La jornada continua fracasa en el centro de Zaragoza y avanza en el resto de Aragón

Más de 80 colegios aragoneses, la mayoría en pueblos, cambiarán su horario el curso que viene. Zaragoza capital vive los mayores contrastes y la Margen Izquierda o La Romareda seguirán igual.

Votaciones para la jornada continua
Votaciones para la jornada continua
Aranzazu Navarro

El debate sobre el cambio de jornada en los colegios aragoneses no termina con las votaciones que se cerraron el miércoles. A falta de que el departamento de Educación ofrezca los datos oficiales, las familias de 124 centros han decidido estos días si se adhieren al proyecto para acumular las clases por la mañana o si prefieren seguir con un modelo que incluye también clases por la tarde. Unos y otros se preguntan por qué la misma propuesta, que tiene acérrimos detractores y fieles defensores, es rechazada en unos colegios y adoptada en otros.

Un primer análisis de los datos, basado en la certeza del resultado en un centenar de los centros, apunta a que al menos 80 han dicho que sí al cambio, mientras que el año pasado fueron 79. El apoyo es mayoritario en Huesca, donde casi todos los que han votado tanto en la ciudad como en los centros rurales agrupados han dado el beneplácito, con alguna excepción como el CRA de La Litera. También es significativo el caso de Teruel, donde la continua gana por goleada: se va a ofertar en todos los colegios públicos y concertados de la capital, excepto en uno que no ha optado al proceso, y solo se quedan fuera de esta organización horaria un puñado de CRAs o el colegio de educación especial de Andorra, entre otros.

En Zaragoza, sin embargo, este proceso deja grandes diferencias entre la zona rural y la urbana e, incluso, dentro de esta. En localidades como Utebo (donde hay cuatro colegios), Alagón (dos coles, uno de ellos concertado), San Mateo de Gállego (un colegio) y La Muela (un colegio) toda la educación se dará a partir de septiembre en horario continuo. También se adopta en Ainzón y mayoritariamente en Cuarte, donde funcionarán con clases hasta las 14.00 dos de los tres centros públicos de la localidad. En el extrarradio, Santa Isabel, Casetas o Montañana añaden colegios a esta red.

Las diferencias en la capital

Las mayores diferencias, sin duda, se han vuelto a ver en Zaragoza capital. Ninguno de los colegios de la margen izquierda, al menos los de la zona más próxima a la ribera del Ebro, han dado un sí al cambio de jornada. La Estrella, el colegio Tío Jorge, San Braulio y el Eugenio López votaron el año pasado y siguieron con la opción de clases de mañana y tarde. Este año han obtenido el mismo resultado, aunque con diferencias en el nivel de apoyo o rechazo en cada centro, La Jota, el Hilarión Gimeno, el Cándido Domingo, el Marie Curie y el Vadorrey. Una excepción, aunque a bastante más distancia física, es la del Cortes de Aragón, en el Actur. Aquí las familias sí que han apoyado la continua.

Tampoco avanza el nuevo horario en muchos colegios del centro de la capital: el curso pasado no salió en el Gascón y Marín y ahora tampoco lo ha hecho en el Joaquín Costa o el Miraflores. El sector de La Romareda y el de Universidad es otro de los que de momento no gana apenas adeptos para flexibilizar los tiempos escolares. En concreto, este año han rechazado la nueva organización de tiempos en el Doctor Azúa, el Recarte y Ornat y el Basilio Paraíso; y el curso pasado fueron también el César Augusto y el Cesáreo Alierta.

Torrero, Las Fuentes , San José y Las Delicias, que ya contaban con centros con jornada continua ganan más adeptos (se suman por ejemplo Ana Mayayo, el Antonio Beltrán, el Ciudad de Zaragoza, el Calixto Ariño o el María Moliner) y hay alguna excepción, como el Monsalud.

En los barrios del sur, la jornada partida seguirá reinando en los dos colegios de Valdespartera y en el de Rosales del Canal, y se adopta en el Zaragoza Sur, que se suma al de Montecanal, que ya funciona con continua.

Es pronto para entrar en las causas de esta tendencia, sobre todo porque el rechazo a una u otra jornada sí que es diferente en porcentaje en cada centro aunque compartan el resultado final. Algunas voces insisten en relacionar esta tendencia con el modo de vida -por ejemplo, en los núcleos más pequeños, los abuelos suelen vivir cerca de casa-, con factores como si los dos padres de la familia trabajan o no, e incluso con el nivel socioeconómico de las familias y el uso del comedor. En los centros en los que predomina ampliamente la diversidad cultural, la jornada continua es la opción mayoritaria.

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