Polémica en el Sainz de Varanda al denunciar discriminación para elegir horario escolar

Las familias gitanas, partidarias de la jornada continua, critican que no se les escuche, a pesar de ser el 15% del censo. Miembros del consejo escolar justifican su defensa de la partida en que así se fomenta más la convivencia en el centro.

Padres y madres del colegio Sainz de Varanda de Zaragoza escenifican su queja delante del centro.
Polémica en el Sainz de Varanda al denunciar discriminación para elegir horario escolar
Toni Galán

El colegio Sainz de Varanda de Zaragoza, situado en el barrio de Torrero-La Paz, no opta a cambiar su horario a partir de septiembre. Su consejo escolar bloqueó esta posibilidad y, por tanto, el proyecto de su centro no se ha enviado al Gobierno de Aragón para iniciar los trámites de cara a una flexibilización horaria. Pero las familias gitanas del centro no lo entienden, ya que ellos, que representan al 15% del censo escolar, apoyan esta posibilidad y se quejan de que no se haya contado con su opinión. El colectivo se siente "discriminado" y denuncia además que se hayan referido a ellos con frases "ofensivas" para descartar su posición.

Esta escuela no incurre en ninguna ilegalidad y cumple con los requisitos impuestos por la DGA en el proceso de tiempos escolares. Según esta orden, si el consejo escolar de un centro no aprueba el proyecto que incluye el cambio horario por un mínimo de dos tercios de su composición, se aborta esta oportunidad. Pero la queja de estos padres es que hayan sido los propios representantes de las familias los que votaran no a la continua, sin tener en cuenta que muchos progenitores, entre ellos los de etnia gitana, no están de acuerdo. De esta manera, se cierran las puertas a que puedan celebrarse unas votaciones donde padres y madres decidan si se aprueba un nuevo horario.

"No entendemos cómo algún miembro de las familias con representación en el consejo escolar no vota a favor de la continua, siendo que hay muchos padres que la queremos", se queja Ramón Rodríguez, uno de los perjudicados. "Nos sentimos discriminados y pedimos que se dé opción a votarlo. Por eso pedimos que en el consejo escolar cambien de actitud, ya que es un asunto que está provocando mucho malestar", opina Jesús Nieto.

Su denuncia ha sido acogida por la Federación de Asociaciones Gitanas de Aragón (FAGA), que se plantea escribir al Departamento de Educación y al Justicia para que intervenga en el conflicto. Su presidenta, Pilar Clavería, hace un llamamiento para que se escuche a su colectivo y se busque "la integración". "Pedimos que no se sientan menospreciados y se vean representados por su ampa y su consejo escolar. Por lo menos, que les den una oportunidad", afirma Clavería.

La posición del consejo escolar

Las declaraciones de las familias de etnia gitana contrastan con la visión de algunos representantes del consejo escolar del Sainz de Varanda. Aunque, efectivamente, este entidad no aprobó el proyecto de centro para reorganizar sus clases, una de sus integrantes apunta que no se hizo para buscar ninguna polémica, sino todo lo contrario, "tratando de fomentar la socialización en el centro".

Según explica, la asociación de madres y padres hizo un sondeo previo en el centro y salió que no, "por lo que los representantes de las familias entendimos que la mayoría tenía ese sentir". Además, informa de que no todos votaron no, sino que también se produjeron abstenciones. "El proceso está un poco viciado y penaliza las abstenciones. Sé que a la postre resultan como un no, pero hay gente que tomó la decisión de abstenerse porque no tenían una posición definida", cuenta esta fuente.

El consejo escolar rechaza de pleno que esta situación se deba a una disputa racial, ya que creen que es la jornada continua la que podría provocarla. "Creemos que la jornada continua en nuestra escuela puede traer segregación de la población gitana. Creemos que puede ser contraproducente para las minorías que existen en el colegio porque disminuye su estancia en el centro. Toda esa parte de socialización que tiene el patio, después de comer, desaparecería. Así que no lo vemos una discriminación, sino todo lo contrario: una manera de que se produzcan más espacios de convivencia y de integración", señaló ayer esta misma fuente. "Nuestro barrio tiene una gran diversidad y creemos que la educación en la diversidad necesita de la escuela como elemento aglutinador", concluye.

Dicho esto, reconoce que se están viviendo momentos de tensión por la falta de acuerdo entre los partidarios de una y otra opción, fricciones que también han aparecido en otros colegios de la Comunidad cuando se ha debatido en su seno la conveniencia o no de presentarse al proceso que permite la aprobación de la jornada continua.

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