Luis Ciprés: "Los médicos de fuera tienen una percepción errónea de lo que es Teruel"

Tras casi 30 años de ejercicio en el Obispo Polanco, este endocrinólogo oscense solo ve ventajas profesionales y personales en el hecho de vivir en la capital turolense.

Luis Ciprés, en el Viaducto de Fernando Hue de la capital turolense.
Luis Ciprés: "Los médicos de fuera tienen una percepción errónea de lo que es Teruel"
Jorge Escudero

Dieciséis especialistas se van del hospital Obispo Polanco de Teruel dentro del concurso de traslados de la DGA y, por contra, solo vienen 3 facultativos. ¿Tan mal se está en Teruel?

La gente de fuera tiene una percepción equivocada de lo que es Teruel. No valora que es un sitio amable y humano.

Su trayectoria sorprende en medio de esta huida de médicos. Nació en Huesca, se formó en Zaragoza y lleva casi 30 años ejerciendo como endocrinólogo en el Obispo Polanco.

Mi balance es muy positivo desde el punto de vista profesional y personal. Aquí cuesta menos hacer las cosas, inviertes menos tiempo en desplazarte a casa o al trabajo. Como médico, he podido hacer, no las mismas cosas, sino muchas más que si hubiera estado en un gran hospital.

¿Qué cree que desanima a los médicos de fuera a la hora de instalarse en Teruel?

No sé, porque el hospital es muy asequible. No es grande, lo que permite al profesional intercambiar información de manera ágil y rápida con otros servicios, algo que beneficia al paciente. Esa interrelación rápida entre todos los servicios, en el Servet es una hora y aquí, cinco minutos. Dentro de su tamaño, está bien dotado y no le falta de nada.

El edificio está obsoleto.

Que la infraestructura se esté quedando vieja es otra cuestión, pero la dotación humana y material es adecuada, siempre contando con que todas las plazas se cubran, pero a lo mejor los médicos no vienen por ese desconocimiento de la situación profesional o de la ciudad.

Hay profesionales que se quejan de no poder aprender determinadas técnicas en Teruel. El crecimiento profesional se resiente, dicen.

Hay que tener motivación, pues ya no hay barreras para el conocimiento. No hay que ir a Estados Unidos para actualizarte en tu profesión. Desde cualquier sitio del mundo uno puede formarse.

Pero en el Obispo Polanco faltan algunas especialidades.

Hay especialidades que no están, como neurocirugía o cirugía cardiaca, porque no pueden estar. No hay suficiente cantidad de pacientes para que el especialista tenga la debida dinámica profesional que le permita estar al día. Un equipo de neurocirujanos aquí operaría un tumor cerebral cada dos años. No tendría la práctica necesaria.

¿Tuvo alguna vez la tentación de irse de Teruel?

No. En tantos años, tuve oportunidades, pero no el impulso de marcharme. Vivir en Teruel tiene más ventajas que inconvenientes. Creo que la cercanía de la sociedad es muy buena. Se establece una relación de confianza y agilidad en el trato que ayuda a solucionar problemas. Y Teruel tiene de todo. Es una ciudad pequeña, pero una capital de provincia. No tiene 16 cines pero tiene uno.

Bueno, gran parte de los jóvenes tiene que irse a estudiar fuera.

Sí, pero también es una ventaja, pues salir de casa a los 17 años ayuda a madurar. La pega es que supone un gasto importante que las autoridades deberían tener en cuenta y no lo hacen. Ahora bien, inviertes en la educación de los hijos; te privas de ir de vacaciones al Caribe y ya está.

También faltan comunicaciones.

Si acaso, falta tren, que es la asignatura pendiente. Que no haya un tren en condiciones entre Zaragoza y Valencia es incomprensible. Pero tenemos autovía y las carreteras no están mal. Y vivimos en un entorno sano y humano. Ir al trabajo, 5 minutos; a esquiar, 30 minutos;a la playa, una hora. ¿Quién tiene todo esto?

¿Qué propone para que no haya plazas vacantes en el hospital?

Que la gente vaya conociendo la realidad y ahí los medios de comunicación tienen un papel importante. Teruel no es el frío, hace más en Zaragoza o al menos se nota más.

¿Quizá hay entonces demasiadas quejas?

Desde luego no me encuentro en ese grupo de los que se quejan.

Los partidos políticos plantean dar incentivos a los médicos que trabajen en Teruel. ¿Qué opina?

Todo lo que sea una discriminación positiva está muy bien, hasta que llegue un momento en que esa discriminación no sea positiva y el médico piense: qué suerte tengo de poder ir a vivir a Teruel.

¿Por qué faltan más médicos de algunas especialidades que de otras?

El problema excede del análisis de la situación de Teruel y Aragón. En algunas especialidades –traumatología, anestesiología u oftalmología– no ha habido una planificación adecuada. Es responsabilidad del Ministerio de Sanidad.

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