Heraldo del Campo

Aragón da mucha caña

La producción de cervezas artesanas ha crecido exponencialmente en la última década.

Otra  cerveza es posible
Otra cerveza es posible

Alemana, checa, belga u holandesa son las primeras nacionalidades en las que pensamos a la hora de consumir una cerveza. El centro y el este de Europa han sido, tradicionalmente, las zonas emblemáticas de producción de esta bebida obtenida de la fermentación de algunos cereales, como la cebada o el trigo, ya sea de manera industrial o artesana.


También dentro de Aragón, son varias las empresas que se dedican a la producción de cerveza artesana. Se trata de un sector joven que comienza a abrirse camino en el mercado. Su pequeño tamaño, su ubicación en el medio rural y su estrecha vinculación con el territorio son los principales rasgos que trazan del perfil de este tipo de empresas. Un 100% de materias primas y un tiempo de elaboración más prolongado, alrededor de dos meses en algunas variedades, son las claves de su calidad.


«El agua del Pirineo es el factor diferencial de nuestra cerveza», afirma Fernando Borruel, socio de Pirineos Bier. «Su mineralización y su PH aportan la acidez necesaria», detalla el responsable de esta empresa ubicada en el Valle de Hecho. Producen alrededor de 100.000 botellas y afrontan 2017, su quinto año de vida, con el objetivo de salir de Aragón para comercializar sus productos en el mercado nacional, sobre todo «en las comunidades limítrofes», confirma. «Aunque en España y en Aragón hay muy buena cebada cervecera, es necesario salir al extranjero, ya que hay que maltearla», detalla Borruel.


En este punto coincide Rebeca Jordá, creadora junto a su marido, Francisco Gadea, de Castel, una cerveza artesana producida en El Pobo. Fue el agua de esta localidad turolense lo que les llevó a instalarse y emprender su negocio. «El agua es el 90% de la cerveza y aquí no tenemos que tratarla», asevera. Aunque no sólo se quedan con el agua. «Nos encanta la calidad de vida de aquí y la buenísima acogida que tuvimos», añade.


El objetivo de Castel para este año pasa por poder satisfacer toda la demanda que tienen de su producto. Para ello, están afrontando un proceso de ampliación de sus instalaciones para duplicar su producción actual hasta llegar a la cifra de 6.000 litros mensuales. «Llevamos seis años comercializando nuestro producto y el boca a boca ha sido nuestra mejor publicidad», relata. Además, quieren abrir una cervecería en Teruel y otra en Valencia. «Queremos ser prudentes y, por ahora, consolidarnos en el mercado local», afirma.Ferias y catas

La presencia en ferias y eventos como ‘Las Bodas de Isabel’ y la realización de catas en la propia fábrica son algunas de las iniciativas en las que los responsables de Castel se apoyan no sólo para dar a conocer sus productos, sino también «para crear una cultura de la cerveza». «Me encanta transmitir conocimientos y que la gente sepa qué está bebiendo y lo disfrute», dice Jordá.


Más veterana es la cervecera Lupulus. De la mano de Sergio Ruiz, un químico zaragozano que se marchó a Inglaterra a aprender a fabricar cervezas artesanas, nació en 2004 esta empresa que desarrolla su actividad en dos ámbitos: la distribución de cervezas y la formación en el campo de la elaboración y la cata de esta bebida y, por otro lado, la fabricación desde hace seis meses de su cerveza en Populus, su fábrica ubicada en la localidad zaragozana de Caspe.


En Lupulus ponen sus miras en consolidarse en el mercado nacional sobre todo en ciudades como Madrid y Barcelona pero no descartan su presencia en festivales internacionales con el fin de penetrar en mercados extranjeros como los de Italia o el Reino Unido, sin descartar algún mercado oriental. Pero, por encima de todo, su objetivo es «seguir haciendo las cosas bien».

«Se trata de un sector que está creciendo de manera exponencial, y que exige una gran calidad en los productos», explica el creador de Lupulus quien añade que «cada vez hay más bares, tiendas especializadas». «Eso sí, es un sector muy exigente», apostilla.


El sector de las cervezas artesanas supone nuevas oportunidades de negocio no sólo orientadas al consumidor final (empresas, establecimientos…), tal y como reconocen estos tres cerveceros. Todos ellos han asegurado que verían con buenos ojos, e incluso se convertirían en clientes si tuvieran la oportunidad de comprar los ingredientes básicos para la elaboración de la cerveza, principalmente cerveza y lúpulo, a productores ubicados en el propio territorio.



Más información en el Suplemento HERALDO DEL CAMPO

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