Parálisis

Metabolizada la habitual dosis de ‘buenismo’ de cada comienzo de año, no deberíamos tardar en advertir que Aragón empieza 2017 con mal pie. Una prórroga presupuestaria simultánea y sin precedentes en las dos principales administraciones de la comunidad –DGA y Ayuntamiento de Zaragoza–, que debería haber disparado ya todas las alarmas. También las políticas, aunque nuestros diputados sigan de vacaciones parlamentarias hasta febrero y entonces muchos se centren en dirimir sus trifulcas internas en congresos que jamás atienden los problemas de la calle. Un ‘mannequin’ institucional de grave efecto paralizante: el motor público, al ralentí durante esta larga crisis, amenaza ahora con griparse. Ni inversiones, ni subvenciones, ni gasto social… El peor camino posible para plantar cara al paro, que en esta tierra sigue siendo drama para más de 80.000 personas. La debilidad de los gobiernos (PSOE-CHA en el Pignatelli y ZEC en la plaza del Pilar) nunca puede ser justificación, pues es en realidad la causa. Y esto obliga no solo a que cada cual asuma sus responsabilidades, sino también a explorar otras vías y otros acuerdos para superarla.