La tensión entre PSOE y Podemos en las Cortes certifica la ruptura por el presupuesto

Echenique acusa a Gimeno con datos erróneos de mover 531 millones para exigir su cese. El resto de partidos cargan contra la formación morada y le acusan de ser "copartícipe".

El líder de Podemos, Pablo Echenique, sale a la tribuna tras intervenir Gimeno, de espaldas, ayer.
La tensión entre PSOE y Podemos en las Cortes certifica la ruptura por el presupuesto
Oliver Duch

El líder de Podemos en Aragón, Pablo Echenique, provocó ayer un lío monumental en las Cortes y elevó aún más la tensión con el PSOE al responsabilizar al consejero de Hacienda, Fernando Gimeno, de haber modificado 531 millones de euros sin control parlamentario a lo largo del año pasado.

La acusación la sostuvo primero ante los periodistas y luego en la tribuna para justificar un día más su petición de cese de Gimeno como condición para negociar las cuentas de 2017. Pero no supo detallar de dónde salía ese dinero ni qué partidas se habían visto afectadas. Y tuvo que ser el consejero el que desmontara su discurso con una sencilla explicación: la DGA recibió una inyección extra para pagar facturas, gracias a los 350 millones del Fondo de Liquidez Autonómico y a otros 69 procedentes de una mayor recaudación. "Debe conocer la realidad, porque no coincide con lo que habla. Se está quedando sin argumentos señor Echenique", le espetó.

La formación morada quiso convertir la comparecencia de Gimeno para explicar las modificaciones presupuestarias de 2016 en un juicio sumarísimo sobre su gestión, pero acabó en un reprimenda pública a Echenique por parte de todos los grupos parlamentarios. Sin excepción.

El secretario regional de Podemos llegó a sostener sus "serias dudas de la legalidad" de una modificación presupuestaria de 531 millones sin pasar el preceptivo control parlamentario. También habló de la "millonaria mentira" que suponía la ejecución presupuestaria de 2016, ya que el importe global de las modificaciones ascendía a casi 700 millones. "Por eso, con el concurso de Gimeno, es increíble que las cuentas de 2017 vayan a ser mínimamente ciertas", dijo para reiterar la exigencia de cese de Gimeno.

El consejero de Hacienda se olvidó de su habitual tono indolente y optó por ponerse pedagógico para explicar que la tesis de Podemos "no es exactamente la realidad", sin recriminarle en ningún momento que se había equivocado. Así, Gimeno recordó que toda la información sobre las modificaciones, hasta el 30 de noviembre, están en posesión de los grupos, incluidas las que no requieren la aprobación de las Cortes, las inferiores a 100.000 euros. Las que supusieron cambios entre partidas (sacar dinero de una para cubrir otra) sumaron 253 millones y en un 66% pasaron el control de las Cortes.

El resto del cómputo de las modificaciones fueron ingresos extra, los citados 350 millones del FLA y los 69 millones de recaudación, que permitieron cubrir "partidas sin aplicación presupuestarias" y acabar así el año con tan solo 73 millones de facturas pendientes (con el Gobierno de Rudi se llegó a cerrar el año 2015 con 507 millones).

Lejos de asumir su error en la interpretación de la modificación presupuestaria –"los datos son oficiales, sorprende que lo niegue", llegó a decir–, el líder de Podemos se encastilló en su discurso: "Es imposible confiar en que los presupuestos de 2017 sean mínimamente ciertos si los trae usted. Comprenda que no nos fiemos".

Lejos de lograr la complicidad del resto de partidos, Echenique solo recibió críticas del resto de partidos, de las que tampoco se libró el Gobierno PSOE-CHA. El portavoz del PP en la comisión de Hacienda, Antonio Suárez, le dijo al líder podemista que se había "resbalado totalmente" con la interpretación de las modificaciones, aunque manifestó que entendía que se sintiera "engañado" porque el Gobierno pactó con el PP aumentar los fondos para la educación concertada tras acordar lo contrario con Podemos. "En el Gobierno se tienen que aclarar, no se puede pactar con Dios y con el diablo", dijo antes de recordar a Podemos que aprobó las modificaciones que pasaron por las Cortes.

La aragonesista Elena Allué hizo "copartícipe" a Podemos de la realidad de las cuentas de 2016, "llena de agujeros". Y le dijo a Echenique, al que tildó de "telepredicador", que si por ello tiene que dimitir Gimeno también debe hacerlo alguien de la formación morada. Además, cuestionó su discurso por el hecho de haber votado en contra de tan sola 1 de las 352 modificaciones tramitadas en las Cortes. Por si fuera poco, le instó a dejar su escaño para ejercer como dirigente de su partido.

Javier Martínez, de C’s, no se quedó atrás. Además de dudar de que Podemos crea en la democracia, le dijo que al aprobar las cuentas "o les engañaron o se taparon la nariz y cualquiera es inaceptable". Por su parte, Gregorio Briz (CHA) censuró el "espectáculo reprobable" de Echenique y Lorenzo Sancho (PSOE), su "ignorancia presupuestaria".

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