Paleando para desenterrar el coche y con esquís al trabajo

A los vecinos de Benasque les sorprendió la mayor nevada de los últimos 30 años. Los servicios de vialidad invernal calculan que aún les queda una semana "de mucha faena".

Los vehículos amanecieron en Benasque cubiertos de un espeso manto de nieve.
Los vehículos amanecieron en Benasque cubiertos de un espeso manto de nieve.
Asoc. Tur. Valle de Benasque

"Hacía más de treinta años que no caía una nevada así", comentaba ayer el concejal Félix Jordán de Urriés, que como la mayoría de vecinos de Benasque se vieron sorprendidos por la nevada más intensa en décadas en la zona, calificada como "excepcional". Tanto que él y muchos otros habitantes se calzaron los esquís para desplazarse a su trabajo por unas calles sumergidas bajo más de un metro de nieve. No sin haber pasado "casi tres horas" paleando para dejar el coche limpio del espeso manto que lo cubría y habilitar "mínimamente" los accesos a la carretera desde el garaje.


José Luis Hernández, gerente de la Asociación Turística Valle de Benasque, también reconoció que "impresiona ver tantísimos metros cúbicos de nieve envolviéndolo todo" y destacó el contraste que existía entre la gente, niños y mayores, que jugaban con la nieve recién caída o se deslizaban por ella con esquís y raquetas, y el "duro trabajo" de gran cantidad de personas -trabajadores municipales, personas contratadas por el ayuntamiento, ciudadanos particulares, guardias civiles o personal de mantenimiento de las carreteras- empeñadas en las tareas de limpieza de una población teñida de blanco.


El manto nivoso se acumuló especialmente en las techumbres de las viviendas. Para evitar que su caída pudiera ocasionar algún accidente, los primeros trabajos se centraron en abrir zanjas por la parte central de las calles para permitir los desplazamientos peatonales lejos de posibles avalanchas sobre las aceras en un Benasque semiparalizado. "La situación esta mañana –por ayer- era de abrir la ventana, mirarte con el vecino y decirnos ‘bueno, dejaremos que pase el día’", decía Hernández, que teme que se cumplan las previsiones para las próximas horas de vientos y heladas, "que podrían empeorar sensiblemente la situación".


También reconocía la excepcionalidad de la nevada el alcalde benasqués, Ignacio Abadías, asegurando que, por momentos, la situación estuvo "complicada" pero valoró el trabajo de todos los implicados en la limpieza. "Se ha trabajado día y noche y poco a poco se van abriendo calles y apartando la nieve a los laterales a la espera de poder retirarla definitivamente", apuntaba el alcalde, que confesaba estar preocupado por la nieve acumulada en los tejados "que en un momento u otro tendrá que bajar".


La nevada sobre Benasque supuso una jornada festiva para los escolares porque se cerraron los colegios y, de rebote, afectó al IES de Castejón de Sos, donde faltaron los 90 alumnos del transporte escolar y al que tampoco pudo acudir un profesor que reside en Cerler y que se encontró la carretera cerrada a primera hora. El director del centro, Juan Manuel Carreras, explicó que ante estas circunstancias se procuró dar una "sensación de normalidad" realizando tareas de refuerzo esperando que la normalidad se vaya recuperando a partir de hoy.


El primer gran temporal de este invierno también dejó importantes espesores en el Pirineo occidental. Pese a que los servicios de vialidad invernal trabajan desde hace cuatro días sin descanso, queda una semana "de mucha faena" y, aunque las previsiones no dan por el momento más nevadas, la ola de frío dificultará aún más las labores.

"Hacemos vida normal"

No obstante, los vecinos de localidades de montaña están acostumbrados a vivir inviernos duros y de mucha nieve, porque "lo que no ha sido normal han sido los 45 días de sol y temperaturas de hasta 12 grados en Canfranc", explicó María Victoria Sánchez, residente en esta localidad del valle del Aragón. "Afrontamos estos días sin ningún problema, hacemos vida normal y la nieve no nos impide ir a comprar o quedar con las amigas". Eso sí, reconoció la labor de las máquinas quitanieves y los servicios municipales para facilitar que sigan con su día a día normal. Además, se mostró contenta de la llegada "por fin" de las tan esperadas nevadas "porque en esta zona se vive de la nieve por la proximidad de las estaciones y el turismo repercute también en Canfranc".


Este Ayuntamiento cuenta con una empresa para limpiar las aceras y dos empleados municipales que llevan máquinas para retirar la nieve "pero igual hay que contratar una máquina más esta semana porque queda aún mucho trabajo por hacer", admitió el alcalde, Fernando Sánchez. Se ponen en marcha "en cuanto empieza a nevar" para que en la medida de lo posible, la nieve cause los mínimos problemas. Aun así fueron muchos los que tuvieron que coger la pala para desenterrar sus vehículos de entre la nieve, y los comerciantes también ayudaron limpiando los accesos a sus tiendas.

Conductores en apuros

No fue una cuestión menor circular ayer por determinadas carreteras, como la que une Canfranc Estación con Astún y Candanchú. Los voluntarios de Protección Civil de la Jacetania estuvieron desde las 5.30 ayudando a conductores en apuros, además de limpiar los accesos a núcleos rurales. "Colaboramos con los servicios de vialidad invernal de Fomento cuando hay vehículos atrapados en carretera para agilizar la liberación de la vía y que los quitanieves puedan pasar", explicó Pablo Benedé.


También los operarios del servicio de Emergencias del Ayuntamiento de Jaca estuvieron desde primerísima hora limpiando accesos como el del fuerte de Rapitán o el del parador de Oroel.

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