El debate de los huevos enjaulados llega a Aragón

Cadenas de supermercados se han comprometido a comprar tan solo productos que procedan de gallinas de corral.

Los huevos morenos son los más habituales en las tiendas de alimentación.
Los huevos morenos son los más habituales en las tiendas de alimentación.

El apellido del huevo va en función del bienestar de la gallina, y el de corral está ganando terreno al convencional. La tendencia empezó hace tiempo en Estados Unidos -McDonalds o Burger King cambiaron sus productos- y no ha tardado en extenderse por Europa. Cadenas de supermercados como Aldi, Lidl, Carrefour o Les Mousquetaires se han comprometido a dejar de vender huevos de jaula en Francia a partir de 2025. Sus centros en España, por el momento, se mantienen al margen.


Para conocer de dónde procede el huevo hay que observar el primer número que aparece en la cáscara. Los marcados con el 3 han sido criados por gallinas que viven en jaulas sin apenas espacio; los que llevan el 2 han sido puestos en naves cerradas; los que llevan el 1, en espacios con acceso al aire libre; y los del 0 son los denominados ecológicos, mucho más difíciles de encontrar.


Según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, en España el 92% de las gallinas ponedoras viven encerradas. En Aragón, hay alrededor de 4 millones de ejemplares que producen 80 millones de docenas de huevos. La inmensa mayoría, en las granjas dedicadas a la producción intensiva.


"Son cantos de sirena de las grandes superficies para satisfacer a determinados movimientos que se quejan del sufrimiento animal y no creo que se vayan a cumplir. Principalmente, porque no pueden abastecerse únicamente de huevos puestos por gallinas que viven en libertad", señala José Manuel Roche, secretario de relaciones internacionales de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), y subraya que la Comunidad "cumple la normativa europea".


"Las normas más exigentes del mundo para proteger el bienestar animal y la sanidad son las de la Unión Europea. Nuestras granjas han realizado grandes inversiones para ajustarse al mínimo espacio (750 centímetros cuadrados) por cubículo. No estaría justificado que solamente se pudiesen distribuir huevos criados al aire libre", añade Roche, que espera que Francia no cierre sus puertas a la exportación aragonesa: "No sé exactamente qué porcentaje envían a las empresas que han anunciado cambios en 2025, pero está claro que las consecuencias serían muy negativas".


Al respecto, David Aladrén, director financiero de Virgen del Rosario, una de las granjas con mayor volumen de venta de Aragón, asegura que estarán "atentos" a las situaciones que vayan surgiendo. "En el mercado, el cliente siempre es el que tiene la última palabra. Esto supondría un vuelco importante y hay que estar preparados para afrontarlo. Un 10% de nuestra producción va a parar a Francia y, aunque las empresas con las que trabajamos no nos han comunicado nada todavía, si esta tendencia se extiende, estudiaremos cómo responder", adelanta.


En ese sentido, explica que los compradores "deberán tener en cuenta el precio entre un producto y otro". Una docena de huevos de gallinas criadas en suelo cuesta de producir un 20% más que los de jaulas. Si estos huevos son camperos, la diferencia asciende hasta el 50 e incluso 60%. Por último, aquellos que se producen bajo las normas de la avicultura ecológica cuestan un 150-200% más. Así, una docena de huevos camperos cuesta más de 3 euros; los convencionales se encuentran por poco más de 1 euro.

Presiones animalistas

La transformación que se anuncia en Francia, primer productor europeo de huevos con 14.700 millones de unidades al año, va asociada a las presiones de la organización en defensa de los animales L214. En España, Pacma encabeza la propuesta de cambio. "Apostamos por una dieta basada en productos de origen vegetal porque son los únicos que garantizan los derechos básicos de los animales, pero eliminar las jaulas supondría una ligera mejora. Las gallinas no se pueden mover y sufren permanentemente. Por ello, entendemos que este creciente interés por abolir el horror que se esconde tras las granjas industriales es positivo", indica Laura Duarte, portavoz del partido, y concluye afirmando que "nuestro país debería imitar los pasos de Francia con el objetivo final de que las gallinas no sean un mero instrumento alimenticio".

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