La sanidad pública aragonesa ha vuelto a pasar con nota la reválida anual del barómetro sanitario. Los aragoneses están más que satisfechos con la atención recibida, aunque todavía un 45,7% creen que el sistema necesita algunos cambios e incluso un 26% "cambios fundamentales" en algunas cuestiones.

El barómetro sanitario de este año ha sido elaborado a través de 7.800 entrevistas de ciudadanos de todo el país, 222 de la Comunidad aragonesa. Es el Ministerio de Sanidad, en colaboración con el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), el que analiza los resultados que dan una imagen de la evolución del sistema nacional de salud a lo largo de los años y marca los puntos que hay que mejorar.

Los aragoneses han dado a la sanidad una de las notas de satisfacción más altas del país (solo está por delante Navarra). Ha obtenido un 7,25 cuando la media está en 6,55. Su valoración es más que positiva en los diferentes ámbitos de atención. Cerca de un 90% de los ciudadanos creen que la asistencia recibida en Atención Primaria, Especializada y en los servicios de Urgencias ha sido buena o muy buena. Además, un 93,9% de las personas que han sido ingresadas en un hospital público manifiestan que la asistencia ha sido la adecuada. Valoran positivamente la atención recibida y el trato y la información facilitada por los profesionales sanitarios, aunque un 18,8% se queja de que tuvo que esperar más de una hora para ser recibido por su médico de cabecera.

No obstante, los aragoneses son conscientes de que hay cuestiones por mejorar, incluido el uso de los servicios por los ciudadanos. Un 26,8% reconoce que hay mucho abuso y un 39,2% considera que frecuentemente se utilizan innecesariamente.

Entre las asignaturas pendientes del Salud continúan estando las listas de espera, ya que un 45,4% afirma que siguen igual que hace doce meses y un 23,3% que han empeorado (frente a un 14,2% que cree que han mejorado).

En entredicho queda también la innovación tecnológica. Solo un 14,1% de las personas encuestadas aseguran tener acceso a sus informes clínicos por internet frente a un 85,4% que reconocen que no pueden conseguir esa información a través del ordenador.