"En Aragón ya no se queda ningún pueblo aislado por una nevada"

Este jacetano tiene a su cargo 250 km de carreteras dependientes del Gobierno de Aragón en el Pirineo más occidental, desde Ordesa a Navarra.

Oriol Martí, en el acceso al balneario de Panticosa, donde ayer trabajaba para reabrirlo.
"En Aragón ya no se queda ningún pueblo aislado por una nevada"
Rafael Gobantes

¿Ha pasado muchos nervios por las nevadas de estos días?

Más que nervios, se siente mucha responsabilidad porque tenemos la obligación de que las carreteras estén en el mejor estado posible para que no haya problemas de seguridad vial. Además, de las decisiones que tomamos dependen muchos puestos de trabajo y no podemos dejar incomunicada ninguna localidad, para que en caso de urgencia acuda una ambulancia, ya que cuando nieva no se pueden usar medios aéreos.


¿Cuál fue la última urgencia que han tenido que garantizar?

El domingo tuvimos que subir a las 2.30 de la madrugada con un quitanieves y un todoterreno para trasladar a los sanitarios del centro de salud de Escarrilla a una urgencia en Formigal. Ese mismo día acompañamos dos veces al 061 desde Biescas a Sallent.


En estos días su teléfono móvil habrá echado humo.

Sí, he recibido decenas de llamadas diarias. Cuando hay nevadas así en fines de semana y con gran afluencia de gente a las estaciones de esquí, estás prácticamente las 24 horas colgado del móvil.


¿Ha tenido que decir ‘no’ a muchas peticiones de limpieza?

No, hemos atendido todas las llamadas. La verdad es que el dispositivo ha funcionado bien y no ha habido accidentes, aunque sí algunas salidas de vía.


¿Siguen viendo muchas imprudencias a pie de carretera?

Sí. Muchos usuarios no vienen preparados para carreteras de alta montaña. Ves cientos de casos de gente que no sabe poner las cadenas o que se han comprado un coche de segunda mano y no lleva el gancho para que les pueda sacar la asistencia, por ejemplo. Yo siempre les digo a los padres que van con niños que deben ser más responsables cuando vienen al Pirineo en condiciones meteorológicas adversas.


Cuando llegan los quitanieves serán como ángeles de la guarda para estos conductores.

La gente se suele ver muy perdida al ver que por sus propios medios no puede desenvolverse y cuando apareces y les resuelves el problema, es muy agradecida.


¿Hace falta una pericia especial para llevar un quitanieves?

Los conductores pasan un proceso ya que primero trabajan en zonas menos complicadas y conforme tienen algo más de experiencia ya pueden subir a puertos de montaña más difíciles.


¿Se juegan la vida?

Su trabajo se desarrolla siempre en condiciones de seguridad. Si tienen que llevar cadenas o bajar la velocidad, lo hacen. O si no tienen visibilidad por la ventisca, frenan. Y puedo decir que todos son auténticos profesionales que pueden trabajar las horas y en las condiciones que sean necesarias.


Nieve o hielo, ¿qué teme más?

A las nevadas, y más si vienen acompañadas de viento, como estos días, porque la ventisca es muy complicada de gestionar.


De los 250 km que tiene a su cargo, ¿la carretera de acceso a Formigal es el punto más crítico?

Por afluencia, por innivación y por viento, es la más complicada. La cota máxima es de 1.800 metros y eso es un puerto muy alto. Además, es de los pocos que discurre en paralelo al eje axial del Pirineo con lo que el viento azota con mucha dureza.


Otro quebradero de cabeza será la carretera del balneario de Panticosa, que ayer seguía cerrada.

El Gobierno de Aragón invierte muchos medios para garantizar la seguridad ante un fenómeno complejo como son las avalanchas. Hoy –por ayer– hemos estado limpiando para agilizar al máximo la apertura y que el balneario pueda volver a trabajar.


¿Hoy en día todavía quedan pueblos aislados por la nieve?

No, yo creo que en Aragón esa imagen está ya desterrada.

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