Las cuentas imposibles de PSOE y Podemos

Si las cosas no cambian mucho, Aragón no tendrá presupuestos para 2017. El presidente Lambán tiene que decidir si enviar el proyecto a las Cortes o la prórroga definitiva.

Las relaciones entre PSOE y Podemos en Aragón han llegado a un punto de no retorno. Recomponer la situación es prácticamente imposible, pase lo que pase en el futuro, incluso en el seno de los socialistas. Como mucho, pueden encontrar algún tipo de pirueta o vericueto por el que colar un entendimiento inexistente para evitar, si es que pueden, un castigo ejemplar de los aragoneses en las urnas. En este punto, Podemos lleva las de perder, porque su obstinación con el cese del consejero Fernando Gimeno demuestra una cierta ceguera política. Pueden tener motivos, pero les faltan razones y sobre todo carecen de estrategia, salvo la radicalización ordenada por Pablo Iglesias contra los barones socialistas que no apoyaron a Sánchez. De todas formas, la confrontación entre PSOE y Podemos es en clave política y electoral y tendrá sus consecuencias.

1. La presión social y las responsabilidades

Los podemistas no están para aguantar la presión social, principalmente porque ya están tocados en la ciudad de Zaragoza, carecen de estructura en las tres provincias y están siendo precisamente sus colectivos y su electorado los más castigados por el bloqueo que están ejerciendo a los presupuestos autonómicos de 2017. Es decir, carecen de recursos para favorecer a su entorno y a sus grupos de apoyo en el conjunto del territorio. Tampoco es que para el PSOE sea una bicoca mantener la prórroga presupuestaria para todo el año, aunque no les vaya mal para contener el gasto, el déficit y la deuda y tengan vías para que sus colectivos y su entorno social aguante mejor que el de Podemos. El presidente Lambán aún tiene la baza de enviar el proyecto de ley de presupuestos a las Cortes para la toma en consideración y que cada uno se retrate, porque Podemos tendrá que decantarse por la izquierda o por votar con el PP. Es decir, volver a la famosa "pinza" entre José María Aznar y Julio Anguita contra Felipe González que dejó a IU en la ruina y en la estacada.

2. El espacio político y el voto de la izquierda

Esta es la clave principal del enfrentamiento. Los podemistas consideran posible lograr ser el partido hegemónico de la izquierda en Aragón, pese a que en las elecciones generales del 26 de junio se estancaron y perdieron votos en la capital aragonesa y en sus principales áreas de influencia en relación a los comicios del 20 de diciembre y a las municipales y autonómicas de 2015. Es cierto que prácticamente ya se han quedado con todo el electorado de IU y una parte del voto socialista más radical, pero parecen haber tocado techo y tampoco logran atraer a los electores de CHA. Con todo, en Podemos están convencidos de que serán capaces de desgastar a Lambán si obligan a que el PSOE pacte con la derecha (PP, PAR, C’s), además de con CHA, los presupuestos, ya sean los de 2017 o los del ejercicio correspondiente al 2018.

3. Un escenario para probar las estrategias contra los barones

Uno de los motivos de la fractura entra ambas formaciones es la estrategia marcada por el equipo de Pablo Iglesias de radicalizar la oposición en los territorios que gobiernan los barones socialistas que apoyaron la gestora contra Pedro Sánchez. Es decir, Aragón, Extremadura, Asturias, Valencia, Castilla-La Mancha y Andalucía. Pero no en todas lo pueden hacer de la misma forma, porque su presencia institucional es menos relevante. Son especialmente duros en Asturias contra Javier Fernández, y sobre todo en Aragón contra Javier Lambán, donde Echenique aplica con mano dura las decisiones de Pablo Iglesias. Esta medida tiene también como finalidad desgastar al PSOE, cansar a la militancia e incluso favorecer votos en las primarias para Pedro Sánchez, ya que desde Podemos consideran que un PSOE con Sánchez sería una presa asequible para ellos, al estilo de lo que ha sucedido con IU. El problema para Podemos es que los socialistas parecen recuperar terreno en Zaragoza, y más cuando se desate la batalla entre Podemos y ZEC para las listas de 2019.

4. Más de cien millones de gasto social en el aire

Es otro de los puntos destacados y una de las consecuencias más graves del bloqueo a la negociación presupuestaria. Este es uno de los aspectos que más daño están haciendo a los podemistas porque afecta a sus propios grupos. De hecho, el PSOE ha logrado darle la vuelta a la situación provocando nervios en las filas de Podemos. En juego están 86,5 millones en empleo, ayudas del Inaem y el Fite de Teruel. Unos 65 millones en Educación para infraestructuras, colegios, concertada e interinos. Otros 30 millones en Sanidad, así como la adjudicación de las obras de los hospitales de Alcañiz y de Teruel. Tampoco están asegurados 6,5 millones en justicia gratuita y para la ley de capitalidad de Zaragoza ni 11 millones para vivienda, carreteras y turismo.

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