¿Un 'Eurovegas' ganadero a los pies del Moncayo?

Una cooperativa navarra quiere abrir una granja con 20.000 vacas en un pequeño pueblo de Soria cercano a Aragón. El proyecto ha levantado tanto pasiones como detractores.

En la vaquería de Noviercas, Valle de Odieta quiere invertir 95 millones de euros para crear 250 empleos.
Imagen de archivo de una granja de vacas lecheras.
Efe

Es noticia desde hace semanas en la provincia de Soria y en gran parte de Castilla y León: una cooperativa navarra proyecta levantar una granja con 20.000 vacas en la pequeña localidad de Noviercas. La idea empresarial ha levantado simpatías y censuras casi por igual. La cercanía con Aragón (los terrenos en los que se construirían las instalaciones distan apenas 20 kilómetros de la Comunidad) ha hecho que la preocupación trascienda las fronteras de la comunidad vecina.

Desde el Ayuntamiento de Noviercas defienden la instalación del proyecto, que califican como "oportunidad de futuro" para los poco más de 150 vecinos censados. "Siempre hemos pensado que este proyecto puede generar actividad económica, puestos de trabajo, progreso, desarrollo y, en definitiva, futuro y vida para nuestro pueblo", se puede leer en un comunicado difundido hace unos días por la Corporación municipal.

Por el 'sí', junto al Ayuntamiento, están la Junta de Castilla y León, la Diputación Provincial de Soria o la Cámara de Comercio e Industria de Soria, entre otros. Frente a ellos, organizaciones agrarias como la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), que incluso ha organizado movilizaciones y lanzado una campaña de sensibilización bajo el lema 'Noviercas: esta granja no es la leche'.

"Esta granja daría vida a un pueblo pero mataría a cientos de ellos", comenta Carlos Larraz, ganadero aragonés y responsable del sector vacuno de leche de UAGA-COAG. "En Aragón quedamos muy pocas explotaciones de vacas lecheras y por eso no estamos haciendo tanto ruido con este tema, pero el impacto sería similar al de otras comunidades", añade. La apertura de la explotación de Noviercas acarrearía cierres de granjas y desempleo, dicen sus detractores.

Según los datos que maneja COAG, la producción de la macroexplotación vendría a sustituir a 432 explotaciones de su entorno y se destruirían 726 puestos de trabajo. "No tiene sentido que un Gobierno que quiere, supuestamente, apoyar la sostenibilidad del medio ambiente y la fijación de la población en el medio rural, apoye esto. No se puede prohibir que una empresa haga lo que quiera si cumple la ley, pero que reciba ayudas públicas me parece contradictorio", sostiene el responsable aragonés de UAGA-COAG.

Por su parte, Rubén Muñoz, ganadero de Remolinos y miembro de la Asociación Regional de Agricultores y Ganaderos de Aragón (ARAGA), expresó que "mientras se cumpla la ley cada uno puede hacer lo que quiera", en referencia a la instalación de la macrogranja. Muñoz dudó de que, si llega a instalarse, sea tan grande como dicen y fijó el foco de la cuestión sobre las posibles ayudas que pudiera recibir el proyecto de organismos públicos. Este segundo aspecto fue algo que censuró porque considera que "se debería ayudar a todos por igual".

El Gobierno de Aragón no ha entrado a valorar la instalación del proyecto. Sí lo han hecho otras administraciones territoriales como el Gobierno vasco. Su consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras, Arantxa Tapia, expresó la semana pasada un "no rotundo" a la macrovaquería para defender al sector lácteo vasco. Por su parte, la Junta castellanoleonesa no ha dejado de respaldar el proyecto. La semana pasada, el director general de Competitividad de la Industria Agroalimentaria, opinó que si la vaquería no se instala en la provincia "lo hará a 70 kilómetros y tendrá el mismo efecto sobre el sector lácteo".

Más vacas en una sola granja que en todo Aragón

Las cifras que rodean a la explotación promovida por la Sociedad Limitada Valle de Odieta, la empresa que está detrás del proyecto, son de tal magnitud que algunos han calificado al proyecto como un 'Eurovegas' ganadero. Según COAG, esta planta podría producir 180 millones de litros de leche en un año a costa de consumir a diario entre 4 y 6,2 millones de agua entre usos directos (la que beben los animales) e indirectos (la que se utiliza para limpiar las instalaciones) y de generar en 12 meses unas 368.000 toneladas de excrementos.

"El almacenamiento y tratamiento de tal cantidad de residuos plantea riesgos de vertidos y fugas. Como demuestra la experiencia en Estados Unidos, (donde este tipo de macroexplotaciones ganaderas está más extendido), los cauces, el agua potable, la salud pública, la fauna y otras actividades económicas, como el turismo, pueden verse gravemente afectadas", sostienen desde COAG.

La granja de Noviercas multiplicaría por dos todo el censo de vacas que hay actualmente en el territorio aragonés, que se sitúa en torno a 8.000 o 9.000 cabezas, según indica Carlos Larraz. La instalación más grande, no llega a 2.000 vacas. "En Francia se han protegido mucho las explotaciones pequeñas y en Alemania hay muchas granjas de tamaño medio, que es lo que debería haber en España", opina Larraz. "Granjas de 100 o 150 vacas que darían de comer a un par de familias y ayudarían a fijar el territorio, porque este ganado contribuye a ello más que ningún otro, sería lo ideal", añade.

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