empresarios, empleados por cuenta ajena y amas de casa, entre otros- y cuenta con el reconocimiento de la DGA, la Policía Nacional y la Guardia Civil, la Fiscalía de Menores, el Justicia y el Colegio de Educadores de Aragón. La directora de Justicia e Interior del Gobierno de Aragón, María Ángeles Júlvez, es la madrina de la asociación.

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